Capítulo 8

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Su dormitorio es grande, desde las ventanas se pueden ver todos los rascacielos de la ciudad. Las paredes son blancas y los accesorios rojos. La enorme cama es ultramoderna, tendida con sábanas blancas y almohadas de plumas.
Estoy temblando, ya, por fin, me voy a acostar con nada más y nada menos que Itachi Uchiha. Respiro entrecortadamente y no puedo separar mis ojos de él. Me quedo de pié, y veo cómo se quita el reloj de mano y lo deja sobre una mesita de noche al lado de la cama.

- Eres un doncel, ¿cierto?

- ¿Q-Qué?..No..no lo sé.

Abre el primer cajón de la mesita y saca un paquete de condones.

- Debes estar preparado. ¿quieres que cierre las persianas?

- No importa.  - Susurro. - Creí que no dejabas que alguien durmiera en tu cama.

- ¿Quién dijo que vamos a dormir?

Me quedé quieto, estoy con un Dios del sexo, ¿qué más puedo esperar?
Se acerca a mí despacio, muy seguro de sí y sexy. El corazón me bombea sangre rápidamente.

- ¿Tienes idea de lo mucho que te deseo?. - Me susurra al oído. Alza su mano y pasa sus dedos suavemente por mi mejilla. - ¿Tienes idea de lo que voy a hacerte?

Los músculos de mi parte más profunda y minúscula se tensan con algo de placer.
Siento el deseo por mis venas, y esas ganas de cerrar los ojos y enterrarme en sus actos, pero no puedo ni siquiera cerrar los ojos, él no aparta la vista de mí. Se agacha y me besa, sus labios firmes y exigentes. Se aparta de mí para recuperar aire, y empiezo a sentir sus manos recorrer por mi espalda hasta la nuca.
Comienza a desabrocharme la camisa, mientras que devora a besos mi mandíbula y parte de mi cuello. Saca la camisa, y se separa de mí para observarme. Me pongo muy rojo, y agacho la mirada.

- Sasuke..- Me dice. - Tienes una piel preciosa, blanca y perfecta. Quiero besar cada centímetro.

Se acerca de nuevo, e inconscientemente muerdo mi labio. Desliza sus dos manos entre mis cabellos para sostener mi cabeza, y me besa de nuevo, es tan exigente, nuestras lenguas se encuentran, en una salvaje danza.
Deja una sola mano en mi cabeza, y con la otra va recorriendo toda mi columna hasta la cintura, y sigue avanzando hasta la curva de mi trasero, allí me empuja suavemente contra sus caderas. Siento su erección.
Suelto un gemido aún sin apartar los labios de su boca. Lo cojo por los brazos y toco sus bíceps, es muy fuerte. De pronto siento sus dos brazos abrazarme por los costados, y me conduce lentamente a la cama, hasta que siento el borde por detrás de mis rodillas. Me suelta sin mucha fuerza, y caigo sobre el colchón soltando un jadeo.
Itachi se hinca sobre el colchón, y pasa sus dedos por todo mi torso hasta el borde del pantalón, vuelve a subir sus manos y lleva mis brazos por encima de mi cabeza, quedándome inmóvil.

- Sabes que me gusta poner el orden, y esto es exactamente eso, señor Hyuga. - Mi piel se eriza ante el contacto de su aliento contra mi cuello. Levantó su mirada, y me estremeció ver cuando lamía sus labios lentamente. - Eres un buen chico.

Respiré hondo y solté el aire que había en mis pulmones, mi cuerpo está caliente, y mi erección comienza a notarse, mucho.

- Itachi..Haz algo. - Dije en súplica, aún con las manos sobre mi cabeza, Itachi me besó con prisa, y me removí un poco debajo de él.

- No te muevas. - Sostuvo mis manos con una sola mano, y la otra la bajó a mis pezones, apretándolo con suavidad, al mismo tiempo que devoraba mi boca. No pude evitar mover mis caderas, es algo que hago sin conciencia. - Veo que tendré que poner un orden más estricto sobre ti para que aprendas a no moverte. Pero no te preocupes, hoy no me fijaré en ese error tuyo.

Un Maniático Del Control.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora