Capitulo 7

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Las chicas despidiéndose, enteraron al auto y tomaron camino a la ciudad vecina.

—Suerte hijitas—Dice Cláudia y les cierra la puerta del auto.

Martina programo una lista de reproducción y le dió un auricular a Cami, y uno se quedó élla. Suerte de que tenias el mismo gusto músical.
Dos temas y una partecita de uno bastaron hasta llegar a la ciudad vecina de la mía. Debo admitir que pense que íbamos a tardar mucho más en llegar. Estaba lloviendo a cántaros.

—Che boluda menos mal que tu vieja nos dió el paraguas.—Dice Cami abriéndolo.

—Si, somos unas tontas, le hubiesemos dicho al remisero que nos lleve hasta la dirección de la casa!

—Sí, tenes razón. Igual muy lejos no queda, el tema es la lluvia, vamos llendo?

—Dale.

Caminaron a paso apresurado hasta la casa. Cuando llegaron, una mujer no tan jóven nos abrió la puerta y nos miro un poco extrañada.

—Hola, que tal? Nosotros somos las chicas que iban a ver la casa para comprarla, se acuerda?

—Ah sí chicas, pasen para adentro que esta lloviendo mucho.

Nos mostró todas las habitaciones, que eran tres, la cocina, y el baño, había uno en cada cuarto y otro en el living.

—Muy linda la verdad.

—Sí, para ser sincera para dos mujeres capaz es grande, pero nosotras siempre sabemos como ocupar los lugares vacíos. —Dice riéndose.

—Tal cual jaja

—Decime,a vended o la alquilas?

—Eso se arregla con el vendedor...

—Cuanto es el precio de la casa?

—400.000$.  Se pueden pagar 200.000$ en dos meses, esa oferta solo te la dejo a vos porque la verdad e caíste muy bien.

—Buenisimo, mira yo tengo que volver a la ciudad, te compramos la casa. Cuando me digas empezamos con la mudanza.

—Dale, mañana podemos empezar y cuando termines de traer todo, me pagas la primer cuota, esta bien?—Dice la señora, la verdad que puso toda la confianza en mí.

—Joya, le dejo mi número y arreglamos el horario.

Cerraron trato y la señora le da la llave.

—Un gusto eh, mañana volvemos con todo.

—Igualmente chicas, suerte.

Salen de la casa básicamente felíz, porque mañana ya se muda, y dejaría esa vida atrás.

—Che vamos a casa así le digo a papá que nos llevé.

Fuimos caminando, y en la avenida se veia algo que nos dejo definitivamente con la boca abierta, y con mucha impotencia.
Fuimos corriendo hasta donde estaba ese perrito con la patita sangrando y llorando de dolor.

—Que hacemos Cami?

—Llama al veterinario.

—Pero no tengo número de nadie de acá.

—Ahora llamó yo.

La lluvia aumentaba, y el dolor del perro también, Marti lo único que podía hacer era contenerlo, y le pusó su campera arriba de él, porqué estaba pasando mucho frío. Los minutos seguían pasando, y por lo lejos se veía un chico venir a ayudar. Era él.

Nota de la autora:
Este es el capítulo en donde todo vuelve a ser similar a todos los capítulos que escribí en mi otra cuenta @untiempomass, ojala que les guste (:

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2016 ⏰

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