Capítulo 3 "¡¿Acaso intentaste matarme?!"

1K 68 5
                                    

MEGAN CLEARE:

Después de ponerme toda mi ropa. Bajo las escaleras y camino hasta la cocina donde me encuentro a Damon sirviéndose algo.

- ¿No se supone que los vampiros sólo se alimentan de sangre? - Pregunto frunciendo el ceño.

- Si queremos, también podemos comer.- Dice sin darle importancia.

- Aja.- Digo algo dudosa.- ¿Porque estas tan raro Damon? - Pregunto viéndolo con los ojos entrecerrados.

- ¡¿Yo?! - Finge estar ofendido y se lleva una mano al pecho.- Si la rara eres tu, que ha madrugado por primera vez.- Se lleva un pedazo de carne a la boca y hace gestos de gustó.

- Llevo aquí un día.- Aclaró.

Suspiro y decido dejar el tema aquí. Ya que con Damon nunca se llega a nada.

Abro la nevera y sacó un poco de queso y mantequilla. Agarro un pan de la encimera y me siento frente a Damon, quien me observa atentamente.

- ¡¿Ves algo que te guste?! - Pregunto con sarcasmo. Y le hecho mantequilla al pan, junto con el queso.

- No.- Se encoje de hombros.- Lamentablemente no me gustan las rubias.-

- ¿Y que paso con Caroline Forbes? - Pregunto con mi típico tono de fastidio.

Él gruñe y me lanza una mirada de odio, para luego levantarse de la mesa y caminar hasta el marco de la cocina, donde antes de que se vaya hago que el plato donde estaba comiendo se estrelle contra la pared.

- Ups.- Pongo una mano en mi boca.- Parece que ahora mis poderes tienen vida, y tampoco les agrada.- Finjo un puchero.

Él pone los ojos en blanco. Y me sonríe de lado.

- ¿Y ahora porque sonríes? - Pregunto molesta.

Damon vuelve a sonreír, y hace uno de sus movimientos "vampiricos" (Osea que se mueve muy rápido) y en  segundo siento mucho dolor y ardor en mi hombro derecho. Damon vuelve al umbral y se hace el sorprendido.

Miro mi hombro que tiene unos pequeño vidrios enterrados y sangre brotando. En el suelo, un vaso de vidrio roto. Conclusión Damon intento devolverme la jugada, pero esta vez lastimandome.

- ¡¿Acaso intentaste matarme?! - Digo tomando una servilleta y secando un poco de mi sangre.

- No lose. Aunque es una buena idea.- Ladea la cabeza y sonríe burlón.

- ¡¿Acaso no te acuerdas que soy humana?! - Me levanto molesta y busco un trapo en la cocina.

- Por si no lo sabes, te lo recuerdo. A: no me importa lo que te pase y B: Por mi estarías muerta.- Se acerca a mi.

- Estamos atados Damon.- Le aclaró y señaló su hombro que también está sangrando, pero a la vez curandoce en segundos.

Damon se acerca peligrosamente a mi, haciendo que nuestras respiraciones choquen, al igual que nuestros brazos. Ambos nos miramos fijamente a los ojos, manteniendo el contacto visual.

No me había dado cuenta de lo hermosos que son sus ojos azules, ni de lo profundos que eran.

Él se va acercando poco a poco, al igual que yo. Ambos sin apartar la mirada, intentamos acercarnos más, ya para unir nuestros labios. Pero Stefan hace un sonido, llamando la atención.

Rápidamente salgo de mi trance y empujó a Damon, que también parece que estuviera en un trance.

Miro incómoda a Stefan, quien nos observa con el ceño fruncido. Hasta que ve mi hombro herido, avanza a paso vampirico y se muerde su muñeca.

La Rubia De Damon Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora