09: los hombres a veces también son complicados, quién sabe si los pasos del manual funcionaron o no.
—Sabes, Daiki, la cosa más romántica que me ha dicho Taiga es «eres genial en el fútbol y tienes buenos saltos», ¿puedes creerlo? Ni siquiera un «eres bonita» o algo por el estilo, pero no.
Aomine pensaba que iban a comer y hablar de coas estúpidas, no comer y escuchar las ridículas penas de amor de Ryû, pero se lo aguantaba porque ese era su deber como amigo y porque sabía que ella tenía un corazón roto y sensible en esos momentos.
—¿No pensaste alguna vez que si él veía tus saltos, también veía tus piernas?
Ryû se sonrojó ante la idea.
—Vaya, Daiki, tienes más neuronas de las que pensé... pero, mis piernas no son lindas, son muy grandes.
—Obvio que son grandes, eres futbolista, tarada —suspiró el otro.
Ryû infló sus mejillas y dejó su hamburguesa de lado por un segundo.
—Quizás deba dejar de ejercitarme tanto.
—¿Bromeas? Se te irá el trasero.
—¿Qué?
—No es mi culpa que se te marque tanto el short cuando haces sentadillas en el entrenamiento...
Aomine como siempre hablaba despreocupado, pero Ryû estaba realmente avergonzada.
—Pensé que lo tuyo eran las tetas.
—Lo mío son cualquier cosa voluptuosa y sensual que tenga que ver con chicas —puntualizó el chico, apuntándola con una patata frita y luego comiéndosela.
Ryû suspiró y revoloteó los ojos.
—Pervertido.
—No me digas así. Apuesto que tú también te sabroseabas a Kagami en sus entrenamientos.
—¡E-Es diferente! —chilló Ryû, poniéndose completamente roja en cuestión de segundos—. Kagami me gustaba... me gusta, es obvio que lo voy a mirar todo el tiempo, ¡pero yo soy tu amiga, tonto! ¡No les debes mirar el trasero a tus amigas!
—¿Entonces si no les miro el culo, qué? ¿Le miro las tetas?
—¡Pobre Satsuki, por Dios!
Mientras Ryû se refregaba las manos contra su cara debido a su repentina exasperación, Aomine dejó de prestar atención a su comida y la posó sobre la fémina.
—Deja de ser tan gritona —fue lo único que dijo antes de volver sobre su comida.
**
Ryû apenas podía caminar por lo llena que estaba, Aomine iba de lo más normal a su lado. Iban doblando al pasaje dónde vivía Ryû, cuando ambos pusieron su mirada en una figura alta que estaba frente a la casa de Ryû.
—Taiga-kun...
Aomine frunció el ceño, ¿qué planeaba ese idiota? ¿Hacer que Ryû llorara de nuevo? El peliazul se enojó aún más cuando vio que los ojitos de Ryû brillaron al ver a Kagami.
Ahhh, las mujeres son tan idiotas.
—Hasta aquí te dejo, enamorada —se despidió el más alto, dándole palmadas en la cabeza, y desapareció de escena.
Ryû se preguntó cómo es que Kagami había conseguido su dirección, pero no le siguió dando más vueltas cuando se aproximó a él. No recordaba sentirse tan pequeña.
—H-hey...
—Ah, Ryû, me preguntaba cuándo llegarías, estaba a punto de irme.
El viento de la noche desordenaba el cabello y uniforme de Kagami, haciéndolo ver aún más guapo, según Ryû.
—¿Q-Qué vienes a hacer aquí...?
—Ha pasado algún tiempo desde... eso —Ryû asintió, dándole a entender que ya sabía a qué se refería—. Y me pone un poco triste que ya no hablemos más.
—¡Lo siento! —Se disculpó rápidamente, con un fuerte rubor creciendo en sus mejillas—. Es que... se me hace un poco difícil... es bastante vergonzoso, sabes...
—Me disculpo en serio.
—¡No tienes por qué disculparte!
—Sí tengo que disculparme: por mi culpa estás así. Realmente soy un idiota del baloncesto... Hoy se me declaró una chica, bastante guapa —Ryû sintió como su corazón volvió a crujir bajo las palabras de Kagami—, y la rechacé —rejuveneció—. No pienso en otra cosa que no sea baloncesto, si no estuviera tan obsesionado con el deporte... quizás... podríamos... y-ya sabes... —Kagami miró hacia otro lado, avergonzado. Ryû sintió morir por la ternura—... ser más que amigos —«mierda, me voy a desmayar»—. El punto final es que... quiero que sigamos siendo cercanos, que vayas a las prácticas, a los partidos, y bueno, me gustan los limones en miel que haces.
Ryû soltó una pequeña risita, y eso hizo que Kagami se relajase un poco más.
—Deberás darme más tiempo, Taiga, para superarte... y después de eso, tal vez, volvamos a ser los mismos de antes. Gracias por venir a decirme eso.
—Necesitaba hacerlo —Kagami puso sus manos en los hombros de Ryû, se sonrojó notablemente y ella se puso muy nerviosa.
Hacía frío, pero los cuerpos de ambos tenían un nivel alto de temperatura.
—Ta-Taiga...
—Cierra los ojos y no hagas esto más vergonzoso de lo que ya es.
Ella no preguntó nada, simplemente cerró sus ojos fuertemente y esperó a lo que tuviera que pasar.
Un besito. En la nariz, pero un besito de todas formas.
Ryû evitó soltar un suspiro de decepción. Los labios de Kagami estaban un poco secos, sin embargo, le parecieron los mejores del mundo.
—Adiós, Ryû.
La chica aún tenía los ojos cerrados, así que no pudo ver el rostro crispado en nervios de Kagami, ni cuando éste desapareció.
Ryû solamente abrió sus ojos cuando sintió su celular sonar.
Un mensaje de Satsuki
«¡Ven a mi casa ahora mismo! ¡HAY MUCHÍSIMO DE QUÉ HABLAR!»
Ryû elevó su mirada hasta el segundo piso de la casa de la familia Momoi, más específicamente la habitación de su amiga. Ahí estaba ella, mirándola desde la ventana con cara de psicópata.
¿Qué dicen, #TeamKagaRyû o #TeamAoRyû? ¿A Kagami le gusta un poquito o qué? ¿Realmente creen que Aomine siente algo más que amistad hacia Ryû?
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MANUAL: Cómo conquistar a Kagami Taiga. [CANCELADA]
FanfictionHISTORIA CANCELADA. anyways, si quieres leerla eres libre de hacerlo y darle el final que se te cante <3. Ryûnosuke Kimurana eructa, juega videojuegos, le encanta el fútbol y a menudo sale con sus amigos, todos chicos... ¿el problema? Que Ryûnosu...