Prólogo

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Emma Blair vivía con sus padres en una lujosa casa, rodeada de amor ella era feliz. Pero a su corta edad su madre murió y su padre cayo en una gran depresión hasta que conoció a Sarah, termino casándose con ella y se mudo a su casa, Sarah tenia una hija de la misma edad que Emma, termino en invadir su espacio y querer ocupar su lugar, aun así Emma les guardaba respeto y cariño, pues era gracias a Sarah que su padre había logrado recuperarse.

Pero fue con la muerte de su padre que descubrió que todo había sido un engaño por parte de Sarah. Sólo espero unos días para que leyeran el testamento de su padre para que Sarah llevará a su amante a la casa.

-¡Ese maldito! - Sarah entro a la casa gritando a los cuatro vientos -¡Como se atreve!

-¿Sarah? - Emma bajo las escaleras con su pijama puesto y retregandose los ojos que estaban rojos de tanto llorar, los gritos de Sarah la habían levantado y bajo a ver que pasaba.

-¡Tu maldita mocosa! ¡Ya debes de estar contenta! ¡¿no?! - le grito en la cara, Emma la miraba con temor y se preguntaba en porque estaba así - ¡Tu desgraciado padre te dejó toda tu herencia a ti! - la golpeo en el pecho con el índice - ¡Y a mi que me coma un lobo!

-¿De que hablas? - preguntó la niña con lágrimas en los bordes de sus ojos.

-¡Mas te vale que no crezcas! Por lo menos así veré que hacer con ese dinero - Sarah pateo una mesa cercana a ella botando en el proceso las cosas que habían sobre ella, Emma se sobresalto por el susto - ¡Tu padre es un maldito desgraciado!

-¡No le digas así a mi padre! - grito Emma y corrió escaleras arriba hasta su habitación.

Fue a la mañana siguiente que él llego vestido cual bago, era como una plaga para la niña propietaria de la casa y no lo aceptaba.

-¿Quien es? - preguntó curiosa.

-¡Papá! - otra niña de cabello ondulado y rubio grito mientras bajaba por las escaleras a toda velocidad respondiendo, así, a la pregunta de Emma.

Ella se quedo perpleja viendo a aquel hombre, aquel que quería tomar el puesto de su padre, arrebatarle su lugar cuando apenas y se había ido.

-¡No! - grito de pronto -¡Largo! ¡largo! - gritaba mientras empujaba a aquel hombre con todas sus fuerzas para sacarlo de su casa - ¡No tomaras en lugar de mi papi! ¡no te lo permitiré! ¡Largo!

-¡Dejalo en paz maldita mocosa! - Sarah tomo a la niña del brazo y la aparto de aquel hombre con brusquedad.

-¡Largo! ¡Intruso! ¡lar... - sus gritos fueron silenciados por una cachetada de parte de Sarah.

Su cara se ladeó por el fuerte impacto, ella quedo en un pequeño shock, se toco la parte donde había llegado a parar la mano de Sarah, estaba roja y caliente.

-¡Duele! ¡duele! ¡duele! - empezó a decir repetidas veces entre llanto.

Trato de liberarse del agarre de la mayor, pero le era imposible, tan solo era una niña.

-Niña mas dramática - escupió Sarah, la soltó y Emma cayo de bruces.

Los otros dos presentes solo observaron la escena, la pequeña sorprendida por ambas y el mayor con una sonrisa en su rostro.

-De verdad que ya no la soporto - dijo una vez la pequeña Emma había subido a su habitación.

El hombre se acerco a Sarah y la tomo de la cintura dándole un beso.

-Tranquila cariño, hiciste bien.

Ese fue solo el comienzo para el infierno de Emma. Como temía el hombre ocupo la habitación de su padre junto con Sarah, a Rachele su habitación y ella la sacaron de allí para dejársela toda a la otra.

Arte del Amor Retorcido {Bloody Painter}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora