Andrea es la asistente de la madre del famoso cantautor Charlie Puth con quien no ha tenido mucho contacto hasta que su jefa los une y los sentimientos de ambos comienzan a florecer. ¿La fama los separará o podrán mantenerse unidos?
Mientras veía a Charlie sentarse en una mesa con la modelo, Mike continuaba hablando. Era como si no le importara si lo escuchaba o no. Para evitar ver a Charlie con su estúpida cita decidí realmente prestarle atención al chico frente a mí.
- Mike y ¿Qué has hecho durante este tiempo sin universidad? ¿En qué has estado trabajando? – Pregunté intentando parecer interesada.
- Bueno, principalmente en mí. He estado formándome para poder abrir un gimnasio – Pues claro...eso era obvio en él. Estaba totalmente obsesionado con los ejercicios y eso me hizo darle el STRIKE 1.
- Ahh que bueno, pero debes complacer tus antojos de vez en cuando, ¿no? Una pizza una vez al mes o algo así – sonreí.
- En realidad no, soy muy fiel a mi dieta, como puedes darte cuenta – señaló su ensalada con pollo a la plancha – Además, no me gusta la pizza. Eso no es lo mío – Oh cielos... STRIKE 2.
- Vaya, ¿De verdad? Primera vez que escucho a alguien decir eso – eso era verdad – y ¿Tus padres cómo están? ¿Aún viven en la hacienda? – Cambiemos el tema de la comida.
- Sí, les encanta. No quieren dejar el campo y unirse a la ciudad
- Yo los entiendo. Allá hay más tranquilidad y tienen mucho espacio para relajarse y jugarcon los perros, no sé – Siempre he deseado tener una casa grande con 3 perros corriendo por todos lados.
- Bueno, ellos sí. Yo soy más de ciudad y no me gustan los perros – se rió... señores STRIKE 3.
Sentía que ya no podía entablar ningún tipo de conversación con este chico después de conocerlo mejor. Veía de reojo a Charlie, quien parecía no haberme visto, mientras hablaba con su modelo. Lo único en que podía pensar era en que, si intercambiáramos citas, estaría feliz al saber que estaba con un chico que se mantenía sexy sin obsesionarse, que su concepto de una comida perfecta era una pizza gigante y que amaba a su perro Brady más que a nadie.
Cuando el mesero llegó le pedí a Mike que solicitara la cuenta porque no me sentía bien y quería ir a descansar. Me sentía tan frustrada, celosa, molesta y triste que incluso me despedí de él adentro del restaurante y salí lo más rápido que pude de allí.
Necesitaba aire fresco así que caminé hasta un parque público que quedaba cerca de ahí y me senté en un columpio a respirar profundamente, mientras sentía como las lágrimas corrían por mis mejillas alguien me habló:
- ¿Estás bien? – sonaba preocupado.
Me sequé las lágrimas y voltee... estaba Charlie parado justo al lado mío.
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