la maldición de los demonios .

día 4.una extraña sombra

Son las 3:00 a.m no recuerdo nada de ayer, sentí a alguien al lado mío, al ver que era Juliana, recordé un poco, pero aún así no le puse mucha importancia, no habia electricidad así que fui al baño con una linterna y me lave la cara, al mirarme en el espejo pude notar una extraña sombra atrás mío, era una sombra alta, con alas, cuernos y brazos desfigurados, quedé paralizado, no podía moverme sólo cerré mis ojos y cuando los volví a abrir la sombra se había ido, fui corriendo a despertar a Juliana, pero antes de hacerlo... decidí pensar que sólo era mi imaginación, cuando me iba a acostar de nuevo en el sofá, pude ver que Juliana no tenía cobijas, fui a mi cuarto agarre unas cuántas y cuidadosamente se las puse encima, pude ver como sonrió ligeramente, no pude evitar sentir una sensación de felicidad, pero pronto se desbaneceria, el televisor se encendió, creí que la electricidad había vuelto, intente apagar el televisor lo más rápido que pude para que Juliana no se despertara, pero por algún motivo no pude, así que lo desconecté, tenía un poco de hambre así que antes de acostarme de nuevo fui a la cocina a prepararme algo, pero ni las luces ni la cocina servían, empecé a ponerme muy nervioso y regresé rápidamente al sofá para acostarme junto a Juliana, la abracé fuertemente y ella despertó, me preguntó que pasaba y sólo vio mi cara de pánico, me volvió a ver y me dijo que fuéramos a mi habitación para hablar ahí ya que estábamos muy incómodos en el sofá, cuando llegamos a mi habitación le conté todo lo que había visto, ella no estaba muy convencida, pero decidió creerme, ella me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien y que ella siempre iba a estar conmigo, en ese momento me sentí seguro, pero incómodo porque yo tenía más miedo que ella, así que le dije que durmieramos de nuevo, pero esta vez en mi cama que era más cómoda que el sofá, ella durmió abrazandome, yo sólo sonreí y me dormí, cuando desperté Juliana seguía durmiendo, la vi muy tierna así que decidí no despertarla, pero en ese momento vi la hora, eran las 8:00 a.m se nos había hecho muy tarde, así que tuve que despertarla para ir a la preparatoria, cuando ella despertó me dijo: -¿que pasó amor?- me sonroje y le dije que ya era tarde para ir a la preparatoria, ella vio la hora, se levantó de golpe y se fue a su casa, para alistarse, quise ir a dejarla, pero se me haría más tarde a mi, así que me bañé y me aliste lo más rápido que pude, iba saliendo de la casa cuando vi el autobus salir y el próximo autobús salía en una hora así que no me esperé y salí corriendo hacia la preparatoria, cuando llegué note la ausencia de Ghost, pero yo sabia que el estaría bien, por quien si me preocupé fue por Juliana... después de varias lecciones no llegaba a clase y en la madrugada habían ocurrido cosas extrañas, así que decidí tomar mis cosas e irme de la preparatoria, el profesor me miro extrañamente al verme salir, pero no me detuvo y siguió dando la clase, el guarda no me quiso dejar salir, pero le saque una navaja que siempre ando en el bolso por si acaso la necesitara y me dejó salir aunque lo asusté un poco, fui preguntando de casa en casa para saber donde vivía Juliana, finalmente me dijeron, tomé un taxi y le dije que me llevara, al llegar a su casa noté que la puerta estaba entre abierta, toqué la puerta, pero nadie salió ni respondió, así que dejé mi miedo de lado y entré a la casa, al entrar no vi a nadie, sin embargo pude escuchar a alguien llorar en una habitación, fui corriendo directo a aquella habitación, toque la puerta varias veces, pero no me abrió, así que entre de golpe y la vi, era Juliana, estaba llorando mientras abrazaba sus piernas y tenía el pelo muy desordenado, me acerqué a ella, intenté hablar con ella, pero no me respondía, después de unos minutos decidí sacarla de aquella casa y llevarla a la mia, le di un té de manzanilla para que se tranquilizara, le pregunté sobre lo que había pasado, pero me dijo que fuéramos a mi habitación, una vez ahí, ella me contó que alguien o algo la estaba atormentando, yo me puse a temblar y pensé en la sombra que había visto en la madrugada, como ambos teníamos miedo, le propuse que se quedara a dormir a lo cual ella aceptó, Juliana se durmió abrazandome con mucha fuerza ya que estaba muy asustada, yo no podía dormir, pensaba en aquella sombra e intentaba asimilarla, pero no pudo haber sido la mía, era muy extraña, y que a Juliana la estuviera atormentando algo me preocupaba, nunca debimos jugar a la ouija, después de un rato me quedé dormido, pero nuestra desgracia apenas comenzaba.