Capítulo V

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Narra Alonso.

Esto. No. Puede. Pasar.
¿Enamorarme de el ayudante del Bully de Bry?, solo digo que Bry me ahorcará, tampoco se lo puedo ocultar. No quiero herir sus sentimientos. Por otro lado; nunca pensé que Jos fuera casi igual a mi, pero ¿Por que una persona que se ve noble puede ser igual de sin sentimientos como Leyva?, Jos parece una persona que no es capaz ni de romper un plato, pero, ¿Qué pasa si me enamoro de él?
¿Qué pasa si Freddy se entera?, Probablemente traiga la contra sobre Jos. Tal vez sobre mí, sólo espero no dañar a Bry.

--¿Jos?--Preguntó éste un poco confuso.

--L-lo siento y-yo tal...--Alonso le calló.

--¡Jos!, ocupo saber algo.

--D-dime

--¿Por qué eres cómplice de Freddy?

--Te diré si no le dices a nadie si--Asintió-- Yo era como Bryan, tímido,callado, amante del estudio hasta que Freddy me comenzó a molestar, yo con tal que me dejara le dije que le ayudaría a molestar a el chico nuevo (Bry) si me dejaba de golpear e insultar, cosa que accedió. Ya no quiero molestar a Bry, se lo que se siente querer morir día a día-Bajo la mirada.

--¿O sea qué no te cae mal e insultas por que si a Bryan?

--No, no lo disfruto, lo hago para evitar problemas con Freddy y los demás.

– Pero, entonces, ¿ellos son de verdad tus amigos? Jos, mereces estar con persona que te hagan bien; lo sabes mejor que nadie.

– Escucha, me la paso de poca con ese grupito... Es todo. – rascó su nuca y volvió su mirada hacia el más bajo – ¿Ya podemos concluir esta discusión en la que obviamente tengo razón? – A lo que Alonso puso los ojos en blanco y posteriormente le dedicó una sincera sonrisa.

– Eres un tonto. – Lo tomó del mentón y sus labios volvieron a juntarse.

– Todo esto es tan raro, sabes. – Se levantó de la alfombra y para acomodarse en una posición más cómoda sobre el sofá e indicó a Alonso que lo imitara.

– ¿A qué te refieres?

– Que hayamos comenzado a hablar hace unas horas y ya nos hemos...
– Cállate, ¿quieres? – Interrumpió el otro. – Eres del mismo diablo, Jos. Me corrompes. – Dejó escapar una risa en la que Jos lo acompañó.

– Sólo digo que es un poco raro. – Miró su móvil y cayó en cuenta de la hora que era. – Mierda, ¿vives muy lejos de aquí?

– ¿Es tarde? Pues, algo así.

– Son exactamente las 10:30 P.M. ¿A cuánto vives de aquí? Puedo llevarte.

– Oh, no te molestes. Vivo cerca del muelle.

– Pero hoy hay una fiesta de ambiente, ya sabes, pesado... En serio, puedo llevarte.
– Está bien...

Esa mañana. 7:45 A.M.

Narra Freddy.

Ese niño me estaba colmando la paciencia. No suelo subir a mi auto a nadie que no sean chicas buenísimas o a mis amigos.
¿Por qué subiría a un niño?
Añadamos el hecho de que no me mantiene la mirada más de tres segundos; lo hace ver tan inseguro... y a mi merced.
Coloqué mis dedos apretando el tabique de mi nariz en señal de querer no explotar y controlar mis emociones. Luego lo miré y hablé con tono de haberme rendido.

– Sube, por favor. No lo repetiré.

– Freddy, yo... – titubeó – ¿No estás enojado conmigo?

– ¿Qué? No, ya súbete.

El chico suspiró y le tendí la mano para que se pusiera de pie y me siguiera. Cuando lo hizo, le pedí que se sentara en el puesto del copiloto.
Después de decirme su dirección maldije al saber que vivía en la misma zona que yo.

Don't look at me, i'm a freak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora