XIII.

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Vivíamos entre guerras de besos que ansiaban la victoria contra los pasos ajenos, calles recurridas, posibles conocidos.

Eras discreto ante todos y bueno en fingir cierta indiferencia, a pesar de mi coqueteo innato, violento y tierno, que reclamaba tu atención y te pedía complicidad y un abrazo en la distancia. ¿Qué más daba que nos vieran cruzando miradas?

Huíamos a crear vida, a desnudarnos sin dualismo, a ser felices unas horas... Para regresar después a la crudeza del mundo con un sabor agridulce por la inminente despedida.

Éramos la dama y el vagabundo, pero a la inversa, y robarle el tiempo a Cronos era nuestro cometido.

Mía y Libre ¡YA EN AMAZON! Dentro Del Poemario "Mía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora