CAPÍTULO CUATRO

6K 452 142
                                    

❛bienvenida a Calormen❜

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❛bienvenida a Calormen❜

LAS TENSIONES A LAS QUE PETER Y YO pusimos fin acarrearon por ende un buen ambiente en las comidas y banquetes, por lo que comer en familia se había vuelto de nuevo uno de mis momentos favoritos. Se notaba que nuestras disputas habían terminado porque no hacía más que ver a un Peter contento disfrutar de sus hermanos y de su reino. Cuando un rey era feliz se notaba en el castillo. Aunque a veces no siguiéramos estando de acuerdo, sabíamos poner límite a nuestras distinciones y llevarlo como personas adultas. Como ya había dicho, se había terminado el discutir y los malos humos.

─Lucy y yo iremos al pueblo -anunció Susan casi terminando de desayunar, colocando los cubiertos sobre el plato para que segundos más tarde un sirviente los retirara- Hemos oído que la construcción del puente se está alargando y vamos a ayudar a trasladar las cosechas al mercado.

─Eso está genial -aprobó Peter asintiendo con la cabeza mientras se limpiaba la boca con un pañuelo- Pero iréis acompañadas.

─No hace falta que...

─Algunos de mis hombres os acompañarán después de partir a la expedición -los chicos me miraron ante la mención de una nueva salida, en especial Peter- Queremos ir a comprobar que no se repita lo de la semana anterior.

El monarca asintió, conforme con mi decisión al no querer dar más detalles delante de sus hermanos.

─Te acompaño -se ofreció de pronto Edmund, llamándome la atención.

─Creo que no -me negué.

─¿Por qué no? -exclamó indignándose el chico- Estoy preparado, llevo entrenando mucho tiempo. Además, sabes que puedo serte de ayuda.

─Te lo agradezco, Edmund -me adelanté a decir para no herir los sentimientos del muchacho-, pero no te necesitamos ahí.

Ed abrió la boca para replicar, pero su hermano se le adelantó.

─Haz caso a Charlotte -le pidió- No es una salida importante, es simplemente controlar el perímetro.

Sabía que las palabras de Peter no le habían conformado, pero no tenía nada más de qué quejarse cuando se le había negado ir dos veces. El chico resopló frustrado, pero rápidamente se olvidó del tema, lo cual Peter y yo agradecimos. No queríamos a Ed metiendo las narices en el asunto de la daga y los símbolos. No era el momento, al menos.

Cuando el desayuno hubo terminado para todos, cada uno se separó para atender sus tareas correspondientes. Me dirigí a mi habitación para cambiarme la vestimenta a una más adecuada y segura para montar a caballo y coger mis armas. Damia, mi fiel dama de corte que me había acompañado desde los inicios de nuestro reinado no solo en Cair Paravel sino en el campamento de Aslan, se ofreció a ayudarme para colocarme la cota de malla y recoger mi cabello, a lo cual accedí agradecida ya que sus manos ágiles eran más rápidas que las mías.

THE KINGDOM | PETER PEVENSIE 2 / POSTPUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora