Bienvenido.

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Era una noche fria en Hasetsu. Bueno, no de verdad, se veía como una noche fría, al mismo tiempo que una euforica, cosa que casi nunca pasaba en una isla que apenas tenía atractivos turisticos.

La otra cosa que casi nunca pasaba era que la residencia Katsuki se volvió popular de la mismisima nada. Yuri pensó en ese instante que claramente había una clase de relación entre aquellas dos ocurrencias.

El nudo que unía a esos huerfanos hilos tenía cuerpo de diós, acento ruso y cabellos extrañamente plateados pero a la vez hermosos. Ese hilo era el medallista del Grand Prix Final ,que había terminado hace poco, el prodigio europeo Victor Nikiforov.

Todos sus fans se dedicaron a comprarle flores y cartas con frases estupidas como "tú eres el unico para mi" o "mi amor por ti es eterno." que, por cierto, su familia vendía y no tendría que estar diciendo esas cosas de su propia tienda. Maldición, Yuuri, lo estás haciendo otra vez.

Lo unico bueno de las vacaciones de Nikiforov-san era la clientela que venía a pedirle ayuda con el significado de las flores que escogía para el guapo hombre de cabellos plateados. Era algo que a Yuuri le apasionaba y era ahora donde se notaba esa pasión.

Pero cuando era media noche, y los ojos del muchacho se cerraban lentamente, las cosas solo parecían como siempre. El unico ruido que le despertaba de vez en cuando era el de los autos pasando por la gruesa calle que separaba las veredas llenas de tiendas, era ahí donde se ubicaba Katsuki no Hana, la tienda de su familia.

Yuuri podía sentir como sus lentes se deslizaban hasta llegar a la punta de su nariz, y aun asi no trató de volverlos a su estado original. Tenía frio, y su garganta dolía de tanto hablar con los clientes.

La campana por encima de la puerta sonó, dandole la señal que la abuela pidiendo claveles no era el ultimo cliente de la noche.

Yuuri se sobresaltó ante el ruido. "¡Bien-Bienvenido!"

Sus lentes terminaron por caerse con dirección al suelo antes de terminar su frase de bienvenida. El cliente, quien tenía una aura de misterio debido a unos lentes de sol y una capucha que venía con un hoodie, se percató de inmediato y agarró sus lentes rapidamente.

"Oh...gracias, yo-"

El extraño se levantó y le puso sus gafas. Con un quebrado japones, le dijo: "Aqui tienes."

Este se sacó las gafas de sol y la capucha que tapaba su pelo.

"Disculpa por venir a esta hora, nunca crei que una florería iba a estar abierta a estas horas. Pero, es una agradable sorpresa."

A Yuuri no le impresionó como el hombre cambió tan rapido su acento al hablar inglés tanto como sus ojos azules cristalinos y su cabellos desordenado, plateado y fino.

El muchacho tosió antes de responderle en un flojo inglés. "No...no hay problema. Es...es una sorpresa agradable tambien...digo...el verle aquí, Señor Nikiforov."

"Dime Victor."

"...V-Victor."

Se miraron tras el incomodo tartamudeo de Yuuri murmurando el nombre del idolo ruso. Se sonrojó, tanto que hasta podía sentir sus mejillas afiebradas. Victor no era guapo, Victor era hermoso. Tenía unas facciones perfectamente definidas y su estructura osea era casi perfecta.

Un hombre de ensueño, ese era Victor Nikiforov. Un Victor, dos Victor, tres Vic-

"...Disculpa, uh...ahm ¿Yuuri? Que nombre más lindo~ me preguntaba si no es mucha molestia que me ayudes...pero te ves algo cansado...¿Debería irme?"

Bouquet de Media Noche (Fic Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora