✯ Capitulo uno ✯

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Las personas caminaban apresurada por las calles, sumergidas en sus propios problemas como para notar al niño pequeño de ojos llorosos que caminaba entre ellos sin rumbo.

Asustado y temeroso, el pequeño había pasado horas dando vueltas por la ciudad mientras buscaba y observaba por todos lados con aquellos grandes y brillantes ojos.

Sus piernas ya estaban adoloridas de tanto caminar y tenía mucha hambre, así que se sentó en un banco y empezó a llorar desconsoladamente.

Nadie lo ayudaba, nadie lo miraba. Estaba solo y perdido. Ya no tenía a nadie que se preocupara por él ¿Qué iba a hacer ahora? No lo sabía, así que solo se limitaba a llorar. Como si aquello pudiese servirle de algo.

Sintió que alguien se acercaba pero no estaba seguro, quizás solo era alguien que pasaba cerca de él.

- Hey niño ¿Por qué lloras?

Era una voz agradable y cálida la que se había dirigido hacia él con precaución. El niño levantó la cabeza y pudo ver a un hombre arrodillado frente a él. Parecía genuinamente preocupado por el pequeño.

Él no se atrevió a responderle, las lágrimas seguían fluyendo pero ya había dejado de sollozar. Sin embargo, el extraño le hizo otra pregunta.

-¿Dónde están tus padres? Es muy tarde para que un niño pequeño como tú salga solo por ahí, seguro que ellos deben estar preocupados por ti.

Aquello hizo que el niño se estremeciera ligeramente mientras trataba de enjuagar sus lágrimas.

- No lo sé... no sé donde están, me dejaron una carta diciendo que se iban pero ¿Por qué? He sido un niño bueno, siempre hice todo lo que mamá pedía aunque no me gustara, papá era siempre bueno conmigo, no lo entiendo ¿Por qué se fueron? Yo... yo los quería mucho... mamá, papá ¿por qué? -. Dijo el niño entre sollozos, incrédulo de su situación actual. Tenía miedo. Estaba empezando a olvidar los rostros de sus padres y él no quería olvidarlos ¿Cómo iba a encontrarlos si no recordaba sus caras? Aunque ellos se habían ido aún quería buscarlos. No quería estar solo. A pesar de todo, él aún amaba a sus padres y quería abrazarlos y que lo abrazaran como solían hacerlo. Pero los padres del niño se habían marchado y ahora se encontraba completamente solo.

El hombre se sintió conmovido por el dolor del pequeño, no podía imaginar que tipo de personas dejaban a un niño pequeño a su suerte. A veces pensaba que los humanos eran criaturas muy crueles.

Aquel extraño acarició la cabeza del niño y trato de consolarlo.

- ¿Cuál es tu nombre?-. Le pregunto luego de que él había dejado de llorar.

-Nate-. Respondió el pequeño, quien aún tenía los ojos llorosos y el corazón destrozado.- ¿Y usted cómo se llama?

- Puedes llamarme Luke, es un placer conocerte pequeño amiguito. Sabes, no puedo dejar a un niño aquí solo ¿Te gustaría venir conmigo? Te prometo que te ayudare a encontrar tu casa y a tus padres.

Nate miró a Luke a los ojos. Él le sonrió amablemente mientras extendía su mano. Era la única persona que se había atrevido a mirarlo, a ayudarlo. Era el único que le había mostrado bondad. Y por algún motivo, Nate estaba seguro de que podía confiar en él.

Así que tomo su mano y ambos caminaron juntos.

Nate no lo sabía en ese momento, pero aquel hombre se convertiría en su primer amor.

Diez años después...


Nate

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