Religión

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A veces pienso en la falta de fe de mi hijo. Es una vergüenza para la Iglesia. Que prefiera se ateo antes que no creer en el amor infinito de Dios...

Hay que enseñar a los niños sobre Él desde pequeños, o será demasiado tarde, tal y como me pasó a mí. No me queda otra opción que enseñarle a la fuerza.

Llamé a mi hijo y le hice sentarse en una silla. Le leí la Santa Biblia. Extrañamente no rechistó, aunque supongo que es normal. Después de haberle quemado en la hoguera por sus infames blasfemias, al fin ascenderá al Reino de los Cielos con el alma pura.

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