Tapiz y salpicaduras carmín

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 ¡Hola! (De nuevo enredada como repollo en sus cobijas) espero que disfruten otro de mis enredosos capítulos XD ¡Saludos!

Nota: Los personajes no me pertenesen, creditos a sus respectivos autores. 

♡♡♡

Una exhalación pesada escapa de entre sus labios, su majestad duerme, pero no descansa, aún dormido, hilos rojos se tejen con hebras negras, grises, ocre, tantos colores que juntos forman un tapiz de lo que su pueblo siente ante la noticia de guerra. La piel de Kiku es recorrida por un soplo del exterior, respira hondo y cada bocanada hace que su garganta duela. El miedo raspa sus entrañas y la incertidumbre le acaricia sin ser vista.

La reina de Corazones duerme, cubierta con el tapiz que conforma su pueblo, de los miembros mas pequeños.

Ojos puros, grandes y cristalinos observan a sus padres pálidos a pesar que les aseguran que todo estará bien. Sus manitas se aferran a sus ropas y asienten con timidez. Deben creer en las palabras de mamá y papá. Brazos y caricias los acunan con palabras dulces, nada va a pasar. Pero los días pasan y deben dejar sus hogares, sus juguetes, sus amigos atrás y adentrarse a las ciudades con murallas, altos soldados con brillantes y armaduras los guían. La reina puede verlo, el miedo en sus ojos a pesar que solo sueña, puede notar que aguantan las lagrimas y demuestran fuerza. Esos pequeños...no lloran. Un hilillo fino de odio entra en su corazón ¿Por qué se les arrebata la infancia? ¿Por qué los padres lloran en secreto? ¿Por qué debe ser de esta forma?

Una lagrima es derramada y Kiku la siente como suya, su pueblo llora por su familia, por sus seres queridos, su amor, no basta para mantenerlos unidos...

-Reina...Kiku.

Una gentil mano que ha estado preocupada por la condición de Kiku limpia su frente enperlada con sudor frio.

-Jack.

Feliciano sonríe penosamente cuando su reina por fin abre los ojos.

-No se levante. Aun sigue débil, debe de descansar.

-Estoy bien.-Resopló tratando de digerir sus pesadillas, tratando de ocultar a su Jack las emociones que se han enredado en su pequeño corazón.

-Se que no, pero si te hace feliz, fingiré que así es.

Feliciano tiene los ojos hinchados, mejillas rosadas y sus ropas que usualmente usaría en tiempos de guerra. Kiku imaginó que desde el regreso de Feliciano junto al Rey no había tenido mas opción que usar sus largas togas y estar siempre listo, por si era necesario hacer sus papel.

-Discúlpeme su majestad, solo sera un momento.

Sus ojos caramelo quedaron escondidos tras sus parpados cuando besó la frente de la reina. Un punto cálido surgió y Kiku sintió cosquillas con la magia sanadora de Feliciano.

Entreabriendo los ojos, Kiku notó que los dedos del Jack temblaban, sin poder evitarlo, lo que perturbaba a Feliciano, llegó a él y en consecuencia, las pesadillas de hace poco fueron compartidas con el castaño.

De cierta forma, la magia de Corazones te hace vulnerable a que los demás comprendan lo que desesperadamente tratas de guardar solo para ti. Es una maldición.

Feliciano se retiró agachando la mirada.

-Discúlpeme.-Dijo enseguida.-No es mi intención "leerle".

-Lo sé.

El silencio se yergue entre los dos unos momentos hasta que Kiku intenta ponerse de pie.

-Kiku, debes de descansar.

-Sabes que no puedo. Mi pueblo me necesita. Debo amortiguar su pena y dolor.

La locura del rey de PicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora