Prisioneros

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¡Holo! ¡Regrese de donde andaba y les traje un nuevo capitulo! Espero que lo disfruten XD

Advertencia: ¿Ustedes saben que les pasa comúnmente con los prisioneros no? Un poco de violencia.

Nota: Los personajes no me pertenecen, créditos a su autor.

...

...

Frías cintas se deslizaban bajo sus ropas, atando sus tobillos al fresco césped, poco a poco avanzaban sobre su cuerpo adolorido, el cansancio lo había derrotado, ya no podía más. El ultimo de los destellos del atardecer otoñal se refugió en la hoja sin filo de una vieja espada que Matthew usaba para entrenar. Tan quieto como su compañera, recostado mientras era arrullado por el canto de los pájaros que regresaban a sus nidos, respiró el aroma de la tierra mojada tan cerca de su rostro y creyó que no podría levantarse por lo menos en una hora.

¿Por qué practicaba tanto? ¿Porqué insistía hacerlo mejor que cualquiera? ¿Por qué estaba tan nervioso ahora que se había dado la noticia que sería el As de Picas? Tomó aire y la expansión de sus pulmones hizo que le dolieran las costillas. Era obvio, ahora en adelante tendría que estar cerca del actual As, su viejo maestro que, dolido tenía que admitir que era tiempo, su tiempo para retirarse ahora que podía despues de que los servicios de la reina pintaran sus cabellos rubios a cenizos, era tiempo de pasar el titulo a su joven aprendiz.

Cerró los ojos y los lazos fríos se tornaron un poco más helados haciéndole temblar. Si se quedaba tendido sobre el césped húmedo, cogería un resfrió, si se enfermaba, su maestro lo reprendería.

<< No puedo moverme >> Suspiró

Echó la cabeza atrás al escuchar unas suaves pisadas sobre la hierba, tal vez se trataba de su maestro que venía a ver que tanto hacia despues de su entrenamiento diario, pero aquellos pasos eran mas ligeros, eran...

-Matthew ¿Qué haces tendido ahí?

La luz se fragmentó en un cielo morado con manchas naranjas y rosas, sus ojos esmeraldas lo miraron y luego, saltando a su espada y de nuevo a él, lo comprendió. Su pequeña y futura reina de Picas sonrió cuando Matthew trató de levantarse deprisa, pero su debilidad no se lo permitió, sus músculos se habían enfriado y reclamaban que por un instante los dejara tranquilos.

-Agh, yo, perdón. So-solo entrenaba.

-Tranquilo Matthew.-Decía Arthur poniéndose de rodillas cerca de Matt.-Te eh dicho que no debes de exagerar con la etiqueta conmigo, nos conocemos desde hace tiempo y aún no soy la reina.-Enfatizo lo ultimo.

-Pero mi mae-

-¿Siempre entrenas tan duro? -Intervino Arthur.-¿Es porque serás As, verdad?

Matthew sintió mariposas en el estomago.

-Sí.-Dijo sin animo.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? -Preguntó al ver que el rostro de Matthew reflejaba una sombra.-¿Quieres que llame al As? O ¿Tal vez a Alfred? Debe de estar en las caball-

-¡No!

Matthew se sorprendió de si mismo al ver alzado la voz, Arthur alzó sus cejas tan expresivas de su rostro denotando lo mismo que él. Avergonzado, Matthew cubrió sus ojos con su brazo.

-Lo siento. No quise gritar...es solo que...estoy un poco ansioso y preocupado.

-¿Preocupado?

-sí. Lo siento.

-¿Por qué te disculpas Matt?

Un escalofrió recorrió la espina de Matthew con esa pregunta ¿Por qué? ¿Por qué se disculpaba? ¿Por qué, no se sentía fuerte? ¿Preparado para el titulo que cargaría? ¿Por qué...en sus manos estaba la seguridad de su hermano, de Arthur?

La locura del rey de PicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora