Capítulo VII

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10:30 P.M.

Caminó un par de metros hasta llegar a una discoteca ubicada en la zona hotelera más lujosa. Una fila larga se hacía notar a la entrada del lugar y un hombre fornido era quien controlaba la espera de esa gente.
Sólo se acercó y el hombre le impidió pasar.

- Tienes que formarte, niño. Todas esas personas llevan horas formadas, debes hacer lo mismo.

- Vengo a ver al señor Leroy. - Habló frío y el hombre lo miró con asombro recordando la anticipación que le dieron de la visita de Freddy. Le dejó pasar.

- Adelante. -

Se dirigió a las escaleras ubicadas al rincón del lugar, lo cual le fue difícil de acuerdo a que un mar de personas bailaban muy cerca de las otras y el resto de la multitud yacía alcoholizándose en las barras y mesas del bar.

Cuando llegó a ellas subió hasta toparse con una puerta protegida por dos guardias. De inmediato lo reconocieron y abrieron la puerta.

Un hombre lo esperaba sentado en un sillón detrás de un fino escritorio fumando un gran rollo de marihuana.

— Leyva, por favor siéntate.- y lo hizo.
- Sr. Leroy, qué gusto verle. - estrecharon sus manos con firmeza.

- Sí, bueno, debo felicitarte por el mejor en tu puesto teniendo tan corta edad... Pero no es eso a lo que te llamé. - Freddy carraspeó y se acomodó en la silla frente al escritorio y le indicó que prosiguiera. - Ha sido porque se rumorea que tienes una relación. A nosotros no nos importa tu vida personal en lo absoluto sólo es una advertencia a que en este negocio más vale tener alejadas a las personas que te importan. Te lo digo de colega a colega.

- ¿Qué dicen? - Se inmutó a preguntar.

- Que es un hombre, es todo. Hasta la fecha no se sabe con exactitud su aspecto físico ni su identidad, estás a tiempo de sacarlo de tu vida y no ensuciarlo con toda esta mierda.
Por otro lado él no tiene por qué saber de tu empleo, de lo contrario nos encargaremos de ello por estrictas precauciones. -

Sabía a la perfección a qué se refería. Tener al pequeño cerca significaba sentenciarlo a muerte.

Narra Bryan

Esperaba pacientemente, no sabía si era algo importante. Entablaba cortas conversaciones con su chofer puesto que el no era bueno mantener una larga conversación con personas desconocidas para él. Temía que pensaran mal de él, que pensaran que era raro, simplemente ir preocupaba que dirán.

Fin de la narración

- ¿Así que novios eh? - Dijo el chofer haciendo que éste se sonrojara gradualmente.

Pensó un poco. Habían follado, pero, ¿Qué eran?

- Ese silencio lo dice mas que palabras, por si no sabías la ves pasada que follaron en la habitación de arriba sus gemidos se escuchaban por todos lados. - Éste asustado abrió los ojos como enormes platos.

- ¡¿En serio?! - Preguntó con asombro.
- Sí, por lo tanto se nota que complaces bien al Jefe Leyva, él era él que más sé oía.

- Lamento la tardanza. - Dijo Freddy rompiendo la incómoda conversación con el chofer de Freddy

Luego de casi una hora los tres llegaron a la residencia de aquél bosque.

- Y, ¿Qué hacían mientras no estaba? - Dijo freddy tomando las mejillas de Bry.
- Manteniendo una conversación un tanto incómoda. - Se encogió de hombros.

- ¿Por? - Sonrió un poco
- Tu chofer me decía que follábamos bien y que nuestros gemidos se oyen por toda la casa. - Dijo tratando de sonreír

Don't look at me, i'm a freak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora