Capítulo 27

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    - Me porté como un idiota, para variar. - Aiyana negó con la cabeza mientras escuchaba las palabras de Ian . – Ella sabía de ti, sabía que me gustabas...que me gustas... - Ian se acercó a sus labios y no puedo evitar besárselos. - y que todo ese tiempo que no estuvimos juntos no dejé de pensar en ti... - Aiyana se relamió los labios suavemente. – éramos amigos, salíamos, ella...ella es asombrosa, te lo juro...debes conocerla... - ella asintió. Pero no podía negar que sentía celos por lo que decía de Ian . Pequeños. Casi inútiles, pero en sí...celos. – pero yo...jamás pensé que estuviera enamorada de mí.

- ¿Lo está?

- Me lo dijo...

Aiyana le acarició una mejilla.

- Unos días antes de volver a verte... nos... - Ian la miró a los ojos, ella asintió, dándole la confianza suficiente como para contárselo. – nos besamos. – él suspiró. – pero luego volvía a verte y...

- ¿Sentías algo por ella? – le preguntó Aiyana. Y Ian se sorprendió tanto de escucharla preguntarle eso ahora mismo. Aiyana era perfecta. Lo era. Lo era siempre. Ahora más que nunca. No se podía creer que había dejado los celos a un lado solo para ponerse en su lugar. Para entenderlo. Para sentir lo mismo que él. Era increíble. Era genial. Era maravillosa. Era única. Y era...era suya.

- No, te lo juro...solo pasó... y ahora que vino de nuevo, me lo dijo todo de pronto... me dijo que estaba cansada de mí y de todo lo que había hecho solo para que me sintiera mejor... - endureció los pómulos. Era justo en ese momento donde debía decirle lo que acaba de hacer con Ian hace unos minutos. – y la besé.

Aiyana se quedó callada, sin dejar de acariciar la mejilla de Ian . Esa tarde estaba ahí para escucharlo desahogarse. No reclamos. No celos.

- No sabía que otra cosa hacer, solo quería que supiera que también significa mucho para mi... - dijo sin detenerse, acelerando su forma de hablar. - por todo lo que ha hecho, por a ver estado aquí todo este tiempo mientras no te tenía... yo...

- Mi amor... - le susurró ella, deteniéndolo. – está bien. – Ian apretó los labios. Dejó de hablar. – todo está bien...¿sí? – él asintió. Lo había hecho tranquilizar de un momento a otro. Era mágico lo que producía en él. Cada cosa era inexplicable. – sé que ella entenderá todo esto. – lo miró a los ojos. Ian se sintió el hombre más afortunado del mundo.

- Pensé que lo tomarías de otra forma...

- Tal vez, pero no es el momento.

- ¿Sabes? – murmuró. – eres...eres perfecta...

- No digas eso...

- Lo eres. – le apretó la cintura, Aiyana hizo lo mismo con el cuello de Ian . Sintió los tibios labios de su novio besarle los hombros desnudos. – y yo...yo estoy tan lejos de serlo...

- Claro que no, tonto...

- Claro que sí, bonita. – sus finos labios subieron deseosos por todo el cuello de Aiyana, ella se dejó besar. – Sabes que no soy perfecto, que he pasado por tantas cosas... y aun así estás conmigo, ¿por qué?...

- Me gustas. – susurró ella. Ian llegó a besarle la oreja, Aiyana se estremeció por completo. – con o sin defectos... - Ian sonrió en medio de aquellos besos.

- Tú me gustaste desde el primer momento que te vi. – y entonces recordó un fragmento de aquel día. En el que la había elegido de entre cinco mujeres. Ella siempre...siempre había llamado su atención. Aiyana le acarició el cabello suavemente por detrás. – si no... no te hubiera secuestrado, mi amor.

Seduceme 3T #SSSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora