Capitulo 4

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Stiles retrocedió mientras tragaba saliva, las palabras del otro lobo le habían provocado un cosquilleo que se mantuvo en la parte baja de su vientre como si de una ligera descarga fuera.

Peter se levantó con total calma, caminando hacia el otro, quien retrocedió hasta acabar contra la pared, siendo acorralado contra esta por el cuerpo del mayor. No lo tocaba, simplemente estaba ahí quieto, mirándolo directo a los ojos con una sonrisa ladina decorando sus labios, Stiles tembló mientras su mirada pasaba de los ojos a los labios del otro, jadeó ligeramente mientras se dejaba deslizar un poco contra la pared.

-Bonita reacción -estiró una de sus manos, colocandola en el pecho ajeno y comenzando desde ahí un recorrido descendente hasta algo más bajo del ombligo.

La mano del menor rodeo la muñeca de Peter, jadeaba con los ojos abiertos por la sorpresa, y aquello le supo a gloria al mayor. Y pudo deducir por los gestos del otro que aun no había descubierto nada.

-Sigues siendo un cachorro, pensé que con tu curiosidad ya sabrías que significaba el mordisco en el cuello, pero veo que no -se acercó hasta que su nariz rozó la mejilla llena de lunares- te enseñaré con tu cuerpo -le susurró.

Uso su fuerza para empujar al menor, lanzandolo contra la cama, el golpe pareció despertar del trance al menor quien con ojos ambarinos gruñó enseñándole los dientes a Peter. El mayor no se quedó atrás y, enseñando sus dientes con sus ojos brillando en azul, lanzó un pequeño gruñido que hizo encogerse a Stiles, volviéndolo a la normalidad.

-Eso solo lo puede hacer un Alfa -dijo aun encogido, mostrando con sumisión su cuello.

-No solo un alfa -suspiró tras sentarse en la cama- el Alfa te muerde para transformarte -lo miró unos segundos para estirar su mano y agarrar al otro por el mentón- el segundo mordisco es para marcar.

-como a... -palideció.

-Si, marcar a la pareja. Si te tengo a mi lado seré cada vez más fuerte -Stiles sacudió su cabeza, soltándose del agarre del otro- ¿Sabes por qué no eres tan fuerte como los demás? ¿El por qué de tu velocidad y agilidad? -se subió a la cama, acercándose al otro- ¿lo sabes?

-No -apoyó sus manos en el pecho ajeno para empujarle pero se sentía sin fuerzas.

-Cuando resucité me diste tu fuerza con aquel mordisco, tu cuerpo al perder esa fuerza mejoró otras cosas para poder pelear -acarició con sus labios los del otro.

Stiles reaccionó apartando la cara y cerrando los ojos con fuerza, pero los abrió con sorpresa al sentir como el cuerpo de Peter se movía sobre el suyo, lo vio acomodarse entre sus piernas y cuando intentó alejarse fue detenido por Peter, con una de sus manos sostenía las del menor sobre la cabeza de este mientras la otra la colaba bajo la camisa.

Stiles soltó un gruñido cuando la mano de peter acarició de pasada uno de sus pezones, fue ahí cuando su cabeza volvió a funcionar, saliendo del encantamiento del mayor, pateó en el estomago a Peter, logrando que le soltara y se alejara de él, aunque no fue mucho. Intentó correr hacia la ventana para escapar pero una mano rodeando su cuello lo detuvo, su rostro quedó aplastado contra el colcho mientras Peter gruñía con clara molestia. Pero Stiles no cedió, le devolvió el gruñido haciendo brillar sus ojos e intentó darle un zarpazo a sabiendas de la cercanía del otro, pero falló y el gruñido bajo de Peter aumentó en fuerza y cercanía.

Peter se había acercado para gruñirle prácticamente al oído para luego clavar sus dientes sobre la marca del cuello. Y fue ahí cuando toda resistencia por parte del menor se acabó, con una aguda ingesta de aire Stiles perdió la fuerza en sus extremidades, sintiendo fuego recorrer sus venas mientras jadeaba en busca de aire. Aquel calor abrasador, por raro que pareciese, era más placentero que doloroso incluso empezó a notar una estrechez en sus pantalones cuando su miembro empezó a despertar.

-No... no -habló entre jadeo y jadeo, con los ojos cristalinos- maldito cabrón -intentó gruñirle, sin mucho éxito.

-Que sepas, pequeño, que estoy siendo muy amable -apretó el agarre de su cuello, obligandole a alzar un poco la cabeza- podría ser peor -acarició la mejilla ajena con su nariz- ¿Acaso quieres que me porte mal? -se burló.

El menor negó con la cabeza repetidas veces, Peter decidió liberar el cuello del menor, observando complacido como este no se movía de su posición. Comenzó de nuevo a tocar al chico, colando sus manos bajo la camisa y sintiendo bajo sus dedos como la piel se estremecía a su paso.

Stiles temblaba mientras su camisa era retirada, quería gruñir, patalear y quitarse al lobo viejo de encima pero su mente, normalmente hiperactiva, parecía no querer funcionar, y más cuando sintió los labios de Peter atrapar su piel y sus dientes arañarla, jadeó más fuerte por la sorpresa y apretó su rostro contra la cama, avergonzado. El mayor sonrió contra su piel, divertido ante las inocentes reacciones de Stiles, pero no por ello se detuvo; atacó sin miramientos la espalda con mordiscos y besos que fueron subiendo hasta el cuello, donde Peter escuchó el primer gemido de la noche, aunque fue débil.

El siguiente movimiento de Peter fue con las manos, acarició la espalda del menor, bajando hasta llegar a su pantalón y mientras una desabrochaba el cierre la otra se coló por dentro, acariciando una de las nalgas del chico lo que causo que se pusiese tenso, removiéndose inquieto.

-Shh -chistó con suavidad en el oído de Stiles- relájate, ya te he dicho que seré bueno.

-No... no quiero -tembló al sentir como Peter mordía su oreja- para...

Ignorando las quejas del otro siguió con otro camino de besos, descendiendo por la blanca piel hasta su rabadilla, observó desde ahí el cuerpo del otro, deleitándose ante la imagen.

Aunque mucho no le duro.

Stiles se giró, golpeando con su pierna la cabeza del lobo el cual gruñó, mostrando aquel azul metálico en sus ojos que encontraron un rival con el dorado de Stiles. Nuevamente el chico le había plantado cara y Peter comenzaba a cansarse de tantos juegos.

Con furia se abalanzó contra Stiles y nuevamente agarró el fino cuello, solo que esta vez clavo sus garras y con la mano libre arrancó los pantalones y la ropa interior del menor, el cual a pesar de patalear y quejarse no pudo evitar que el mayor hiciera lo que le diera la gana.

-Has perdido la oportunidad -sonrió de forma un tanto siniestra- pero no te preocupes, sanaras rápido -se acercó entonces a su oído, sin perder la sonrisa- aunque eso no quita que te valla a doler, yo mismo me encargaré de eso.

Y Stiles tembló de pies a cabeza.

Bite me slowlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora