Un Rayo de Esperanza

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Michael abre los ojos y no ve absolutamente nada, se levanta, pero siente una punzada en un costado, se palpa y el dolor esta ahí, probablemente sea una costilla rota, comienza a caminar, ni siquiera la luz de la luna llega al lugar.

—Tranquilo —dice la voz de Charlie—. Nos tiene encerrados.

—¿Donde? —pregunta Michael—. ¿Quienes?

—No se donde, pero los tipos se hacen llamar los ultimos, y no creo que sea un solo hombre.

—¿Qué ocurrio con el Tornado?

—Camina a tu derecha.

Asi lo hace.

—Debería haber una escotilla, abrela.

Michael siente una perilla, la hala, y la luz imnunda la zona, lo le deja ciego por unos instantes. Cuando todo se aclaro, una zona completamente natural, hay personas que están en una fogata, y hay mas de ellas, que alumbran todo la zona, unos niños juegan en una especie de parque, y algunos arboles se alzan al final de la zona.

—Esto es una preciosidad —dice asombrado él—.

—Mira a tu izquierda.

Cuando gira la vista, se traga sus palabras, lo que antes debía ser una ciudad, ahora estaba reducida a tan solo escombros, y la brisa remueve algunos papeles.

—Eso es una pequeña muestra de lo que hizo ese desgraciado. Relajate, probablemente nos sacaran de aquí en unas cuantas horas.

Michael se sienta en el suelo, pero no pasa ni 10 segundos y la puerta se abre, por ella entra un hombre moreno, de cabello negro y los ojos un poco inusuales... Blancos.

—Salgan —dice con voz griposa—. Michael eres una máquina.

Michael no mueve ni un dedo, no sabe si lo que le ha dicho es una ofensa o un halago.

—Buena suerte —dice Charlie—.

—¿A donde vas?

—Tranquilo, solo me torturaran.

—Callate —dice de forma amenazante—.

—¿Por que no te callas tu?

—Mira, no eres nadie para decirme eso.

—Olvidalo.

Michael sale por la puerta, el olor a comida le llega desde el oeste, y su estómago tambien lo siente. Ve como a Charlie se lo llevan dos hombres vestidos completamente de negro.

—¿A donde le llevan? —pregunta Michael—.

—Pronto lo sabras.

—Detesto que anden con rodeos.

—Veras, eres nuevo, tiene la mayor suerte que he visto, Sobreviviste a el tornado mas devastador de la historia, ha destruido toda la parte oeste de Estados Unidos, y continua avanzando.

—¡¿Que?!

—Es una pena. Volviendo al tema —se detiene—. Seguramente te preguntaras que somos nosotros, antes eramos un grupo enorme, pero el tornado nos afecto a todos, como ya sabes, el gobierno sigue raptando a los jovenes, cuando estábamos mas debiles, fue cuando ellos llegaron se llevaron a muchos de nostros, nos dividimos, un grupo, en el que mi hermana es la lider, se fue en dirección a Mexico partieron el día de ayer.

—¿Y ustedes?

—Estas hablando como si tu no estaras con nosotros, aunque no lo sepas, la mayoría de nosotros somos como tu.

—Porque todo el mundo me dice, "lo que eres" ¿Qué soy?

—Pronto los sabras.

Michael le mira, de forma amenazante.

—Bueno, no me he presentado, aunque es muy tarde, llamame Santana. No nos desviemos del tema, nosotros vamos hacia Canadá. Te explicare algo sencillo, nosotros no tenemos un esqueleto debajo de la piel, a algunos nos cambiaron la parte Frontal de nuestro organismo, es decir, el corazón y los pulmones, por lo que seguimos siendo 80% humanos.

—Que alivio —lo dice con sarcasmo—.

—Nuestro líder fue uno de ellos, pero logro escaparse, para asi ayudarnos a entender porque perdiamos el conocimiento sin razon alguna.

—No quiero saber nada mas, ¿puedes?

—Ya llegamos.

El lugar era presentable, una cabaña pintada con un verde cobalto, y ventanas completamente negras, desde afuera no se puede ver nada.

—Pasa.

Al entrar, lo que más llama la atencion de Michael, es la cantidad de huesos que se encuentran en las paredes, de todo tipo de animales, y hasta huesos humanos, una cortina verde esmeralda cubre la ultima zona de la cabaña.

—Camina con cuidado —le susurra—.

Asi lo hace, agarra la cortina y la tira con fuerza, hay un hombre sentado en una silla, y una cicatriz muy grande se asoma en su cabeza.

—Vaya, vaya —la voz del hombre a Michael le suena familiar—. Asi que has sobrevivido.

—¿Quien eres?

—Un amigo tuyo.

La silla se gira, y queda paso a un hombre que, como siempre, Michael daba por muerto.

—¿Como...

—La ciencia, pero no soy el mismo de antes.

—Ya lo veo.

Cuando se levanta, tiene los brazos hechos de metal.

—Tengo unas preguntas para ti... Luke...

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Perdonen la tardanza, es que me fui de viaje dos días, actualizare cada dos días, VOTEN Y COMENTEN THANKS!!!

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