Siete.

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―Encantado de hacerla reír, señorita Gamarra―. Dice él dedicándome una sonrisa pícara.

―Estoy plenamente encantada con usted―confieso sin querer.

Ay Mariana, no te metas que en problemas, ya fuiste ahora, ya fuiste.

Él me mira algo sorprendido y yo solo encojo los hombros y sigo caminando.

Han pasado siete meses desde que conocí a Leonardo, el barman sexy, el futuro ingeniero sexy y hoy decidió invitarme a una fiesta que celebraba su hermana en su casa.

Ya teníamos la confianza suficiente como para ir a la casa del otro, mi madre estaba encantada con Leo y a mi hermano le caía súper bien e inclusive a mi padre le caía bien.

Estos meses solo sirvieron para acercarnos aún más, compartimos muchas cosas y entablamos una bonita amistad. Aunque muchas veces sabía que para mi corazón esto no era cualquier amistad.

Me acerqué hacia la terraza y es que desde ahí podía ver lo bonito que esta el centro de Asunción esta noche, el vestido que eligió Angelina para mí me encantaba y es que me sentía toda una belleza cuando me vestía de rojo y con el escote en la espalda hacía que inclusive me creyera sexy.

―¿Yo te encanto?―la pregunta de Leo hizo que detuviera mi caminar y voltease hacia él.

Me encantas desde hace meses, me fascina todo de ti y me gustas demasiado.

La conexión de mi cerebro y mi boca todavía sigue siendo la correcta por lo que no le respondo eso.

―Más o menos―encojo los hombros y ladeo la cabeza hacia un lado.

―¿Cómo que más o menos?―.Pregunta él y suena bastante confundido.

Suelto una risa nerviosa. Y paso una mano por mi cabello, lo tengo en un recogido sencillo que seguro en cualquier momento me lo saco de los nervios.

―Tal vez sí o tal vez no.

―Espero y tire más hacia el sí―. Responde y me sonríe, le noto algo nervioso. Él no suele titubear tanto y eso de pasarse la mano detrás de la nuca llama mi atención.

Se acerca a mí y sus manos agarran las mías. Siento mis hombros un poco tensos y el estómago demasiado revuelto.

Japiro* todo, yo a este le digo lo que siento porque o sino me desmayo acá mismo. Normalmente ni siquiera digo groserías en la cabeza, pero estoy tan nerviosa que se me ha escapado una y es que con tremendo chico que tengo enfrente que me está mirando como si fuese a revelarle un maravilloso secreto no aguanto los nervios.

―Me gustas, Leo―. Susurro y le miro, sus ojos siguen impresionándome, como la primera vez que los vi. Y sí, la conexión cerebro-boca se ha perdido por completo.

Tengo que tomar ciertos riesgos, pero también sé interpretar señales y él me ha dado varias.

Él me sonríe ampliamente y acerca su rostro al mío.

―Por un momento creí que ibas a dejarme en la friendzone porque nunca te dabas cuenta que desde un principio me gustaste, Mariana―. Dice él y ambos reímos. Su voz destila un alivio que me contagia, hace que mis hombros dejen de estar tan tensos y me recorra una sensación de electricidad que me eriza los vellos de los brazos.

¡Que bola!* Y yo como tonta creyendo que había atracción solo por parte mía, ya sabía yo que Samantha tenía razón esa vez que vio como Leo me apretujaba en un abrazo y me besaba la cabeza, dedujo correctamente que la amistad que teníamos iba a ir más allá.

Encojo los hombros y muerdo brevemente mi labio inferior, una de sus manos se posa en mi cintura y la otra ahueca mi mejilla.
Por si se lo preguntan, no sé cómo caranchos sigo de pie.

―Quería hacerlo, de verdad, lo de dejarte en la friendzone―él frunce el ceño y yo con lo envalentonada que me puse le doy un beso corto en los labios que lo deja sorprendido―, pero no pude porque aunque me cueste admitirlo y sienta que me muero de la vergüenza ahora mismo, vos también me gustaste desde el principio.

Sonrío algo nerviosa y él me sonríe con auténtica felicidad, sus ojos brillan y siento su emoción cuando me abraza fuertemente y me da una vuelta.

―No sabes lo feliz que me hace el que no hayas decidido dejarme en la friendzone―suena feliz, pero a la vez está siendo sarcástico.

―Y lo iba a hacer, que te conste―le vuelvo a decir.

Se separa un poco de mí y apoya sus manos en mi cintura, mis manos se mantienen sobre sus hombros. Y me contengo las ganas de acariciarle la cara y pasar mis dedos por su cabello.

―Me gustas mucho, Mariana―. Susurra y de repente la cercanía que tenemos me pone a la expectativa.

La sinceridad en su voz me hace sonreír como tonta y siento un escalofrío recorrerme todo el cuerpo. Es una sensación placentera la que me invade, de repente me siento muy feliz y con ganas de llorar por ello.

―Me gustas mucho, Leo―. Respondo también en susurros.

Su rostro se acerca al mío y besa mi frente.

―¿Y si te pido que salgas oficialmente conmigo vas a decir que sí?―me mira fijamente cuando lo pregunta y por un momento me quedo embobada mirándole, hasta que él comienza a verse preocupado― Mariana, no vayas a decir que no porque recién confesaste que te gusto.

Suelto una risita y niego con la cabeza.

―No seas bobo, ¿Cómo me voy a negar a tu petición?

―¿Entonces eso es un sí?

―Un absoluto y rotundo sí―. Contesto y ahora sí, sonrió con todo y dientes.

Él suelta una risa algo nerviosa y me regala esa sonrisa que me tuvo embobada la primera vez que la vi.

Su frente se apoya sobre la mía y siento el roce que produce sus labios al tocar brevemente los míos.

Cierro los ojos, sonrío sin poder evitarlo y sé que él también lo hace.

Finalmente, luego de segundos de simples roces, sus labios acarician los míos con suavidad y sin prisa. Explorando todo. Con el beso siento que todo a mi alrededor no existe, una explosión de sensaciones se desata en mi interior y rodeo su cuello con mis brazos. Le dejo besarme a su antojo, me dejo llevar. Siento un hormigueo en el estómago y unas inmensas ganas de sonreír.


Estoy y estaré siempre encantada de haberte conocido Leonardo, más conocido como "Barman sexy o futuro ingeniero sexy".



FIN.


*Japiro: En el contexto de los pensamientos de Mariana significó ¡A la mierda! es una palabra en el idioma guaraní (segundo idioma del Paraguay) y se pronuncia Yapiro.

* ¡Qué bola!: Es como decir ¡Qué mentira! o ¡Es una mentira!




Muchisimas gracias por leer esta corta historia, aprecio un montón eso.

Encantada de conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora