Capítulo 18

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 ¿Por qué no besarlo si yo realmente quería?

Le seguí el beso. No había nada de malo en eso, después de todo éramos novios, o eso era lo que tendríamos queser.Me besó con ternura y pasión. Una de sus manos sobre mi espalda y la otra secaba mis lágrimas mientrasbrindaba pequeñas caricias. 

-________, yo.-dijo entre besos.- yo... nada... olvídalo.-dijo antes de atraerme mas hacia su cuerpo.Me obligó a moverme y sentarme sobre el, no con palabras, si no con caricias y pequeños empujoncitos. 

Nuestros labios no se separaban y la temperatura en esa habitación comenzaba a subir.Mis piernas, ambas, a los costados de su cuerpo. 

Esta vez, sus manos se posicionaban de manera distinta, sobremis muslos.Una de sus manos comenzó a recorrer mi espalda, pero por debajo de mi pijama, no lo alejé de mi, ciertamenteme encantaba. 

Con su lengua delineó mis labios pidiendo permiso para entrar en mi cavidad bucal, sin dudarlo un segundo abrími boca permitiendo que nuestras lenguas se encontraran. 

Subió la parte de arriba de mi pijama y se separó unpoco de mi para quitarlo. 

Sin gesto alguno volvió a apoderarse de mis labios. Me tomó firmemente por la cintura yse echó para atrás dejándome sobre el. Perfecto, ahora yo llevaba la iniciativa. 

Siguió brindando caricias sobre la piel desnuda de mi espalda mientras jugaba con el elástico de short.Si debemos parar debe ser ahora o nunca.Pero prefería el nunca. 

Sus caricias y besos me hacían que me sintiera amada y deseada a la vez, una sensaciónincreíble.De un momento al otro Johnny giró dejándome debajo de el. 

Sus manos se posaron en mi cadera y bajó a besarme elcuello. Eché la cabeza para atrás dándole espacio a su boca. 

Besaba y saboreaba cada rincón de mi cuello,succionó dejándome una marca que seguramente luego se notaria.Nuevamente subió hasta mi boca y me besó pasionalmente mientras se despojaba de mi short. 

Me sentícompletamente desnuda, pero aun no lo estaba, una de sus manos acariciaba el elástico de mi ropa interiorprovocando desespero. ¿Vergüenza? Se había ido en el momento en el que Johnny había comenzado a besarme. 

Sentí como lentamente comenzaba a bajar mi ropa interior.Simplemente no podía entregarme a el. 

-Johnny...-murmuré. Volvió a besarme. Intenté separarlo un poco para hablarle.- Johnny... escúchame. 

-_______, no tienes nada que decir, te deseo tanto como tu a mi.

Y supe que no podía negarme, pero tampoco podía aceptar el hecho de que me quitara mi virginidad sin anteshabernos casado.Siguió con lo que antes hacía, bajar mi ropa interior.No podía decirle que parara porque luego me arrepentiría pero no podía hacerlo con el porque luego también mearrepentiría.¿Las palabras correctas para detener esto? Bien, ninguna llegó a mi mente. Simplemente las lagrimas comenzarona bajar por mis mejillas. Lo notó y se alejó un poco de mi. 

-¿Te lastime?-preguntó acariciando mi cabello. Negué con la cabeza, me da vergüenza hablar.- ________, porfavor, dime que es lo que pasa.-hablaba tiernamente. Cerré los ojos con fuerza.- _______.-insistió.- ¿Quieres queme quite de encima tuyo?- me dijo, asentí con mi cabeza.Se quito de encima mio y buscó mi ropa en el suelo, la dejó a mi lado y se sentó mientras me miraba.Me sentía asquerosa, sin pudor alguno, no tenía cara para volver a mirarlo a los ojos. 

Me senté a su lado y sin decirle nada me coloqué la ropa y caminé hacía el baño. Me miré al espejo y nuevaslágrimas recorrieron mis mejillas. Me sentía sucia, había dejado que el me tocara a su manera, estuvimos a punto de juntar nuestros cuerpos.Acomodé el bretel de mi pijama que se resbaló por mi piel, ahí note la marca que Johnny había dejado en mi. Pase midedo por la marca y lo noté algo hinchado, sonreí desganada, después de todo tenía que admitir que me habíagustado un poco. 

Abrí la ducha y cerré la puerta con llave, me despojé de mi ropa y entré a la tibia lluvia artificial que caía sobre micuerpo.Con tan solo 16 años había estado por perder la virginidad con el, con el que por ahora, era mi peor enemigo.Pero la pregunta que ocupaba mi cabeza era:¿Por qué le seguí el juego?Claro estaba que el no era para nada feo y bien deseable se veía en boxers pero... ¿amor? Ni una pizca de esesentimiento.Sé que de parte de el había lujuria, deseo y pasión por mi cuerpo, pero de mi parte había mas que eso. No se muybien que... pero que lo había, lo había.Me envolví en la toalla y volví a mirarme en el espejo mientras cepillaba mi húmedo cabello. 

-Yo no lo amo.-murmuré mientras me miraba.- ¿O si?- me pregunté.- No, no lo creo.Volví a colocarme la misma ropa, después de todo, estaba limpia porque me había bañado hacía menos de 5horas.Respiré profundo y tomé el picaporte de la puerta, tenía que salir de ahí, pero no iba a ser fácil mirarlo a los ojos.Le di vuelta a la llave y salí del baño intentando no cruzar miradas. Y definitivamente no cruzamos miradas porqueél no estaba en la habitación. Miré el sillón, dentro del armario, debajo de la cama, pero nada.Me sorprendí y tuve miedo a la vez.¿Qué tal si se fue para siempre?Me metí en la cama y coloqué la sabana sobre mi cuerpo dejando mis brazos al descubierto. Dejé el veladorencendido, tenía miedo. Cerré los ojos y lentamente caí en un profundo sueño. 

Desperté al sentir una rayo de sol que daba justo sobre mi ojo, volteé sobre la cama haciendo que ya no memolestara más. Estiré mis músculos y me senté en la cama, miré hacía el sillón, Johnny no estaba ahí.Presté atención para saber si la ducha estaba encendida, pero no. Me levanté y caminé hacía el baño, Johnny tampoco estaba ahí.Luego de lavarme la cara, los dientes y cepillar mi cabello, me coloqué un short de jean y una musculosa celeste, ypor supuesto mis cómodas ojotas. Pedí el desayuno por teléfono, no iba a bajar a desayunar sola.Me sentía abandonada por Johnny. Si bien aun no sabía como íbamos a reaccionar al vernos frente a frente, no queríaestar sin el, me sentía desprotegida. 

Pasé toda la mañana y la tarde, completamente sola sentada viendo televisión. No quería salir de la habitaciónpor miedo a perderme y no encontrar a Johnny nunca más.Eran las 3:00 am y yo intentaba no caer en el sueño. Mis parpados estaban pesados y se caían provocando quecerrara mis ojos. Sentí la puerta abrirse y casi me caigo del sillón.   

La bella y La bestia (Johnny Depp y tú) -ADAPTADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora