Capítulo I

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Narra Freddy

5:00 A.M.

De nuevo ese molesto tono de alarma a unos escasos centímetros de mi rostro. Tan sólo me metí a la ducha con el agua helada mojando mis rizos, los cuales escurrían por mis hombros mientras mantenía la mirada agachada, fija en el mosaico impecable del cuarto de baño pensando en lo tedioso que me era asistir a las estúpidas clases.

Sí, me encantaba sentir el poder social en la escuela, me encantaba poder tener a la chica quisiera, hablarle como me plazca a la gente. Me fascinaba sentirme en la cima. Sin embargo todo se ha vuelto tan monótono de un tiempo para acá.

Al salir de la ducha me coloqué unos jeans negros y una camiseta blanca al mismo tiempo que leía los constantes mensajes de mi novia. Ella es tan extrovertida, imponente e increíblemente sexy. Su nombre es Kath, nos conocimos el verano pasado en una fiesta que se hizo por parte del instituto en una playa de la costa este; y desde entonces nos vemos cada que el otro dispone de tiempo.

Al salir de mi departamento subí a mi motocicleta y me encaminé hacia la escuela. La neblina y la baja temperatura hacían que sobre mis manos de formara una fina capa de hielo que me estaba matando que simplemente sacudí al llegar a mi destino.
Caminé lo más erguido posible por los pasillos del instituto mostrando autoridad sobre todo aquel que se atreviera a mirarme.

En el momento que llegué al pequeño estadio que poseía la escuela, mi grupo de amigos se acercó a mí dándome palmadas en la espalda y saludos con sólo levantar el ceño y una ligera sonrisa, a lo cual respondí imitándoles.

--Hey, Freddy, ¿Qué tal tu fin de semana?-- preguntó Alan con cinismo. Todos sabían de qué estaba hablando.-- Ya sabes, en la parte trasera de mi auto.-- Los presentes estallaron a carcajadas a excepción mía.

--Mira que tirarte a la hija del profesor de álgebra es de ganadores, es un ángel.

--¿Pueden cerrar la boca?-- Hablé sin titubear.

--Uy, a la próxima trata de controlar tus instintos pero para tu suerte Kath no tiene idea de que fuiste a divertirte a ls fiesta que organizó la tipa a la que odia.

Mi cabeza comenzó a dar vueltas. No es como si me sintiera culpable pero estos idiotas me daban dolor de cabeza después de cada borrachera.

--Bueno, sí. Ya, folla con quien quiere pero qué tal ese chico de ahí.-- Señaló Jos con una sonrisa burlona a un chico de complexión delgada que se encontraba sentado en las gradas leyendo un libro.

--Estás enfermo, Jos.

Jos era abiertamente bisexual, cosa que no nos molestaba debido a su selectividad cuando se trataba de elegir con quién pasar la noche.

--Eh, no está nada mal. Si no quiere acostarse contigo nos divertiremos con él un par de veces.

Jos, Alan, Dylan y Sean se acercaron al chico más pequeño y lo arrojaron al piso para comenzar a gritarle mil insultos sólo por lucir indefenso.

--Vamos, ¡levántate, marica! ¡Freddy ayúdanos!-- gritó Sean sin dejar de patear el abdomen del más pequeño.

Había algo en ese chico que no me permitía molerlo a golpes por diversión. Pero me acerqué y le di un puñetazo. El chico me miró con los ojos cristalizados cuando nuestras miradas se encontraron y salí corriendo del lugar.

Don't look at me, i'm a freak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora