Pelea

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Si te veo jodido me jodo, y si le pegan a un hermano nos metemos todos

- Llama a DD Lidia- no veo su reacción ya que le doy la espalda para mirar al que tiene agarrado a Saúl por el cuello de la camisa, igualmente se que se ha ido por los quejidos de la gente que oigo a mi espalda.

Una vez dentro del círculo sólo hay dos opciones, o llevarme a Saúl sin pegar a nadie.... O pegar a alguien. No debería meterme en problemas, no en el instituto, que se lo notificarán a mis padres. Aunque arrancar el problema de raíz será más efectivo...

- ¡Pelea, pelea!- grita la gente cómo si se hubiesen puesto de acuerdo. Y es que mientras yo pensaba que hacer por unos segundos, le han pegado un puñetazo.

Algo se activa en mi cuando veo su nariz sangrar. Me sale sólo avanzar corriendo y empujar al matón, al no esperárselo suelta a Saúl y yo aprovecho para pegarle un puñetazo en toda la nariz. Tal como me habían enseñado mis padres. Un "uo" general recorre el circulo de personas. Está doblado sobre sí mismo con la mano en la nariz. Lo agarro del pelo y levanto su cabeza para dejarlo a milímetros de mi cara.

- No le vuelvas tocar un pelo, ¿me entiendes? O no volverás a caminar- tal vez me estoy pasando, pero cuanto más miedo menos se acercarán.

En cuanto le suelto la cabeza DD atraviesa el círculo y lo aleja de mi a empujones, gritándole cosas para que no se acerque. Me da el tiempo justo a girarme para mirar a Saúl con la nariz sangrando, cuando un profesor disuelve a la gente. Intento irme disimuladamente pero no lo consigo.

- Los cuatro, a dirección, ahora.

DD suelta un gruñido cuando oye eso y deja de darle empujones al gilipollas ese. Saúl agacha la cabeza y comienza a andar detrás del profesor.

- ¿Se puede saber por quien me he ganado una semana de castigo?

DD está visiblemente cabreado, pero es cómo una ley no escrita entre nosotros. Se meten con uno, nos metemos todos. Eso incluye a las personas que a ti te importen también. Pienso en su pregunta porque en realidad el niño pijo no es nada para mí.

- Reina sabes que normalmente te dejo no responder, pero esto es importante- noto la rabia contenida en sus palabras y me siento un poco culpable.

- Es mi compañero de trabajo- respondo con calma.

- ¿¡Tu compañero de trabajo!?- no me molesto en decirle que baje la voz. Vamos camino a dirección con dos chicos delante sangrando, ya llamamos la atención.

- Le dije que los mantendría alejados- susurro para que no se entere el idiota que no me ha dicho su nombre o no me acuerdo- Yo cumplo mi palabra.

Esa frase simplemente le abre la mente, asiente aunque suspira, pero no dice nada más. Sabe que cumplir lo que se dice es algo importante para mí, me coge de la mano y aprieta fuerte. No me molesto en soltarla, sé que me dice sin palabras que hará lo que haga falta si yo se lo pido.

Llegamos a dirección y primero entramos nosotros dos, ya que el niño pijo y el otro están siendo atendidos por la enfermera. El profesor le susurra lo que ha pasado al oído y enseguida se ve enfadado.

- La fuerza nunca es la solución a los problemas.

- ¿Se supone que este es el momento en el que decimos "lo sabemos y nos arrepentimos" bajando la cabeza?- yo tengo una virtud que DD no tiene y es no hablar si no es necesario. Le doy un rodillazo.

- No le haga caso- intervengo para salvar la situación- En realidad soy yo la que ha pegado al chico, él sólo lo ha alejado de mí para que no le pegara más- tal vez miento un poco

ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora