Cuentos que no son cuentos

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Estoy segura que alguna vez, todos nos hemos enamorado, y no precisamente de otra persona. Todos alguna vez hemos sentido esa emoción al ver a algún animal en la calle, esos hermosos zapatos en una vitrina, aquel pantalón lleno de colores perfecto para la fiesta o ese vestido legendario que quedaría espectacular para que tu crush te viera con él.

Así es, todos nos hemos enamorado alguna vez. Ya sea solo por convicción o por vocación, pero siempre hemos llevado ese deseo y ese amor con nosotros. Todas estamos en la plena libertad y oportunidad de amar y ser amados (incluso aquellas personas que en lo personal preferiría tener a 1000 metros de distancia), todos, incluso aquellos que no creen en el amor, pueden caer en esa trampa que Dios creó para hacernos un poco más humanos.

El problema jamás será enamorarse, el problema es quién se enamora de ti y de quien te enamoras tú. En lo personal, tengo la firme convicción de que si amas a alguien eres muy capaz de hacer que esa persona llegue a amarte, aunque honestamente no es una ciencia muy fiable. Por ejemplo en este libro, he intentado por todos los medios que amen a Lauren, y ya me ven, jugando a imposibles, porque al final de todo Alejandra sigue siendo la heroína de este cuento por mucho que se equivoqué o no, porque siempre habrá alguien que crea que todo es un error.

El punto es que, nadie está libre de enamorarse, nadie, ni siquiera los seres más malos y descorazonados del universo. Todos tenemos la capacidad de amar dentro de nosotros, capacidad que aflora solo con la persona correcta. Quizás es por eso que algunas veces encontramos historias de amor inverosímiles dentro de libros que solo retorcidas mentes podrían crear.

Este preámbulo es solo para invitarlos a ver quién se enamoró ahora en "Sin Fronteras" Aunque parezca ilógico y bastante absurdo, hasta las personas más retorcidas y vengativas tienen aquella capacidad de amar dentro de su manera diferente de ver la vida, o quizás es solo que en este libro pueda darse la casualidad de que la más mala se enamore de una de los personajes más amados.

Entonces... ¿te atreves a apostar por quien se enamoró esta vez en "Sin Fronteras"? te doy una pista... No, no es Lauren... Después de todo, cualquier podría enamorarse de ella, ¿O Ustedes qué creen?

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El incesante replique de su celular no hacía más que turbarla a cada segundo, como si fuese posible, un poco más. No sabía qué hacer o qué decir. Por primera vez en toda su vida (incluso en aquellas épocas en las que no tenía a nadie, a absolutamente nadie) se sentía ansiosa y perdida. Se sentía, ¿diferente? Quizás y sí esa era la palabra que buscaba, o quizás no.

¿Era ansiedad lo que en realidad sentía? ¡Oh sí! Ese incesante sentimiento de desconcierto, ese profundo dolor en la boca del estómago, esa necesidad imperiosa de cambiar lo que había hecho y regresar al pasado, esa angustia de no saber si iba a existir un mañana, ese miedo (¡ERA MIEDO, TERROR!) de no saber si iba a volver a ver a la persona que seguía insistiendo al otro lado del celular.

De haber podido, aquella hermosa mujer ya habría hecho un profundo surco en aquella irrisoria habitación (amplia, deslumbrante, impoluta, perfecta). Por primera vez, aunque sonara absurdo, se sentía completamente sola (incluso a pesar de que ahora sí que tenía gente a su alrededor), quizás era el hecho de que sabía que aquella persona que atormentaba sus pensamientos era precisamente la misma persona que dentro de su vida sólo tenía dos opciones: morir o desaparecer, y ambas le agobiaban, le asustaban, le enfermaban.

Sin Fronteras... (Loving without an Ending) ¡Hasta el final del camino!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora