Capítulo 3

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Supuesta bomba nuclear, primer encuentro con Kate y ejército ruso con desvalijando casas. Estuve a un par de noticias más de que me estallara el corazón. Bueno, basta de cosas cardíacas Matt, concéntrate en lo importante. ¿En dónde estaba? Ah, si.

-Hola, pequeño geni...- se interrumpe Fernando, mientras leía un libro de geografía, al ver a Kate a mi lado.- Emm, Matt,¿ y esto? ¿Deberíamos venderla o qué?- dice en una mezcla de sarcasmo y seriedad.

-No sabes ni vender tu servicio de limpieza ¿Y quieres vender a otro ser humano? Suerte con eso.- digo triunfante.

-Si... y por lo que veo, no creo que te la pueda quitar tan fácil.- me dice con una sonrisa traviesa mientras desvía su mirada levemente hacia abajo. ¿Que es lo que esta...? ¡QUÉ! ¡DESDE CUANDO ESTOY SUJETANDO LA MANO DE KATE! Debí habérsela agarrado cuando entramos... Ay, no, que vergüenza Dios. La voy soltando levemente mientras el diablo está cocinando huevos fritos en mis mejillas, y lo está disfrutando bastante.

-Ey, Fernando, no sé si estás actualizado con las noticias, pero... el ejército está registrando casa por casa buscando una bomba. Me preguntaba si podría usar el sótano...- Oigo una risa al lado mío. Es Kate, y me parece que ha captado de forma errónea el mensaje. 

-Sí, ya lo sé, ¿Viste la paliza que le pegaron a Dimitry?.- dice entre risas.- Ese granuja haría lo que fuera por proteger su pornografía privada, no? .- <<Así que, cosas privadas, no Dimitry?>> pensé para mi mismo.- Limpié el sótano hace un par de días. Pueden quedarse ahí hasta que la milicia se vaya. Yo me aseguraré de que no toquen... tu cuarto.- Termina la frase, seca. Ya sé que quiso decir la habitación en la que está mamá internada, pero se ahorró ese nudo en la garganta.

-Ok, gracias.- Le hago una seña a Kate para que me siga. Cruzamos el patio, casi carente de vegetación (excepto por el pasto y un naranjo casi muerto), hasta el cobertizo. Allí, abrí una rendija que conducía al sótano a través de una escalera vertical.

El Sótano. Lo mas cercano que tendría a una Iglesia para poder alabar a mis dioses: Copérnico, Newton, Tesla, Einstein, Sagan, etc. Todo aquel lugar era un santuario de la ciencia que mi hermano y yo restauramos años después de que nuestro padre nos abandonara y dejara ese desastre (y no, no viene al caso hablar de mi padre: se fué, nos dejó y estamos mejor sin él.). En éste palacio científico se podía hallar desde mapas, anotaciones, artículos de periódicos/revistas sobre nuevos hallazgos, una radio de onda corta que, para mi desgracia, no funcionaba, y no menos importante, una guitarra española color verde agua. El resto era espacio vacío, perfecto para despejar mi mente y pensar nuevas ideas.

-Es buena onda tu hermano, sabes?.- me dice Kate.

-Si, es de las pocas personas honestas que quedan por estas zonas. El resto es gente despreciable que sólo se preocupa por la apariencia.- agrego yo.

-Oye, ¿y aquí es donde guardas tu famosa bomba?.- pregunta sarcástica. Había olvidado ese detalle.

-Emm... eso que dije hace un momento no era sarcasmo.- Su rostro se puso pálido de repente.- Realmente están buscando una bomba por todos los barrios.- me muevo inquieto por la sala.

-Oh. Pues espero que este sótano de nerds pueda cumplir la función de búnker.- se burla sarcásticamente, arrancándome una sonrisa en el proceso.

-Eso esperemos.- digo

Kate se levanta y se saca su camisa a cuadros y la deja colgando en el respaldar de la silla. Es bonita hasta para sacarse una camisa, y si pensar de esa manera no es amor, no sé que puede ser. Tenía una camiseta blanca bajo su camisa, y tiene una cara dibujada con un rayo rojo que la atraviesa. Había visto eso antes: David Bowie, en su papel de Aladin Sane. Me viene a la cabeza los 2 vinilos que Fernando tiene en su habitación de Bowie, comiendo polvo hace 5 años. Siempre fué una de mis grandes influencias en mi música desde que tengo uso de razón. Sus canciones eran la definición de arte musical, en mi opinión claro.

Proyecto KOVCHEGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora