8. Chupetes de fresa

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Normalmente me hubiese enojado y gritado a cualquiera que quisiera besarme, pero no sé que me pasó con Christian, más bien si lo sabía, pero no me quería enamorar. No de él, no ahora.   Me gustaba tener todo en control en mi vida y con él todo me daba vueltas. 

Esa noche nos juntamos todos menos Joey, por lo que estabamos un poco distraidos todos, aunque ella nos habia escrito por mensaje diciendo que estaba bien, obviamente su padre era extricto, pero no iba a llegar a golpearla ni mucho menos, solamente le había prohibido salir dos días.  

Nos sentamos en la plaza, todos menos Olga y Susana, quienes aún no llegaban, nos quedamos conversando sobre nuestras vidas, planes para entrar a estudiar, carreras que nos gustaban, entre muchas otras cosas.  Así descubrí que Christian quería ir a estudiar Administración de Empresas en un instituto distinto al que yo quería ir, también que venía de otra ciudad y estaba ahi hace aproximadamente un año.  Que le gustaban las chicas de cabello corto - Marcela y Marcia se miraron riendo - Ellas ya me estaban molestando bastante. -  También que le encantaba bailar y teniamos gustos bastante parecidos en música. 

La noche transcurrió lenta, hasta que llegaron Olga y Susana con unas botellas de pisco - Desde ese día lo odio con toda mi alma - y luego de ir a la botillería a comprar unas bebidas y vasos desechables, volvimos a la plaza esta vez los chicos con más ánimo y ganas de empezar la noche. 

Nos pusimos a jugar Verdad o Reto nuevamente y aunque las preguntas no eran del nada extraña ni vergonzozas, todos optaban por el reto, que consistía en beber una cantidad de pisco sin bebida "al seco" a las 02:00 ya estabamos varios bastante ebrios.  A tal punto de ponernos a cantar a todo pulmon en la plaza.  Una vecina del lugar salió por la ventana a retarnos - De verdad ya haciamos mucho escandalo. 

En eso se acabó la segunda botella de pisco y yo la tomé y la giré frente a mi, justo se detuvo frente a Christian, que se encontraba cerca, sin más me acerqué a él y le di un beso, un beso largo y con sabor a fresa, el cual se suponía no duraría mucho, pero él volvió a iniciarlo apenas yo me iba a alejar de sus labios. En ese entonces todos comenzaron a gritar, volviendo a tirar la botella - sin embargo la mirada atenta de Marcia y Marcela me hicieron mirarlas, si no fuera porque las miradas no matan, yo habría muerto esa misma noche,  así seguimos jugando y bebiendo, bebiendo mucho la verdad.

La verdad es que estaba tan ebria que no recuerdo mucho lo que pasó, solo momentos en los cuales tomaba la botella y la paraba deliberadamente frente a Christian o él hacía lo mismo. 

Tuve que llamar a mi hermana, para que me fuera a buscar, en realidad ni siquiera podía caminar una calle sin caerme.

Esa noche = LA PEOOOOOOR VERGUENZA DE MI VIDA

Sin embargo, lo unico que recordé al dormirme fueron sus labios sabor a fresa. 

Nunca tuvimos que coincidirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora