Sorprendentemente me desperté totalmente renovada. Había sido la primera vez en años en que no había tenido una de esas horribles pesadillas. Siempre trataban de lo mismo y me dejaban totalmente exhausta. Esta vez el edredon estaban en su lugar y no desparramados por el suelo, como usualmente aparecían todos los días al despertar.
Me levanté y moví las pesadas cortinas para descubrir que el día estaba horrible. Había una espesa neblina que no dejaba ver nada más allá de unos diez metros de distancia. El día se encontraba totalmente gris, lo que resultaba bastante raro. En general Ignis se caracterizaba por tener climas cálidos y soleados, por lo que la presencia de nubes en el cielo no era muy tranquilizante, pero no le di importancia. Era perfecto para poder quedarme en la cama, leer un buen libro con una taza de té con limón y no salir por nada en el mundo. Me lo planteé, pero decidí hacer lo correcto.
Para empezar el día, hice las tareas rutinarias de las mañanas: Me dirigí hacia el baño, me duché, lavé los dientes y peiné. Luego me coloqué el horrible uniforme. Cuando terminé, bajé las escaleras para poder desayunar y así finalmente caminar hasta la escuela.
Cuando llegué me encontré a toda la familia real en la cocina hablando con la señora Humphrey. Estaban vestidos formalmente, como si tuvieran algún evento especial.
La situación me resultaba algo extraña. La familia real tenía como tradición matutina desayunar solos en la larga mesa del comedor real, no en la pequeña mesada de la cocina, donde las doncellas y cocineros trabajaban. Nunca había compartido un desayuno con ellos. Pero igualmente allí se encontraban el rey Christopher, con su usual uniforme blanco; la reina, con un simple vestido de color bordó y su cabello rubio recogido en un moño; William, con el uniforme y unas ojeras terribles, y los antiguos reyes de Ignis: los abuelos del príncipe y padres del rey, Magnus y Narcissa. Habían sido pocas la veces que los había visto, especialmente a Narcissa. No se dejaban ver mucho. Viajaban constantemente debido a que se encargaban de las relaciones diplomáticas con otros reinos para no perder las ya creadas alianzas. Eran los responsables de la visita de la princesa continental, a la cual no había visto.
Todos se encontraban hablando algo serios, y cuando me vieron llegar, sólo William y Magnus me dirigieron la mirada.
El abuelo de Will era el único de su familia que realmente parecía preocuparse por mi. Cada tanto venía a preguntarme cómo me encontraba, si estaba cómoda o si necesitaba algo. A diferencia del resto, era amable y parecía ser una persona carismática, características que compartía con su nieto. De hecho, estos eran bastantes parecidos. Sus grandes ojos azules eran idénticos, al igual que sus narices respingadas. La misma mirada cálida que los diferenciaba del resto de los ignianos.
Intenté no prestarle demasiada atención al hecho de que estuvieran todos reunidos en la cocina e intenté actuar normal. Hice una reverencia sin mirar a nadie en particular y me dirigí hacia donde se encontraba Rose para buscar una manzana y largarme lo más rápido que pudiese de allí, pero debido a la cercanía no pude evitar oír la conversación que estaban manteniendo entre ellos.
—William, ¿entiendes lo difícil que fue para nosotros lograr que ese reino aceptara una alianza? — habló Narcissa en un tono bastante alto. Parecía algo alterada. Furiosa, en realidad. — ¡Y tú vienes y lo echas a perder en menos de una hora! ¿Es que no piensas en las consecuencias?
— Venga, tampoco fue para tanto. — intervino Magnus, intentando calmar a su esposa. El príncipe los miraba con aburrimiento. Parecía estar acostumbrado a los reproches de su abuela.— Fue solo un comentario. Eso no significa que vayan a querer rechazar nuestra oferta.
— Estoy harta, harta de pasar meses viajando hacia el continente y esforzándonos para negociar con esos estúpidos reinos para que él se lo tome como un juego. — se quejó la antigua reina mientras se dirigía hacia la puerta y la abría. — Esta es nuestra última oportunidad para obtener una alianza, por lo que te recomiendo que comiences a pensar en formas de disculparte con la princesa y su corte. — le ordenó a su nieto para luego pegar un portazo. Vaya espectáculo.
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La Heredera //En edición//
Fantezie//La historia esta pasando por un proceso de edición, por lo que es probable que veas contradicciones, cambios de nombre, de personalidad o lugares sin sentido. Recomiendo pausar su lectura hasta nuevo aviso. // "Tiene esa mirada penetrante que pued...