Diez pasos, una vida..

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Los planos del edificio no son tan amplios como la estructura los hace ver. El cemento es bien grueso, limita el espacio. Bien localizados, podemos hacer que funcione. Hay tres bases de energía, una nos basta. Tenemos varios cables interceptores, suficientes como para lograr un intervalo bastante convincente. Si hay una bomba, tienen rastreadores que les indican el progreso. Un desvío de diez segundos puede ser útil para descontrolar la señal e intercambiarla por un cronómetro nuestro. Al fin y al cabo, es un cronómetro. Nombrará tiempo y llegará a cero sin que suceda absolutamente nada mientras para ellos y su sistema, el lugar aparecerá como derrumbado.

- Soy asesina a mano desarmada. ¿Cómo te puedo ayudar?

- Intentaré hacerlo con Lewis. Ayúdame distrayendo al oficial primario. Es el que tiene acceso a las cámaras de seguridad, por ende, es el primero que notaría la entrada.

- De acuerdo. Comunícate con Lewis. Pero de inmediato.

- Diez minutos, conteo regresivo y vamos por ocho. Vete, yo le notifico ahora.

Me muevo entre la multitud, ya tengo demasiado sudor ajeno sobre mi cuerpo, es muy fácil resbalar. No logro localizar al guardia de seguridad. Es que hay tanta gente. Ya le veo. Camisa azul, de espaldas, afuera. Creo que ha salido a pedirle identificación a unas menores con cara de adultas. Inmediatamente contacto a Nic. Mensaje inmediato: Sujeto no peligroso, área limpia, procede.

NICOLÁS:

Tiemblan mis sentires, rápido logro acceder a la oficina gerencial del lugar y me detiene la voz de alguien que pareciera estar hablando por celular. Me agitó el corazón casi a muerte. Pero ríe, está despistada. Me acerco a su espalda, tapo su boca y presiono su abdomen para dejarla sin aire. Al cabo de varios segundos se desmaya. No hay signos de bases de energía aquí. Muchos televisores, demasiados papeles y poco espacio, eso sí lo hay.

KENDRA FERRO:

Muchas invitaciones a bailar, mi concentración se desvía con cada persona que intercede. ¿Bebes? ¿Bailas? ¿Fumas? No. No. No. Vamos Nic, avanza.

NICOLÁS:

Me di por vencido en la oficina primaria, hay tres iguales en recta. La segunda es inmensa. Los papeles cubren el piso. ¡Tanta desorganización me limita! ¿Dónde puñeta marca el sensor que están las bases de energía? Seis minutos restantes. El celular vibra en mi bolsillo, no puedo atender. Lewis debe haber confirmado que le solicité hace un ratito.

KENDRA FERRO:

He tomado un trago de una de las meseras que pasó por mi lado. Tengo que disimular mi estabilidad en el mismo punto. Y no bebo porque no puedo, se me congelan los dedos mientras sostengo el vaso. ¡Maldita sea! El guardia principal sube del escritorio central donde parecía haber estado amarrando sus zapatos. La persona de afuera es un visitante común a quien se le ocurrió la brillante idea de vestirse con los mismos colores de los guardias que aquí trabajan. ¡Maldita sea! Corro hacia él y derramo el vaso lleno de alcohol sobre la mesa, simulando que estuve a punto de caerme.

NICOLÁS:

Bloquean todo acceso a las cámaras que manejo. Se cierra la puerta y emiten sonidos de alarmas bajas para no descontrolar a las personas. ¿Qué demonios pasa?

KENDRA FERRO:

- ¡Señora! ¿No está viendo lo que hace?

Cabrón. Señora ni señora. Señora tu esposa, maldito. Pero me alegra el alma haberle arruinado el sistema computarizado que tenía sobre la mesa.

- Disculpe, demasiada gente para muy poco espacio. Creo que debe manejar sus habilidades para saber cuánta gente cabe en este lugar y cuánta gente no cabe. Es matemática básica.

NICOLÁS:

Las alarmas cesan. Y al cesar, se restaura la energía nuevamente. Parpadea antes que todo un enorme cuadro al final del cuarto. Ahí estás, maldita. Saco el cuadro con prudencia y ahí está la razón de mi existir. La razón de mis dudas, la razón de mi perdición momentánea. Un panel lleno de botones y cables los cuales no entiendo ni recuerdo haber visto.

KENDRA FERRO:

- Son mil doscientos dólares y de gracias que no estoy incluyendo el IVU.

Reduzco el número de pensamientos para que hablarle no le altere y me remueva. Firmo la chequera de IJP, y el cheque que me ha tocado hoy aparece en nombre de Cristina Miranda. IJP. Malditos cerebros. Firmo. Mil quinientos dólares. Para que se meta la lengua donde mejor le quepa.

NICOLÁS:

¡¿Qué?! Fernando no ha contestado. El virar de hace rato fue una mierda de anuncio. ¿Y a este qué le pasa? ¿Pero dónde tiene la cabeza? Cuatro minutos, cuatro cabrones minutos y este no contesta.

KENDRA FERO:

Logro desviarme del tonto este que aún verifica que el cheque sea cierto. Entre tanta gente, no se va a acordar de mi rostro. Y agarro mi cabello en una coleta, saco de mi cartera un pañuelo y lo amarro a mi cintura y me pongo sobre los ojos lentes de contacto color marrones. Transformación debida en menos de treinta segundos. Sistemas de seguridad abajo. Ahora a encontrarlo. Enciendo el rastreador, segunda puerta a mano derecha.

Y aquí estamos. Sudando frío.

- Lyz, mujer. No entiendo esto en lo absoluto. Lewis no aparece.

- - ¿Qué? ¿Lewis? ¡Dios! Ay no. Pero siempre pasa algo parecido en las misiones. No todo es perfecto. Llama a IJP de inmediato.

- ¡Kendra, no hay tiempo! En lo que consiguen a alguien con la preparación de Lewis estallamos. No hay de otra, Ferro. Tienes que poner en práctica la clase de ingeniería.

- ¿Ingeniería? ¡Nic esa clase la tomé hace medio siglo y ni siquiera era de mi concentración puñeta no confíes en mí!

Me tiende las tijeras, los cables de unión y el cronómetro. Y al mirar el enorme panel solamente me llega el recuerdo amargo de ese examen final universitario (IJP) que tomé, que tanto odié y que al recibir la noticia de que lo había pasado celebré bebiendo como nunca lo había ni lo haré en mi vida. Dos minutos.

Dos azules. Juntos contrastan. Trece cables, tienen que haber diez para que haya funcionamiento. De arriba para abajo están ubicados por prioridad. Primera parte, principal del edificio. Segunda, probablemente los baños que son el segundo lugar más pisado después de la entrada. Un cable rojo con uno amarillo, aguantan presión. No, la liberan. ¡No! ¡La retienen! ¡Maldita memoria de mierda!

- Kendra, apresúrate.

Puedo cortar dos cables. Tengo diez segundos de entre tiempo para unir al cronómetro sin que se enteren de que hubo una intercepción en la señal. Hay dos uniones en el cronómetro. Una aguanta energía positiva, la otra retiene el choque. Pues tiene que ser un cable de menos de el voltaje requerido para hacer funcionar un panel completo. No tengo el tiempo para dudarlo tanto. Si exploto, exploto sabiendo que defendía mi sexto sentido. Corto el cable, Nic se enciende.

- 10, 9, 8......

Lo uno de inmediato a las orillas del dispositivo y hace contraste fuerte, quiere estallar la pantalla. Inmediatamente retiro lo hecho y uno el cable que corté con uno de intercepto de los de IJP y el que queda suelto lo paso a través de nuestro dispositivo. A dos segundos restantes, nuestra intersección se da exitosa. Siento la calentura de dos lágrimas que se deslizan por mis mejillas.

- Desactivada Nicolás. Salgamos de inmediato. Nicolás. Nicolás.

Volteo, Nicolás está en el piso, y una mujer armada apunta a mi cabeza sin intenciones de darme chance ni opciones de supervivencia.

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2016 ⏰

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