Sin Fronteras... (Loving without an Ending) ¡Hasta el final del camino!

Mentiras y Engaños...

Existen muchas buenas razones para enamorarse, y por supuesto también existen infinitas razones para no hacerlo. Poner tu vida y tus deseos en manos de alguien más es la muestra más absurda de confianza e ingenuidad que podríamos tener en esto de amar. ¿Qué pasa si esa persona al final decide que no eres lo suficientemente buena para ella o que por el contrario ella no es lo suficientemente buena para ti?

En esto del amor, absolutamente nada está dicho. Se puede ser tan absurdamente feliz como tan irrisoriamente miserable. Es algo así como una apuesta, un tipo de apuesta en la que nunca tienes premios consuelos, porque seamos honestos, ¿a quién demonios le importa lo mucho que hayas podido aprender si al final todo se va al carajo? A nadie, sí, a nadie. Y dejemos de inventar que cada corazón roto es una experiencia, es verdad, ¡lo es! Pero mientras duele, mientras te carcome el corazón lo único que en realidad es, es un abrumante y agobiante dolor.

Cada una de las cicatrices que te dejan, te vuelven más frio, circunspecto y taciturno; te vuelven una persona con la capacidad de amar pero con la inteligencia para no hacerlo. Te vuelven desconfiado, lejano, obtuso; te convierte en alguien diferente, alguien que podría dejarse amar pero que para amar, necesita mucho más que solo amor, necesita demostraciones tacitas y físicas de cada una de las palabras que cualquiera podría darle. Necesita hechos y no palabras, necesita que al final la persona que decida quedarse nunca se canse de demostrar que eso de intentar enamorar dura toda la vida y no solo los primeros meses.

Lo malo de perder la fe en las personas, y en el amor sea de la clase que sea, es que al final cuando te das cuenta que estás empezando a querer a alguien tienes la idea preconcebida de que te van a volver a herir, y por lo tanto, decides que es mejor dar ese amor a medias, aunque eso al final incluya que muy posiblemente, con mucha seguridad si se me permita opinar, pierdas a quien verdaderamente te ama porque simplemente esa persona se cansó de luchar contra el mundo, y contra ti mismo.

Aclaremos un par de cosas, cuando amas no renuncias, luchas; eso es algo que he llevado muy en claro por mucho tiempo, pero de la misma manera, incluso la perseverancia tiene un límite cuando ves que los esfuerzos no son recompensados, cuando entiendes que al final no importa cuánto ames a esa persona, simplemente ella jamás llegará a amarte a ti con la misma intensidad.

Escribo sobre el amor, porque lo he sentido y porque lo siento. Escribo sobre él porque aun creo que en este mundo hay personas que merecen ser amadas y otras que necesitan que les ayudemos a aprender a amar. Escribo sobre el amor porque creo en él y porque creo que sin importar las cicatrices que lleves en el alma, siempre existirá alguien que lleve venditas especiales para tu corazón, capaces de curarte y volver a unir todos los pedazos que te quitó cada una de las relaciones que te dejaron en el piso sin fuerzas para nada más.

Deja el miedo para otras cosas, pero no para el amor. Todos los amores merecen ser vividos, todos y cada uno de ellos te dejará algo invaluable, todos absolutamente todos llevan entre comillas un para siempre que quizás sea verdad, todos los amores llevan entre sus manos opciones de hacerte feliz y de arrancarte risas inolvidables, lágrimas infinitas y momentos invaluables, todos los amores duelen sólo hay que saber elegir por cuál quedarse a intentar convertir esas lágrimas en sonrisas.

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Narra Alejandra...

¿¡Cómo es posible que algunas veces fuese tan gilipollas!? Llevaba la última hora haciéndome la misma pregunta, pero como ya era normal, mi nivel de estupidez era tanto que había sido imposible responderme. Me sentía la más idiota de los mortales, y si era verdad eso de que existían un montón de dioses, pues yo era la más imbécil de todos y con doctorado en Harvard o Cambridge o la universidad que más se acomodara a mi nivel de estupidez.