Nothing In My Way ~Darren Criss y Tu~

Capítulo 15: Hamburguesas

________'s POV

Fruncí el ceño ante lo que había dicho. Se acercó más hacia la mesa y me miró bien, para luego volver a sonreír.
-Me recuerdas a alguien -me dijo.
-¿Yo? -dije confundida.
-Si, a una persona que quise mucho en mi adolescencia... pero no creo que tengas que ver con ella o no lo sé. ¿Cómo se llama tu madre?
-Gloria -mentí.
-Bien, no eres hija de la persona a la que me recuerdas -miró a todos los demás -¿Qué están haciendo?
-Tenemos que hacer un trabajo para literatura -le contó Lea.
-Perfecto, estudien mucho. Ahora debo irme porque me esperan para realizar algunas cosas para una campaña -dijo mientras se alejaba.
-Papá -lo llamó Darren.
-¿Qué? -le preguntó él mientras se giraba a verlo.
-¿No necesitas que alguien te acompañe? -preguntó el castaño. William esbozó una leve sonrisa.
-Te iba a pedir que vinieras conmigo, pero mejor lo dejamos para otro día. Ahora tienes que realizar tus trabajos -le dijo. Darren asintió y William se fue de allí.
-¿Comenzamos? -preguntó Lea. La miré y asentí.
Acomodamos bien las cosas y comenzamos a hacer el trabajo. Primero marcamos bien la parte que, maldita sea, voy a tener que actuar. Jamás en mi vida he hecho algo así ¿Cómo se supone que debo hacerlo? Hablaré con Mays luego. Luego repartimos algunas de las preguntas y discutimos sobre un tema a parte. Dos horas pasaron casi volando.
Mientras Lea leía aquella parte no pude evitar ponerme nerviosa. En esa parte los personajes se besan. ¿Y cómo demonios voy a hacer eso? Yo no quiero besar a Darren. No quiero que él me bese. Es un acto que no tengo ganas de conocer.
'Si quieres besar a alguien' -maldita voz metida.
'Bien, quizás si... Pero no quiero que sea Criss'
'¿Segura _____?'
'Muy segura voz metida'
-Bien, ¿alguien tiene alguna duda? -preguntó Lea.
-Si, yo -dije. Los tres me miraron -¿Podríamos hablar con el profesor Mayer para no tener que hacer esto?
-Si, podríamos hablar con él -asintió Lea -Pero te aseguro que no va a cambiar de idea. Además, será un simple acto ______... No creo que no puedan hacerlo.
-Yo tampoco creo que no podamos hacerlo -dijo Darren. Lo miré mal y luego miré a Grant. Darren también lo miró -Pero... creo que va a ser mejor que Grant lo haga.
-No -dije rápidamente. Los tres volvieron a mirarme -Esto es estúpido... nadie va a hacerlo y yo misma voy a hablar con el profesor Mayer y él va a entenderlo.
-Como quieras -me dijo Criss.
Pude notar la incomodidad que se extendió por el lugar. Esto no esta bien por dios, no esta bien. Lea miró la hora en su reloj.
-¿Qué les parece si pedimos algo de comer? -preguntó la castaña.
-Genial... muero de hambre -dije asintiendo. Ella me miró divertida.
-Yo no se donde te entra tanta comida... eres tan pequeña -me dijo divertida. Ambas nos pusimos de pie.
-Bien, nosotros vamos a estar arriba. Nos avisan cuando llegue lo que van a pedir -dijo Darren. Lea asintió y entramos a la cocina. La castaña se giró a verme.
-¿Qué es lo que te sucede? -me preguntó.
-¿Qué? Nada, ¿Por qué? -dije extrañada.
-¿Cómo por qué? No le has dirigido la palabra a Grant y se nota que estas cortante con él.
-Voy a contarte algo -bajé más el tono de mi voz.
Ella asintió entusiasmada mientras ambas nos sentábamos en las sillas frente a la mesada de mármol.
-Vamos, cuéntame ya que me estas poniendo nerviosa -dijo. Reí por lo bajo.
-Hoy, en la enfermería, Grant intentó besarme.
-¡¿Qué?! -dijo elevando su voz.
-Shhh -la callé al instante -Por eso mismo es que estoy así con él. No quiero que se confunda... y no lo se. Me siento mal por Naya.
-Seamos sinceras. Somos amigas... quizás muy resientes pero lo somos después de todo. A ti, ¿te gusta Grant? -me preguntó.
La miré fijo por unos cuantos segundos. Varias veces pensé que Alex era un chico lindo, bueno, simpático. Pero... pero no lo se. Él no... ¡aaagh, diablos!
-No -le contesté luego de unos segundos.
-¿Y no hay nadie que te guste?
Negué con la cabeza y entonces por alguna extraña razón la mirada de un idiota sin remedio vino a mi cabeza. Su mirada había estado posada en mi boca por unos cuantos segundos antes de que Les llegara.
'Quizás estaba pensando en besarte' -algún día voy a tener que encontrar la forma de silenciarla.
'Claro que no. Es Criss'
'¿Y eso qué tiene que ver? Que yo sepa Darren es un hombre y todos los hombres desean. Quizás te estaba deseando'
'¿Sabes qué? No entiendo como es que eres mi conciencia'
-No me gusta nadie -le aseguré a la rubia.
-Bien, cuando te guste alguno no dudes en contármelo por favor - me pidió. Asentí divertida y tomé el teléfono.
-¿Llamas tú o llamo yo? -le pregunté.
-¿Puedes llamar tú? Voy a buscar unas cosas arriba.
-Ve tranquila -dije y ella salió de la cocina.
Solté un suspiro y tomé el teléfono mientras trataba de recordar el número de alguna pizzería. Alguien entró a la cocina y giré rápidamente para mirarlo. Era William. Él volvió a sonreír al verme.
-Vaya que de verdad eres parecida -dijo mientras apoyaba su maletín sobre la mesada y se acercaba a lavarse las manos. Miré el maletín y en algún momento voy a tener que abrirlo para revisar un poco sus cosas.
-¿Cómo le fue en su junta señor Criss? -le pregunté para intentar tomar confianza con él.
-Muy bien, gracias. Y no hace falta tanta formalidad conmigo, solo dime William. Al fin y al cabo eres amiga de mi hijo y mi sobrina...
-En realidad no mucho de su hijo -dije algo divertida.
-Oh, no te llevas bien con Darren -negué con la cabeza - Es entendible... Darren no se lleva bien con muchas personas.
-Me he dado cuenta -le aseguré. Él miró el teléfono que tenía en la mano.
-¿Vas a llamar para ordenar algo de comer? -me preguntó.
-Era la idea -dije asintiendo - Estoy que como un dinosaurio entero...
Él rió por lo bajo.
-Bueno, no hace falta que pidas nada. De camino hacia aquí me detuve en un Mcdonald's y traje unos cuantos combos.
-¿Enserio? Eres mi héroe -le aseguré.
Él coloco una gran bolsa sobre la mesa y el olor a las incomparables papas del Mc entró por mi nariz. Oh, demonios soy una horrible comilona.
-¿Estas muriendo de hambre? -preguntó algo divertido. Lo miré y asentí.
-El que se atreviera a tocar mi comida recibiría el balazo de un Fusil Chassepot en medio de su cabeza -aquellas palabras salieron sin intención de mi boca.
-¿Un Fusil Chassepot? -dijo algo sorprendido -¿Acaso sabes de lo que estas hablando?
-Bien -dije algo nerviosa -Si... es que mi padre es aficionado a las armas y... siempre supe de ellas.
-¿Le gusta cazar a tu padre?
-No exactamente y yo le patearía el trasero si lo hiciera -le dije.
-¿Tienes alguna favorita? -me preguntó.
-Prefiero las pequeñas, no muy pesadas... que te permitan manejarla con facilidad. Odio los silenciadores, me obligan a usarlos...
-¿Qué? -preguntó. Caí en la cuenta de que estaba hablando de más.
-Lo que pasa es que hago tiro al blanco -dije rápidamente -Y mi padre me obliga a usar silenciador.
-Jamás conocí a una niña de 17 años que hiciera tiro al blanco -dijo divertido -Eso es muy poco común.
'Si supiera que no solo es eso'
'Cállate' -le ordené.
-¿Ya pidieron la comida? -preguntó él entrando a la cocina.
Se quedó callado al ver a su padre allí. Me miró y volvió a mirarlo.
-Si, aquí traje algo de comida -le dijo William. Darren asintió y se acercó a la mesada.
-¿Cómo te fue? -le preguntó a su padre.
-Si todo sigue como hasta ahora, creo que ganare.
-Eso es muy bueno -aseguró el castaño para luego mirarme con recelo.
-Bien, los dejo porque tengo que ir a hacer unas llamadas a mi despacho. Coman tranquilos y _____ ha sido un gusto conocerte.
-Igualmente señor Criss -le dije.
-William, por favor -me pidió él. Asentí y se fue de allí. Darren se giró a verme.
-¿Qué te traes entre manos gitana? -me pregunté. Arqueé una de mis cejas.
-Nada, ¿Por qué? -le dije mientras abría la bolsa y sacaba una hamburguesa - Y deja de decirme gitana.
-No voy a hacerlo -aseguró.
-Perfecto, entonces voy a buscar a tu prima -me levanté y caminé hacia la puerta. Justo antes de salir él me tomó del brazo y me jaló hacia su cuerpo.
-Suéltame -musité y comencé a forcejear para soltarme.
-Aléjate de mi padre -dijo apretando los dientes.
-¿Acaso vas a decirme que te da celos que tu padre me hable? Vaya que de verdad estas mal, Darren.
-Te lo estoy advirtiendo -murmuró.
-¿Y qué vas a hacer si no lo hago? -pregunté enfrentándolo al acercarme un poco más a él.
Su mirada se mantuvo fría y sin expresión sobre la mía. Su mano aun sostenía con firmeza mi antebrazo. Como cuando llegué su mirada se posó en mi boca.
'¿Lo ves? Quiere besarte'
Está vez no pude decirle nada a la voz de mi conciencia. Siempre tuve la curiosidad de sentir aquello que siempre veo en las películas. Un beso... algo que parece tan simple y que según Matt no tiene nada de impresionante. Él frunció el ceño sin dejar de mirar mi boca. Carraspeé la garganta y su mirada volvió a la mía.
-Espero que tengas muy en cuenta lo que te estoy diciendo, gitana. Aun no me conoces y no creo que de verdad quieras hacerlo.
-No le temo a tus tontas amenazas, Criss. Tú tampoco me conoces y tampoco creo que quieras hacerlo.
'Pídele un beso'
'¿Estás loca?'
'Ya que no quieres que Grant te bese, entonces ¿Por qué no puede ser Darren?'
'Porque tiene novia. Además de que no quiero que me bese'
'De verdad eres muy tonta'
-Y de eso mismo me voy a encargar, gitana. De conocerte, de saber que es lo que estas escondiendo -me dijo.
Tragué un poco de saliva. ¿Acaso de verdad sería capaz de intentar averiguar algo?
-Tranquilo, Darren. Prometo no sacarte a tu papi -me burlé de él.
-Estúpida -susurró y me soltó.
-No creo que más que tú...
-Vas a arrepentirte.
-¿De qué? De reírme de lo tonto que estas pareciendo... no lo creo. Recuerda que tenemos que hacer de Romeo y Julieta -le dije mientras me alejaba y comenzaba a subir las escaleras.
-¿Acaso me estas diciendo que vamos a hacerlo? - me preguntó con tono burlón.
Me detuve y me giré a verlo.
-Yo solo digo -dije.
-Claro, porque quieres que yo te bese.
-En tus sueños, Criss.
Volví a subir las escaleras.
-En algún momento voy a darte el gusto... cuando dejes de gustarle a Grant, quizás te bese.
-Tienes novia -dije sin dejar de subir.
-¿Crees que eso importa? -preguntó. Me detuve de nuevo y volví a mirarlo.
-Tendría que importarte -le dije. Él sonrió.
-Pues no, para nada.