10. Recuerdos

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—Sam, por favoor...


—¡¡Cuando una chica está en su periodo no quiere moverse, se quiere quedar acostada todo el día esperando la muerte como corresponde!!


—Samantha no te estoy pidiendo que salgas y hagas ejercicio, solo quiero que levantes tu trasero del sillón, camines unos pasos y abras la puerta.


—Caminar cuenta como ejercicio.


—¡¡NO CUANDO CAMINAS CINCO PASOS DENTRO DE TU PROPIA CASA PARA ABRIRLE LA PUERTA A TU SUPUESTO AMIGO!!—Buen punto...Entrecierro los ojos y junto fuerzas para levantarme, en el camino me pongo la capucha de la sudadera que traigo puesta antes de abrir la puerta.


—¿Tienes lo que pedí?—con las manos dentro de los bolsillos miro para todos lados y pongo mi mejor voz ronca.



—Deja de hablar como mafiosa, me haces sentir como traficante.—Logan pasa por mi lado y sigue hablando desde la cocina—Y sí, si traje tu helado.



—Logan, le quitas lo divertido.—digo y cierro la puerta, ambos subimos a mi habitación. Hoy como me encuentro... Indispuesta, le dije a Logan que sin importar su opinión nuestra "noche de salir" se cambiaría por la "noche de Sam" donde haremos lo que yo quiera. La idea es mirar películas y comer hasta explotar o dormirnos, lo que suceda primero. Si se preguntan por lo que pasó con Alex bueno, no he podido dormir bien desde que entró a mi  habitación por la ventana. He hablado con Logan y Oliver sobre el tema, pero ninguno me dijo nada útil. El primero porque es "ajeno al tema" y el segundo solo dijo que los hombres también son complicados. Con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Lamentablemente para mi salud mental el hecho de que Alex haya entrado a mi habitación me ha afectado más de lo que se imaginan. Desde ese días cuando me ducho salgo del baño ya vestida, tiendo mi cama e intento mantener todo lo más ordenado posible, además no dejo que nadie entre si no lo hago yo primero por miedo a encontrarlo de nuevo aquí. Háblenme de ser paranoica. Tengo que admitir que una gran parte de mi quiere entrar y encontrase con él de nuevo, pero la otra parte, la razón que nunca quiero escuchar está segura de que lo mejor es que no vuelva a pasar.


Termino de poner la película y me siento en el suelo junto a Logan, nuestras espaldas usan mi cama como respaldo y entre nosotros hay una gran bandeja llena de comida y dulces de todo tipo. Siempre me han gustado estas maratones de películas, Logan ha visto tantas facetas de mi y yo de él que puedo olvidarme de los modales y sentirme cómoda sin tener que preocuparme por cómo me veo o lo que digo. 


Uno de los protagonistas está a punto de morir, la novia levanta su cabeza y la pone sobre sus piernas. Todo está en silencio, la única fuente de luz que tengo es el de la pantalla del televisor. Las lágrimas queman en mis ojos y una sonrisa de boca cerrada se forma en mis labios cuando él toma su mano. Están tan cerca el uno del otro que no necesitan más que susurrar cuanto se aman. Aprieto la manta que traigo como capa con fuerza entre mis manos cuando él cierra los ojos y ella se despide. La pantalla queda en negro y los créditos aparece con una música suave que no me ayuda a dejar de llorar. Más lágrimas mojan mis majillas y suspiro con tristeza. Me quedo mirando como pasa la lista de nombres y giro mi cabeza indignada cuando el cuerpo de Logan cae para un costado. ¡No puedo creer que se haya dormido!. Dejo la bandeja en el escritorio y cubro a Logan con mi manta. Voy al baño y lavo mis dientes, cuando salgo tomo una de mis almohadas y acomodo su cabeza en ella. Enserio soy el hombre aquí. Me quedo con la computadora un rato hasta que comienzo a sentir sueño, estoy a punto de apagarla cuando una notificación de que Alex a publicado algo me lo impide. Mi ánimo decae cuando veo que en realidad es una publicación preestablecida que hace Facebook cuando cumples cierto tiempo desde que creaste tu cuenta.


Facebook recuerda el pasado de Alex seleccionado un montón de fotos viejas, las primeras que ha publicado, y yo como buena acosadora que soy comienzo a mirarlas una por una. Tiene fotos con Janet y con Dylan de pequeños, sonrío como tonta al pensar que desde pequeño es hermoso. Hay varias con su perro y su mamá, fotos familiares, con su padre y de más amigos. Continúo bajando hasta detenerme en una que llama mi atención y hace que las palomitas se atoren en mi garganta. Es una del cumpleaños de Tayler, pero lo que llama mi atención es quienes están en esa imagen. Alex tiene un gorro muy llamativo y la cara pintada con manchas verdes, pero no es eso lo que hace que mi mente tenga un colapso, sino el chico que está junto a él. Connor es el pequeño a su lado y junto a él estoy yo. Ambos tenemos una gran sonrisa y estamos abrazados, Alex solo nos mira desde un costado molesto. Mi estómago se encoje, hasta este momento creí no conocerlo en lo absoluto, ver esa foto hace que recuerde muchas cosas. Connor era algo así como un amigo, un día vino de visita a la casa de Alex, recuerdo que estaban jugando a la pelota Connor la pateó tan fuerte que la pelota terminó atravesando la ventana de nuestra cocina, recuerdo que mamá fue a hablar con los padres de Alex y mientras tanto yo me quedé jugando con los chicos. Connor era un niño regordete y muy simpático, pero también muy tímido, ahora entiendo por qué no lo reconocí ese día, las facciones de su rostro ahora están mucho más definidas, su cuerpo ha sido trabajado por el ejercicio y esa timidez ya no existe.


Cansada decido intentar dormir, fue demasiada información para una noche. Todavía sigo anonadada, no puedo creer lo mucho que pueden cambiar las personas físicamente, aunque ahora que lo pienso también pueden cambiar su personalidad, quiero decir si Connor cambió su apariencia también puede que ese niño tierno y amigable tampoco exista más... Ojalá me equivoque.

Desde Mi BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora