Querido Jace,
Hace veinte días que no estás en mi vida. Veinte días y todavía te escribo. ¿Para qué? Ya no sé, no tengo ningún propósito. Pero tengo las esperanzas de que algún día las leas. Y sepas todo el daño que me causaste. Por cierto, sigo pensando si alguna vez me amaste. Igual no me sorprendería que no lo hayas hecho. Soy una mierda, siempre lo seré.
XOXO,
Lucy.