Hacia 1890 hizo su aparición Teobaldo Smith, que dio la explicación de por qué el
ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur enferma y muere de fiebre de
Texas, y de por que el ganado vacuno, aun estando sano, acarrea al ir al norte una muerte misteriosa para sus congéneres de esta región.
Precisamente en aquellos días una enfermedad extraña, la fiebre de Texas, traía
seriamente alarmados a los ganaderos; los del sur compraban ganado del norte, que
era soltado de los vagones a pastar en campos junto con las vacas del sur
perfectamente sanas. Lo mismo sucedía al enviar al norte los novillos y terneras del
sur. Decían que la fiebre de Texas era producida por un insecto que vivía sobre las
vacas, chupándoles la sangre, insecto que denominaban garrapata.
Kilborne le habló acerca de la teoría de los ganaderos:
"Donde no hay garrapatas no hay fiebre de Texas".
El 27 de junio de 1889 llegaron para trabajar 7 vacas flacas perfectamente sanas,
procedentes de los ranchos de Carolina del Norte, estaban plagadas de garrapatas de
todos tamaños.
"Metieron cuatro de esas vacas del sur plagadas de garrapatas en el cercado número
1 junto con seis vacas del norte, pensando que las garrapatas invadirán el ganado del
norte, pues no han estado puestos en contacto con la fiebre de Texas, pero tienen
cierta predisposición para la enfermedad."
En el cercado número 2, no había garrapatas, permanecían completamente sanas.
Smith reflexionaba sobre el notorio cambio de la sangre: el microbio desconocido de la
fiebre de Texas ataca a la sangre; parece que algo se introduce en los glóbulos rojos,
haciéndolas reventar.
"Examinó el preparado la sangre de la primera vaca fallecida, examinado unos
curiosos espacios piriformes, observó que los agujeros se convertían en seres
vivientes piriformes que, asimismo, encontré en la sangre de todas las vacas
enfermas.
Pero se necesitaba saber de que forma se transmitía la enfermedad de Texas.
"Si tomaba garrapatas jóvenes y sanas, incubadas en el laboratorio, garrapatas que
nunca han vivido sobre el ganado, los pongo en una vaca norteña y dejo que se
atraquen hasta saciarse. Eligió una ternera gorda, la puso en un pesebre y día tras día
hacia pequeñas incisiones en la piel de la novilla para extraer unas gotas de sangre.
Un día notó que estaba muy caliente y la sangre no fluía y estaba oscura; examinó al
microscopio y vio que los glóbulos rojos estaban picoteados y destruidos."
La conclusión de Smith fue que la enfermedad era transmitida por la garrapata joven.
Exterminado este insecto, bañando el ganado en soluciones antisépticas apara matar
las garrapatas y manteniéndolo en campos limpios de bichos, desaparecerá la fiebre
de Texas. Descubrió hechos curiosos relacionados con la inmunidad; vieron terneras
norteñas con ataques benignos de fiebre de Texas, y al siguiente año pastaban en
campos que resultaban mortales para las vacas del norte no inmunizadas. De este
modo se explicaron el por que del ganso del sur no es victima de la enfermedad de Texas