¿Recuerdan que anoche Dereck había venido a traerme mis llaves? Pues esto fue lo que pasó:
Luego de coger mis llaves, volteé a verle y... Por alguna extraña razón le invité a pasar.
- En realidad, debo irme. - Me dijo.
- O vamos, al menos deja que te invite a un chocolate caliente. - Es noviembre, pensé, que es justo lo que quise decir, cuando le dije. - Hace un poco de fresco.
- Vale. - Sonrió, esos hoyuelos me obsesionan un poco. Entramos a mi casa y le invité a sentarse en un viejo sofá que decoraba mi salita.
- No te fijes del desastre. - (Imagínense un espacio pequeño con ropa tirada por doquier), me dirijo a la cocina a preparar "chocolate" y cuando regreso me encuentro a Dereck con un tanga agarrado con dos dedos y cara de ¡¿WTF?!
- Dame eso. - Le arrebaté la prenda de las manos, él me mira con guasa.
- No digas nada, no quiero saber cómo llegó eso a tu sofá. - Sí quería saber, pero no le dije nada. Metí el tanga en mi bolsillo y le extendí una taza de chocolate. - Gracias.
Le Sonreí de vuelta y me senté a su lado, hablamos de todo un poco hasta acabarnos el chocolate, me di cuenta de que es un tipo confiable y simpático. Lo que me llevó a contarle muchas cosas sobre mí, empezando por que quiero ser escritora y me animó a hacerlo, antes de que me diera cuenta, ya eran las diez pm.
- Dios es súper tarde, mañana debemos trabajar. - Dereck se puso de pie y le acompañé hasta la puerta.
- Gracias por... El chocolate. - ¿He mencionado que sus ojos son grises? ¿No? Pues ahora lo saben.
- No hay de qué. - Se hizo un silencio un poco raro y decidí interrumpirlo. - Me lo he pasado genial, normalmente estoy aquí sola.
- Yo también me divertí, estás un poco loca. - ¿Me ha llamado loca? Creo que me ha llamado loca. Nos miramos un instante, hasta que me volvió a parecer raro.
- Bueno, adiós.
- Adiós.
Fin de la transmisión, hoy es miércoles y volví a llegar tarde. Vi a Ignacio en la parada, y se le calló una tarjeta, resulta que es abogado y sexy (sé que ya lo he dicho antes, pero me gusta recordarlo porque en verdad es sexy). Me pregunto si esa fue una manera sutil de pedir que lo llame, nadie se deja caer una tarjeta sólo porque sí... ¿No? En fin, la he guardado por si acaso.
- ¿Me cubres? Debo ir a... Ya sabes. - Odio cuando Irina hace eso, me deja colgada para irse a fumar.
Pues me pongo a ello en seguida, de ves en cuando me fijo en qué está haciendo Dereck, hoy le noto un poco nervioso. Cuando llega el descanso nos sentamos los tres juntos, el señor hoyuelos sigue distraído.
- ¿Y a este qué le pasa? - Irina me cuchichea, al parecer ella también lo notó.
- No lo sé, pregúntale. - Me encogí de hombros, sigo pensando que envió a Dereck a propósito.
- Ey Dereck, ¿Estás bien? - "vaya Irina, cuánta sutileza" esta tía...
- Algo incómodo, supongo. Intento demostrarle algo a mi padre.
- Ya te entiendo, es igual con mi madre. - Él ya lo sabía, pero mi compañera no tenía por qué enterarse (no crean que me importa, lo que pasa es que Irina puede ser muy molesta cuando cree que hay tela para cortar).
- ¿Tienes un pañuelo? Me sudan las manos, y me he olvidado el mío. - Irina le observa extraño.
- ¿Que te hace pensar que las mujeres llevamos pañuelos? Normalmente ustedes los llevan y nosotras los pedimos.
- Yo casi siempre llevo uno, para no tener que hacer eso que dices. - Irina levantó una ceja, ella suele acercarse a los tíos que le parecen guapos y preguntarles si tienen un pañuelo.
- Eso es porque quieres convencerte a ti misma, de que no necesitas nada más que buen porno y tus "habilidosas manos". - Dijo haciendo comillas con ambas manos, yo la fulminé con la mirada.
- No puedo creer que esté presenciando esto. - Dijo Dereck, visiblemente divertido. Ahora no sé si mandarla a la mierda o simplemente ignorarla.
- Vale, ahora no estoy segura de haber traído mi pañuelo. - Me reviso el uniforme y siento algo suave en mi bolsillo derecho. - Oh, creo que lo he encontrado. - Saco mi mano con una sonrisa triunfal que se borra al ver lo que sostengo.
- Me pregunto cómo habrá llegado ese tanga ahí. - Genial, ahora Irina cree que sabe algo. Juro que hay momentos en mi vida, en los que siento que estoy usurpando la vida de alguien más. Es que esto no le sucede a la gente normal, justo antes de salir de mi shock pos-traumático Dereck me ha quitado el pañuelo/tanga sin darme tiempo a reaccionar.
- Ey, ¡dame eso!
- ¡Ni en tus sueños! - Intento arrebatárselo y ¿Qué creen?
- ¡Eh! Se acabó el descanso, ¡a lo vuestro! - Sip, el señor espanto, vaya suerte la mía.
El resto de la tarde me la pasé pensando en Dereck y mi tanga, cuando estaba a punto de acabar mi turno, ha llegado una mujer muy mona, estaba embarazada.
- El otro día mi esposo compró unas magdalenas en este lugar ¿Me puede traer unas por favor?
- Claro, ¿Algo más?
- Oh sí, también se ha dejado su cartera ¿Con quien debería hablar?
- Ahora le llamo al encargado. - "Qué hombre tan despistado, hasta se parece un poco a mí" He ido a buscar al señor espanto, pero ya se había ido. Dereck ha ido a hablar con ella y por suerte han encontrado su cartera.
- Ey Lena, hagamos algo este finde. - Dios, cuando le da por algo es insoportable.
- Ya te he dicho, que no me apetece salir. - Me exaspera en verdad, pongo los ojos en blanco.
- No tienes que salir, puede ser en tu casa. Yo alquilo una peli, compramos pizza...
- Bueno...
- ¡Genial! Estaremos allá a las siete. - "Ha dicho ¿estaremos?" decidí ignorarla, ya tiene lo que quería.
Cuando voy de salida, alguien me ha atropellado con su duro cuerpo.
- Lo siento mucho, no me he fijado. - Se ha disculpado, pero yo me he quedado mirándole como una estúpida (así como babeando), ya deberán saber quien era.
***
He llegado a casa preguntándome, qué había ido a hacer Ignacio a la cafetería, "Ay por Dios Magdalena, ¡es una cafetería! ¿qué busca una persona normal en una cafetería? ¿Un lavado de coche?" A veces me sorprende cuán inteligente puedo llegar a ser (nótese el sarcasmo).
Miro su tarjeta, en mi mesita de noche, preguntándome qué diría al contestar el teléfono.
Holaaaa :-* sé que tardo mucho en actualizar, pero ya estoy aquí. Espero les haya gustado el capítulo ;-) sé que no suceden muchas cosas interesantes y que siguen sin saber por quién decidirse.
Creo que en el próximo capítulo sucederán cosas, o a lo mejor no ;-) jjjj. Gracias por leer, los amo :-*
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Platónico
Short StorySexy, simpático, con una sonrisa encantadora... Simplemente perfecto. Así era Ignacio, lo supe en cuanto lo vi sentado a mi lado en aquella parada de autobús. Cuando me miró a los ojos sonriendo de lado y me dijo: "Estoy soltero" ¿Qué mas podía pedi...