Unos labios sonríen, parecen felices. Quizás acaban de recibir una buena noticia. Esa media luna rebosa luz y energía, y para colmo es contagiosa para quien se expone a ella.
Si se mira alrededor se aprecian unas manos, las cuales sostienen una cámara que tiene como objetivo esa sonrisa. Suena el click y se oye el disparo, la felicidad la vida quedan confinadas e inmortalizadas en una fotografía.
Los labios ya no sonríen, ya no tienen que posar. El halo de luz que parecía envolverlo todo ya no está, y a lo lejos se ve a las manos, percutoras del delito, huir con su botín. Una imagen que muestra una felicidad simulada que tendrá valor de varios cientos de 'likes'.
Y como se viene repitiendo, los criminales saldrán impunes aun habiendo pruebas suficientes como para condenar al olvido a cualquier malhechor. Pero este sistema social hará la vista gorda, mirará hacia otro lado mientras filtros de color tiñen de luz verdades oscuras, letras de canciones silencian gritos de socorro, y sonrisas de cartón falsifican la felicidad que los ojos no son capaces de mostrar.