Capítulo 10

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La mañana parecía haber llegado más rápido de lo que parecía, Las chicas que habían quedado dormidas sobre la cama, sin duda ya estaban despiertas y preparando el desayuno; ninguna quiso despertar a las chicas en el sofá, se veían tan cómodas, relajadas y sin duda enamoradas que habría sido un delito despertarlas. Eran las 10 de la mañana y el aroma a pancakes era evidente en cada cuarto de aquella casa, obligando a que una latina y una ojiverde se levantarán sin esfuerzo, notando que de alguna manera en la noche, habían logrado acomodarse de tal forma en la que se abrazaban en aquel reducido espacio. Camila no quiso mover ni un músculo, por lo menos hasta que Lauren quisiera levantarse; por otro lado, Lauren estaba tan cómoda y calentita ahí, que prefirió hacer más fuerte su agarre a la cintura de la morena, Camila sintió que su corazón se aceleraba lentamente, sintió el respirar pesado de Lauren, pero era tan irregular que supo de inmediato que estaba despierta, igual que ella, solo que tal vez con el corazón menos alterado... que equivocada estaba. 

Lauren después de un par de minutos, se armó de valor y con total cuidado retiró el cabello de Camila de su cuello, quería tener un campo libre para su siguiente movimiento, porque tenerla ahí ya le exigía más que solo observarla; Camila a esas alturas sentía vibrar cada célula de si, realmente se estaba enloqueciendo con cada toque de Lauren. De pronto, nadie vio venir la acción más devastadora para ambas... Lauren estaba oliendo a conciencia el cuello de la morena, era tan dulce, tan fresco, tan Camila, era imposible resistirse más, así que inconsciente o no, beso el cuello de la castaña, haciéndola temblar; de pronto sintió que la respiración de la morena era tanto o igual de pesada que la de ella. Se detuvo en seco asustada, se reprimió varias veces en su cabeza la acción que hizo inconsciente... había despertado a la morena y ahora tendría que dar una explicación clara del porque había abusado de la cercanía. Lauren vio a la morena girarse despacio, con las mejillas pintadas de carmín, con ojos brillantes y una media sonrisa escondida entre esas hermosas mejillas, su corazón se exaltó como nunca y de pronto sintió que la respiración se le había marchado para nunca más volver.

-Te he extrañado tanto desde que te fuiste- dijo Camila en un susurro 

-Te he extrañado desde que salí de tu casa- susurro de vuelta la ojiverde 

-Extraño cuando me abrazabas sin sentido-

-Extraño la falta de sentidos para poder abrazarte- 

-Me gusto que me abrazaras durante la noche- la vio a los ojos, y Lauren quedó intimidada por tanta belleza en ese mar chocolate 

-Me gustaría hacerlo siempre, porque así puedo oler tu perfume- dijo en un suspiro 

-A mi no tanto- La ojiverde se espantó y se le fue el color, pero antes de decir algo Camila continuo -Porque solo me dan ganas de besarte como aquella vez en mi casa- dijo bajando la vista a los labios rosados de Lauren

-Lo hago porque controlo un poco el hecho de querer besarte también- ella también desvió la vista a los labios carnosos y perfectos de la castaña, justo cuando está, lamió y mordió sutilmente, haciendo todo más difícil

Camila estaba en un debate claro de moralidad, ¿debía besarla? ¿debía esperar a que ella lo hiciera? ¿realmente quería hacerlo? ¿ella quería hacerlo?; solo sabía una respuesta de todas esas preguntas y era un rotundo y nada titubeante "si", quería besarla, besarla como aquella vez, hasta que el aire se fuera, hasta que sus labios dolieran, quería besar su alma y sentirse como en una montaña rusa por todas esas emociones inexplicables de su estómago, su mente vagaba y vagaba, pero Lauren estaba segura de todo, tanto que interrumpió el pensamiento de Camila con sus labios. La tomó de la cintura de una manera sobreprotectora, acercandola más, mientras sentía sus labios moverse con paciencia, como si deseara recordar a la perfección hasta el más mínimo detalle de sus labios, y eso la enloquecía un poco más; sintió como la morena aseguraba su sus manos tras su nuca, para no dejarla ir, el beso era suave, pero sabía a desesperanza, sabía a necesidad; fue entonces que decidió que quería sentirla más, y como si estuviera planeado, como si fuera sincronía ensayada, ella paseo un segundo su lengua por los labios de la morena, que se abrieron en cuanto la sintieron, esa fracción de segundo les permitió a ambas poder inhalar un poco del aire que ya habían perdido; la lengua de Lauren se incorporó a la boca de Camila, ahí sintió su lengua, suave, dulce, perfecta; sintió como si cada papila gustativa en su lengua explotase, era la sensación más exquisita que alguna vez hubiese podido experimentar, ni el amante más experimentado podría haberle dado las mariposas que amenazaban con salir por su boca por culpa de una morena de 17 años.

Camila por su lado estaba en el limbo, su circulación sanguínea era errática, eso explicaba porque su corazón parecía querer salir corriendo de su pecho, sus piernas vibraban, como si hubiera terminado de correr un maratón, sus brazos se aferraban más a la figura de la ojiverde, su mente vagaba en un manantial blanco de irrealidades, incluso, si preguntaban por la sensación, ella habría comentado que estaba flotando, al vez no en el aire, porque eso era físicamente imposible, pero se sentía flotar en un lago, un río o tal vez el océano, era placentero hasta un punto en el que creyó que esa podría ser su medicina perfecta para conciliar el sueño.

Los segundos se hicieron minutos, minutos que les cobraron la factura y las obligaron a separarse, el sabor a sonrisa estaba presente, era tan dopante como tomar una ducha caliente en un día frío. Sus ojos se encontraron en fracción de segundos, después de eso, juntaron sus frentes y recobraron el aliento que habían perdido.

Estaban en otro mundo, uno donde existir parecía ser el menor de los detalles, se sentía como si sus cuerpos hubieran desaparecido y solo estuviera ahí la sensación y el cerebro... era desquiciante.

Cuando parecían estar listas para una ronda más de besos descolocadores, la puerta se abrió bruscamente, haciendo que ambas brincara, y Lauren directo al piso fue a dar... las mejillas más sonrojadas que alguna vez Dinah vio le pertenecían a ambas; con una sonrisa pícara dijo 

-Los pancakes las están esperando desde hace varios minutos, pero creo que ya comieron suficiente- dijo riendo, viendo como el color rojizo subía mas y mas en sus caras -Pero nenas, de besos y amor no se vive- dijo con una carcajada y salió de la habitación 

La verdad es que la interrupción solo las cohibió, eso no significaba que no quisieran seguirse besando, pero la situación creó una atmósfera pesada para ambas. Sin más, se vieron, se sonrieron y bajaron a la cocina por esos pancakes.

El silencio mutuo fue claro, pero el ruido exterior las mantuvo distraídas la última hora, debían irse a casa.

De alguna manera desconocida y sin sentido como lo es la forma de actuar del destino, ambas terminaron solas en el auto de la ojiverde de camino a casa de la morena, debía dejarla ahí para que siguieran con sus vidas... ¿o no?

-Gracias por traerme Lauren, no era necesario- dijo en un tono totalmente desconocido hasta para mi

-No es nada, ahora sé que estás aquí y eso me deja mas tranquila- 

-¿Quieres pasar?- preguntó Camila

-Gracias, pero no gracias, tengo ciertas cosas que hacer justo ahora- "Como pensarte toda la tarde"

-Esta bien, ten una bonita tarde Lauren, me saludas a tu abuela y le das un beso muy fuerte en la mejilla- la frase "beso" las hacía sonrojar 

-Lo haré, gracias- 

-Nos veremos pronto, espero- dijo antes de hacer el movimiento más rápido en su vida, pues besó la comisura de sus labios y salió prácticamente huyendo

Lauren espero a que desapareciera de su vista, sintiendo el corazón acelerado y la sonrisa que se formaba en sus labios. 

Claro que la vería pronto.

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Lamento no haberles actualizado ayer, los proyectos finales de mi escuela consumieron toda mi tarde de jueves, pero como soy re kul, les traje la actualizacion hoy.

L@s amo 


Camren: Sunflowers Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora