Capitulo 5

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//Una semana después//

¿Alguna vez te has despertado sin recordar nada? Si, nada, ¿tu nombre, familia, idioma, o donde estas? Más sin embargo segundos después recuerdas todo. Pensamientos que llegan disparados a ti, y de nuevo vives esa vida de mierda.

Era justo lo que a Samantha le estaba sucediendo, haber sentido tranquilidad en su pecho durante ese poco tiempo y de pronto recordar que quizá... nunca volvería a ver a su familia, no podía evitar sentirse triste. Se sentía mal en todos los aspectos, desde el hecho que sentía que su corazón no iba a resistir tantas emociones, hasta que no aguantaba el horrible retumbar de su cabeza.

Mientras Toby, se sentía extremadamente feliz. Por tenerla a su lado, estaba enamorado y quería consentirla, aunque ella lo odiara. Quería enamorarla, poco a poco, hacerla suya.

-¿Te sientes bien Toby?- Susurró una voz, el giró la mirada y se encontró con su compañero. Hoodie. Era alguien de fiar a pesar de ser amigo del pesado de Masky.

Echó una leve mirada alrededor del comedor para asegurarse de que nadie los viera.

Toby sonrió, de igual manera comenzó a susurrar una conversación solo audible para ellos.

-Me siento increíble hermano, mejor que nunca.-

-Supongo que es así, después de todo el Operador te ha felicitado. Masky me contó lo que hiciste, eres un gran chico.- Respondió cabizbaja y con una voz rasposa, mientras observaba su desayuno.

Pronto una monótona voz comenzó a hablar.

-¡Compañeros!- El castaño alzo la voz.- Tuvimos una exitosa noche de caza. Se arrebataron aproximadamente 150 vidas - Todos comenzaron a gritar emocionados.- Cada vez me sorprenden más. - Masky observo a Toby, y con un poco de recelo continuó.- Pero una en especial me ha dejado sin palabras. Rogers, levanta tu trasero. -Le ordenó.-... Hace una semana cuando disfrutábamos la noche un curioso quiso adentrarse a nuestro hogar. Pudo haber divulgado nuestras identidades, relevar nuestra ubicación y acabar con todo lo que hemos construido. Pero el chico tics lo impidió. - ¿Era necesario ese apodo? Detestaba que lo llamara así.- Y hizo lo que cualquiera de nosotros... matar.- Casi se atraganta al oír el revuelo de sus compañeros, todos lo felicitaban, el solo se sentó lentamente en su lugar de nuevo.

El sintió un apretón en su estomago, la culpa no tardó en hacer presencia. Su piadosa mentira se extendía por la cabaña. Rápidamente tomo su tenedor y lo enterró en aquella montaña de Waffles, aunque le causaba náuseas, lo colocó en su boca y comenzó a masticarlo, aquel dolor en su estomago se hizo más constante, Hoodie lo observó con detenimiento.

-Hermano, ¿te sientes bien?- ý. Su estómago sentía punzadas y una acidez que lo perforaba poco a poco. No quería verse débil ante los demás, tenía suficiente con las burlas acerca de sus tics.

Tomó las llaves de su bolsillo y las colocó en el picaporte. Entró a la habitación de golpe, encontrándose con una Samantha asustada y con ojos llorosos. Su corazón se estrujó al verla, quería abrazarla y decirle que el, la protegería aunque fuese imposible. Hizo caso omiso de sus sentimientos y cerró la puerta bajo llave, de nuevo. Samantha limpió sus lagrimas con su antebrazo, se tragó todo el dolor que sentía y trato de lucir fuerte. Era uno de sus más grandes defectos, aparentar ser la chica fuerte que todos conocían, cuando por dentro podía estar totalmente destrozada y con el alma cayendo en pedazos.

Se estremeció al ver a Toby, se veía vulnerable. Una sensación cálida le recorrió el pecho, ¿que... quería abrazarlo? ¡Qué! No en los más mínimo. Mantuvo la vista puesta sobre el, era obvio que algo no estaba bien, se veía nervioso y tenia una aura tensa, tenía la mano contra su estómago.

¿Podía sentir dolor? Le parecía una controversia, el no podía sentir nada, ¿acaso solo fingía? eso explica el porque de su actitud tan egoísta. Entrecerró los ojos y se cuestionó si debía hablar o no.

Pero lo hizo:

-Quieres vomitar ¿cierto?- El asintió, Samantha frunció el ceño.- Hazlo.- Le ordenó, Toby se sintió abrumado ¿quería verlo vomitar? ¿Por qué?. -... te sentirás mejor.- Le parecía extraño aquel repentino interés.

-No, no puedo.- Respondió. Ella le miró extrañada, se levantó de la cama y camino hacía el tomando su brazo, abrió la puerta del baño y lo hincó sobre sus rodilla al frente de el escusado.

Se mencionó a si misma no volver a hacerlo. Más sin embargo, nunca dijo que no podía provocarselo a alguien más.

-Lo que harás es simple - Deslizó sus dedos sobre su abrazo hasta entrelazar sus manos.- ... con el dedo índice y medio tocaras tu campanilla - Le mostró como debía hacerlo, metiendo sus dedos en su boca, a Toby le pareció muy excitante, y no pudo evitar tener una incómoda erección.- ... ¿lo ves? Es fácil.- Dijo ella.

Dudoso el castaño siguió sus instrucciones, y la miró a los ojos, a lo que ella respondió con la cabeza indicándole que siguiera, y el lo hizo. El vomito no tardó en aparecer era bastante, espeso y de un color naranja amarillento a causa de los waffles, en conclusión una combinación asquerosa. Cuando Toby sintió que ya se había deshecho de todo levantó la mirada hacía Samantha, sus ojos estaban caídos y desbordaban lagrimas, su cara estaba más pálida de lo normal, que hasta podía jurar que se veía la sangre correr, el esbozo una sonrisa frágil.

Le gustaba esa faceta débil y sumiso, y no dudaba sacarle provecho. Se abalanzó contra el y lo beso, de una forma extremadamente exigente.

Toby abrió los ojos como plato ¿¡lo estaba besando!? Parecía un sueño sacado de sus más profundas fantasías. Vaya que lo estaba disfrutando ese suave compás, los esponjados labios de Samantha para sus delgados y quebradizos

- Mnh, Sam, espera...- La alejo desde los hombros.- Acabo de vomitar, esto es asqueroso.- Bajo la vista, de seguro se veía patético.

Lo tomó de la barbilla y dirigió su mirada hacía ella ¿cómo era posible verle después de todo eso? Finalmente lo hizo, sus ojos oscuros delataban deseo y lujuría, no amor.

-No lo es para mí.- Contesto antes de volver a besarle de una forma más dulce y recorriendo cada espacio de su boca, se posicionó sobre el regazo de Toby y comenzó a presionar contra su pantalón, era adorable oírlo gemir. Sentía que podría correrse con tan solo ese toque.

Ambos castaños estaban jadeando y el ambiente era demasiado caliente entre ellos.

-Tócame, Tobías...- Habló la joven entre dientes.

Era extraña aquella repentina iniciativa, y más cuando juraba odiarlo con su alma. Pero qué importaba, ella lo estaba pidiendo, ademas el lo había imaginado cientos de veces y era su oportunidad perfecta. 

El miró inseguro y acerco la mano a su cintura quería sentir su piel caliente. 

Un sonido interrumpió, era la puerta. Alguien estaba golpeando de una manera frenética. Ambos se pusieron nerviosos e inmediatamente se separaron. El castaño gruño quería matar a cualquiera que estuviese atrás de la puerta dejó a la chica en suelo de el baño.

Toby abrió la puerta con cautela para encontrarse con Masky aparentemente enojado, muy enojado.

-¿Por qué huiste imbécil? Al fin haces algo bien en tu maldita vida y lo que hiciste fue huir. Eres patético. - 

- Yo... me sentí mal.- Susurro mirando el suelo. 

-Si fuera tu igual me sentiría mal. - Escupió. Lo recorrió con la mirada y se encontró con su erección.- Eres disgustante. ¿Te estabas masturbando? - Reprocho, el solía ser cruel. - ¿Lo que escuchaba eran tus gemidos? Gimes como una maldita zorra.- Demasiado cruel.

Odiaba a Masky con toda su puta alma.








































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