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V

Pov Baekhyun

Hablé frente a él.

¿Que si yo podía hablar? ¡Por supuesto que sí! Si embargo ese guapo gigante malhumorado no era merecedor de escuchar mi voz.

- Sí.

Respondí ante su ilógica pregunta. Podía ser demasiado atractivo pero estoy comenzando a dudar que no tenga ni un porcentaje de retraso.

- ¿Y por qué no me hablaste antes?

Tal vez hubiera salido con un comentario sentimental tipo: "no te hablé porque no me quieres" pero gracias a Dios mi lado de diva sin sentimientos salió a la luz.

- Porque no me dio la gana.

Giré mi rostro tratando de demostrar indiferencia sin embargo era demasiado difícil tener una cara altanera mientras podía jurar que mi pómulo estaba latiendo. ¡Me dolía demasiado!

Estúpido gigante.

- Y por cierto, ¿no te tienes que ir?

Pregunté para apartar el incómodo tema de mi capacidad para hablar.

- Eso puede esperar, lo que ahora me preocupa es tu mejilla.

Dios. No actúes como un fanboy, no actúes como un fanboy.

Repetí en mi cabeza sin embargo era imposible no sonrojarme ante su comentario.

- Te pondré una pomada, ¿de acuerdo? Ya regreso.

Chan desapareció por el corredor y en cuestión de segundos ya traía consigo la crema.

- Ven aquí.

Se sentó a mi lado, girándose un poco para así quedar frente a frente.

- Yo, en serio lo lamento.

Mencionó el alto mientras comenzó a aplicar la pomada en mi mejilla.

- No te preocupes, fue simplemente un accidente.

Sonreí, sin embargo paró su acción para mirarme.

- ¿Por qué no hablabas? ¿Acaso no te caigo bien?

- ¡No!.. no es eso. Es que, sentí que no me querías aquí, ya que representaría una carga para ti siendo como soy.

Mencioné bajando levemente la mirada debido a que al decir aquello sentí un poco de vergüenza ya que Chan parecía con un sentimiento de... ¿culpa? Sí, tal vez era eso. Ya que demostró una faceta que nunca imaginé. De ser un tonto gruñón a un sentimental.

- No pienses eso, sé que tal vez no soy muy expresivo, sin embargo, después de todo no me desagrada la idea de tener compañía.

Revolvió levemente mi cabello, rozando mis orejas por lo que reí levemente.

Cerró el tarrito de la pomada y lo dejó en el suelo.

- ¿No tienes que irte ahora?

- Al diablo el trabajo. Es sábado, ¿quieres ver alguna película?

Preguntó cogiendo el control remoto, el malvado causante de todo este "problemita".

- De acuerdo, pero trata de no lanzarme el control en la cara.

Reí subiendo mis pies al mueble para así estar cómodo, debido a que nos esperaría una larga tarde llena de risas.