#Ash.
Desabrochó mis jeans sin bajarlos, sólo los dejo asi abiertos y metio su mano en mi espalda, tengo en cuenta que su maldita mano está demasiado fría. Juro que no puedo moverme, no siento mi cuerpo, ¿acaso Jack le puso algo a mi bebida? No entiendo por qué me ven como si fuera un juguetito sexual. Primero Ethan y ahora Jack, genial, sólo faltaría que un perro quiera cogerme.
-¿Ash?, ¿nena me escuchas? Discúlpame pero es que me encantas. Quiero conocer tu bello cuerpo muñeca- susurraba esto en mi oido mientras yo estaba inmóvil, sus manos cada vez iban alzando más mi blusa, tengo que hacer algo para evitarlo.
-Jac...Jack...suél...suéltame...- apenas podía decir esto en un pequeño susurro, he de imaginar que ni siquiera lo pudo haber escuchado una mosca, además, sé que nada de lo que dijera lo detendría.
Logró alzarme la blusa, me levantó un poco para poder quitarmela y dejar a su vista mis pechos. Daba pequeños besos sobre mi cuello para así ir bajando lentamente hasta mis gemelos, no puedo hacer nada para evitarlo, me siento inútil. Jack se excito lo suficientemente rápido que no tardo en sacarme mis jeans y abrirme las piernas, mientras besaba mi rostro ciego él acariciaba mi sexo.
-Me encanta tu cuerpo, Ash. Es perfecto. ¿Eres virgen? Esto sera divertido muñeca- de un jalón quito mi sostén, esto ya se esta saliendo de control, no puedo detenerlo.
Maldición.
Ya sentía su torso desnudo contra el mío cuando de repente se levanta de mí y yo vuelvo a hacer un intento de moverme, de decir algo pero es inútil. No tardó para volverse a posar encima mío pero ya sin pantalones. No me puede pasar esto, no con él. Que alguien me ayude.
De repente se escuchan golpeteos en la puerta, algo desesperados.
-Jack, perro infeliz, abréme- parece que es Yair, amigo de Jack.
-¿Qué mierda quieres?- ya estaba listo para arrancarme mis bragas e introducir su asqueroso pene. Lo siento, soy directa.
-Tengo que decirte algo, tienes que ayudarme- en realidad se escuchaba nervioso.
-Por una mierda, ya voy, espérame-.
¡Gracias Yair! Eres mi héroe.
-Te salvaste, Ash. Pero de esta casa no sales-. Me susurro al oido antes de salir de la habitación y poner seguro a la puerta.
Pasarón como veinte minutos y yo ya podía ver con claridad, podía mover algunas partes de mi cuerpo pero no con tanta fuerza, con lo que apenas logre mover aproveche para ponerme todo lo que me había quitado y buscar un arma para defenderme de este imbécil. Necesito mi teléfono. Necesito a Alex.
ESTÁS LEYENDO
Si el destino nos quiere juntos, lo estaremos.
RomanceDos personas que se enamoraron a primera vista y se hicieron mejores amigos dentro de un poco tiempo, los llevara a un buen viaje al drama, decepción, amor, pasión y cariño, ya que no todo en esta vida es fácil; Alex y Ash tendrán que pasar un montó...