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el lunes fue un día bastante normal para bonnie, en realidad, se sorprendió tanto del hecho de que nadie lo hubiese golpeado o insultado por lo que su hermosa sonrisa se mantuvo en su rostro por varias horas.

las clases transcurrieron normales, demasiado tranquilas y silenciosas. en los descansos se escabullía hacia la gran biblioteca para simplemente poder tomar una siesta o leer cualquier cuento infantil, que difícilmente, encontraba.

-pueden salir jóvenes y por favor, al levantarse no arrastren los bancos. - dijo el profesor justo después de que la campana sonara.

todos se levantaron tranquilamente y salieron a paso normal del salón, bonnie como siempre, fue el último en salir puesto que se dedicaba a acomodar perfectamente bien todos sus cuadernos y lápices en su ahora, mochila negra.

al salir bonnie del salón, se encontraba caminando solo por el pasillo, con una sonrisa se dispuso a caminar por la escuela para llegar a la salida.

bon ya lo estaría esperando.

apresuró el paso ya que su aula era de las más retiradas y tampoco es como si la escuela fuese pequeña.

- ¿por qué tan rápido, conejito? - dijo alguien a sus espaldas.

- mierda. - susurró entre dientes mientras su cuerpo se detenía. quería huir, salir corriendo de ahí, pero sus piernas no le respondían.

un brazo lo tomó fuertemente de su hombro, girándolo bruscamente quedando cara a cara así con aquella persona.

era onnie. era sorprendente el hecho de que más de una sola persona se dedicaran a golpearlo. hasta parecía como si se turnaran los días para hacerlo.

onnie lo miraba fijamente con sus ojos esmeralda brillantes y una sonrisa torcida, mientras que apretaba más fuertemente su hombro.

- suéltame. - susurró sin tartamudear, pero el miedo y los nervios corrían por todo su cuerpo.

- ¿qué te hace creer que la haré, princesa? - preguntó burlonamente.

- suéltame ya. - dijo ahora más fuerte, mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse, pero sin derramar una lágrima.

bon le había dicho que sus ojos eran muy bonitos como para que lágrimas de tristeza cayeran por ellos.

- lo que digas. - dijo onnie inocentemente mientras soltaba el hombro de bonnie. -¿qué haré contigo hoy? te extrañé mucho este fin de semana, ¿sabes?

- n-no me harás nada. - afirmó.

-oh no, ya comenzaste a tartamudear, pequeño bebé llorón. - dijo mientras pellizcaba su mejilla fuerte, provocando un marca roja en ella. - y yo que comenzaba a sentirme orgulloso de ti, ¿tu mamá no lo está? oh, espera, olvidé que te abandonó. - soltó una risa.

una gran lágrima rodó por la mejilla de bonnie, siguiéndola otra y otra, la ira que corría por su cuerpo abarcó más lugar que los nervios que sentía anteriormente, sus mejillas comenzaron a sonrojarse fuertemente, y sus manos se hicieron puños.

- ¡oh no! ¡bonnie se enojó! creo que debería correr. no me hagas daño por favor. - dijo sarcásticamente fingiendo miedo para después soltar una carcajada.

segundos después onnie yacía en el suelo en estado de shock y el labio partido.

bonnie abrió los ojos sorprendido por su acto y una pequeña sonrisa apareció en sus labios. miró la mano con la que había golpeado a onnie, y con lágrimas en los ojos y su sonrisa, salió corriendo de ahí hacia la salida.

miró hacia atrás y vio que onnie lo seguía, su sonrisa desapareció y sus lágrimas comenzaron a salir aún más rápido.

sus piernas comenzaron a responder más rápido, dejando aún más atrás a onnie, pero no por mucho.

comenzó a distinguir cada vez más cerca la puerta de la escuela, corrió más rápido logrando salir.

miró hacia los lados, buscando al chico que tanto le gustaba, lo vio parado cerca de un gran árbol y comenzó a correr hacia él.

- ¡bon! - gritó con un sollozo y se lanzó a sus brazos abrazándolo.

- ¿bonnie? ¿qué te pasa pequeño? - dijo mientras lo abrazaba por la cintura.

- es onnie, n-no dejes que me golpee, p-por favor. - dijo bonnie llorando en su hombro.

- ¡jodido maricón! - gritó onnie mientras se acercaba hecho furia hacia bonnie.

- ¡bon! - sollozó bonnie con miedo mientras miraba al chico acercarse.

- ponte detrás de mí pequeño. - susurró bon, bonnie sólo asintió y se colocó detrás de él.

-quítate, que este maricón no va a irse como si nada. - gruñó onnie mientras se quitaba la sangre del labio.

- ¿por qué debería hacerlo? - preguntó bon secamente, mientras colocaba sus lentes oscuros sobre su cabello y se cruzaba de brazos.

- me golpeó en el labio. - dijo. -ese imbécil las tiene que pagar. - bon asintió, dándole la razón.

y entonces bon golpeó al chico en la mejilla demasiado fuerte, haciéndolo caer por el golpe que lo tomó por sorpresa.

- ¿y a ti que cojones te pasa? - gritó un molesto onnie mientras se paraba.

- dijiste que ese imbécil las tenía que pagar. - sonrió inocentemente. -bonnie, vámonos pequeño. - dijo para después tomar la mano de bonnie y encaminarlo hacia el auto.

editado 15/05/2020

𝓟𝓲𝓽𝔂 𝓹𝓪𝓻𝓽𝔂 [𝙱𝚡𝙱] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora