capitulo 8

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•Maraton 2/3•

Recuerda que en clase teníamos especímenes como Nick, quien probablemente pensaba que sería la única vez en su vida que alguien mostraría interés por él. Lo más triste era que es probable que tuviera razón. Pensarás que yo también me estaba poniendo nervioso con todo aquel trajín, pero en realidad no era así. Mis amigos seguían burlándose de mí en el instituto, y no había gozado de una tarde libre desde lo que me parecía una eternidad. Lo único que me mantenía con ánimos era pensar que estaba haciendo «lo correcto». Ya sé que no es mucho, pero, francamente, era todo lo que tenía.

De vez en cuando, incluso me sentía satisfecho con la idea, aunque nunca lo admitiera ante nadie. Prácticamente podía imaginar los ángeles en el cielo, revoloteando en círculos y mirándome en actitud risueña y con lágrimas en las comisuras de los ojos al tiempo que comentaban lo buen chico que era por hacer todos esos sacrificios.

Así que, aquella noche, mientras acompañaba a Louis a casa, estaba pensando en esas historias
cuando el me hizo una pregunta:
—¿Es cierto que algunas noches vas con tus amigos al cementerio?.

Me quedé sorprendido de que el mostrara interés por tal cuestión. Aunque no fuera exactamente
un secreto, no me parecía la clase de tema que pudiera despertar su curiosidad.

—Sí, a veces —respondí en actitud indiferente.

—¿Qué hacéis allí, además de comer cacahuetes?

Era evidente que Louis estaba bien informado.

—No lo sé. Hablar…, bromear… Nos gusta ir allí, eso es todo.

—¿Y no tienes miedo?

—No —contesté—. ¿Por qué? ¿Tú tendrías miedo?.

—No lo sé. A lo mejor sí.

—¿Por qué?

—Me preocuparía hacer algo indebido.

—No hacemos nada malo. Quiero decir, no destrozamos las lápidas ni dejamos basura esparcida por ahí —alegué.

No quería contarle nuestras conversaciones acerca de Henry Preston porque sabía que no era la
clase de historia que a Jamie le gustaría oír. La semana anterior, Nick se había preguntado en voz alta
con qué rapidez podía un manco meterse en la cama y, bueno…, ya me entiendes.

—¿Os sentáis y os dedicáis a escuchar los ruidos que os rodean? O sea, el canto de los grillos, el susurro de las hojas cuando sopla el viento… ¿O simplemente os tumbáis a contemplar las estrellas?

A pesar de que Louis era una adolescente, era obvio que no sabía nada sobre el comportamiento
de la gente de su edad. Encima, intentar comprender el comportamiento de «chicos» adolescentes era para ella como procurar descifrar la teoría de la relatividad.

—Ni una cosa ni otra —contesté.

El asintió levemente con la cabeza.

—Supongo que eso sería lo que haría yo si estuviera allí; quiero decir, si fuera al cementerio una noche. Me dedicaría a mirar a mi alrededor para inspeccionar el lugar, o me quedaría sentada en silencio y escucharía los ruidos.

Aquella conversación me pareció muy rara, pero no dije nada al respecto de su contestación, y continuamos caminando en silencio durante unos momentos. Dado que el me había hecho una pregunta personal, me sentí obligado a hacer lo mismo con el. Louis no había hecho ningún
comentario sobre los planes del Señor ni nada parecido, así que era lo mínimo que yo podía hacer.

Deep remembrance  || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora