Psycho ex-boyfriend

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  ㅡ ¡Jeonghan, cálmate! 

¿Calmarse? ¡¿Calmarse?! ¡¿Cómo podía pedirle que se calme?! Protegiendo a esa zorra... ¿Cómo Joshua podría haberle hecho algo así? No lo terminaba de entender. No entendía porqué estaba tan enojado con él, Joshua no tenía ningún derecho a estar enojado ¡Él lo había dejado! ¿Por qué era así? ¿Por qué salía con esa chica luego de haberle terminado? ¡Dijo que lo amaba!

  ㅡ Jeonghan, aléjate de la puerta y deja que se vaya... Me quedaré aquí contigo si dejas que ella se vaya.

Negociaba... 

¿Debería aceptarlo?

Sonaba falso...

Hong Joshua ¿Por qué?

Se apartó de la puerta, manteniendo una distancia considerable hasta que ella pudo irse corriendo pero no dejó que Joshua tuviera oportunidad. Lo acorraló, prácticamente pegándose a su cuerpo en un intento de besarlo pero el menor se negaba a hacerlo. Pocos segundos pasaron hasta que el forcejeo comenzó, un violento forcejeo en el cual Jeonghan terminó en el suelo inmovilizado por su dongsae.

Sonrió.

No podía evitar sonreír mientras rodeaba su cintura con las piernas.

Vuelve conmigo, ella no te hará feliz...

¡Déjame en paz, Jeonghan! ¡Entiéndelo! ㅡ exclamó Joshua, furioso ¿Por qué se veía tan sexy?ㅡ. Hace un año que terminamos ¿Por qué sigues insistiendo? ¡Deja de acosarme! 

ㅡ   Esta es mi casa también ㅡ explicó, haciendo un mohín con los labios.

  ㅡ ¡No lo es! ¡Estás demente! ㅡ se exaltó el moreno, de pronto se veía asustadoㅡ. Jeonghan... Tú no vives aquí, tú no eres mi novio. Ya todo terminó ¿por qué sigues? 


Enfurecido con tales palabras, Jeonghan soltó un grito y comenzó a removerse bajo el delgado cuerpo del menor hasta poder soltarse. Cuando se puso de pie tomó lo más cercano que encontró, una lámpara... Sin pensarlo la estrelló contra la cabeza de Joshua, provocando que cayera de nuevo al suelo aturdido. Su corazón latía con fuerza, la adrenalina corría por sus venas y de pronto se alarmó al ver la sangre caer. El moreno se removió como pudo, llevándose la mano a la zona herida, gimiendo.

  — Jeonghan...

¡Joshua, mi cielo! —  sollozó el mayor de ambos,  dejándose caer sobre sus rodillas cerca de él, tomando sus manos apenas distinguiendo que su menor quería que lo soltara—. Si ella no hubiera aparecido, seríamos felices aún, si ella no existiera no estarías sangrando ¡Es su culpa, Joshua! ¿Por qué no lo ves?

El americano negó con la cabeza, soltándose como pudo para poder levantarse y arrastrarse a la cocina, buscando su celular, necesitaba un médico. El rostro de Jeonghan no expresaba más que furia, donde con pasos firmes caminó con velocidad para seguirlo, golpeándole la mano para que no pudiese llamar a nadie. Si él no lo tenía, nadie lo haría. Se abrazó a su delgado cuerpo, besándolo a la fuerza aunque este no quisiera, tenía una sola oportunidad... O volvía con él o no.

¡Detente! —  gimió dolorosamente, siendo mordido con fuerza en los labios, comisura, cuello. Logró empujarlo tan solo unos segundos antes de que volviera a tirársele encima, esta vez estampándolo contra la encimera, provocando el caer de varios objetos y un aliento robado— ... ¿Qué...? ¿Qué has...?

Su voz salió en un hilo, el brazo izquierdo del mayor lo rodeó por el cuello mientras volvían los pequeños besos que decoraron su rostro mientras que su respiración era cada vez más dificultosa hasta el punto de toser. A Jeonghan no parecía importarle llenarse lentamente de sangre.

Eres mi bebé, Joshua... Solo mío... — murmuraba entre beso y beso, encajando cada vez un poco más el cuchillo en su abdomen. Las piernas del menor se debilitaron y fue descendiendo acompañado de su exnovio—. Te adoro, te amo, bebé. Amo tus labios, tus manos, tu cuerpo. Amo tu olor, tu sangre. No debimos terminar... Éramos felices.

Joshua no decía nada, su vista se nubló de repente ante las lágrimas que pronto cayeron por sus mejillas, haciendo que Jeonghan las limpiara y acariciara sus mejillas. Aún no podía creer que lo hubiera acosado, que lo hubiera seguido, que lo amenazara y ahora lo apuñalara... ¿Dónde quedó ese chico precioso que se reía dulcemente y gastaba bromas? ¿En qué momento se volvió tan obsesivo como para enterrarle un cuchillo de cocina...? La horrible sensación de la hoja perforándolo, el escozor, la sangre brotar, el terror de no volver a ver ni a su familia ni a su novia.

La mano de Joshua se posó sobre la mejilla del mayor, mirándolo a los ojos, rogándole con solo la mirada que por favor se detuviera.

  —  No tengas miedo, mi amor, no tengas miedo. Todo estará bien — hablaba Jeonghan, volviendo a acercarse a los labios temblorosos del menor para besarlos—. Te amo... 

JiHan One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora