Bueno esta es la tercera novela que fue dejada de escribir, a lado de una amiga que es escritora. Así que yo seguiré escribiendo, tampoco no se pide sin permiso esta prohibida ser plagiada.
Espero que igual sea de su agrado /^-^\
No olviden...
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-¿Dónde estoy? ,¿Qué es este lugar?, ¿Por qué todo es blanco?, ¿Por qué estoy vestida de pantalón y blusa blanca?.
Empecé a caminar por todos lados con desesperación encontrando la salida, pero no dio resulto...
- ¡Dios mío! ¡¿Alguien que me diga como vine a parar aquí?!.- grite poniendo mi cara hacia el techo.
Fue entonces que se escuche una voz femenina:
-¡Tranquila Lilian!
-¿Esa voz?– respondí confundida volteando a hacia los lados.
-¿Te refieres a mi? – volvió hablar
Cuando de repente vi a una mujer que me sonreía con ternura que se acercaba hacia donde me encontraba. Abrí los ojos como plato me había quedado impresionada, solo puede contener mis lagrimas.
Los años pasaban y seguía realmente hermosa, tenía el cabello chino, de piel blanca, ojos color café claro, sus pestallas delineadas, labios rojos y traía puesto un hermoso vestido de flores. Eso vino a la mente la fotografía que el Maestro tienen en la mesa de su estudio.
Aquella persona, era nada menos que..
-¿Abuela Julia?- pregunte en estado de shock, agarrando su mano.
-¡Si soy yo mi retoño!- contesto con una voz dulce, acariciando mi mejilla.–¡Mi nieta es toda una Señorita! ¡Mírate eres toda una belleza! –reafirmo dándome un cálido abrazo.
-Sigo siendo la misma niña pequeña, solo que un poco distinta–reí un momento correspondiendo su gesto- Aunque eso es lo de menos. – Suspire – ¡Abuela estoy feliz de poderte conocer! – confesé con alegría.
-Lo sé querida igual digo lo mismo, se que ahora pasas una etapa muy difícil, junto con tu hermano. – declaro Julia con preocupación.
Me separe con delicadeza y baje un poco la cabeza:
-¿Lo sabes? – pregunte avergonzada.
-¡Toda la verdad que sea necesaria!- suspiro sin hacer un gesto.
-¡Perdóname Abue yo tengo la culpa de esto, yo no debería ser tu nieta!- dije decepcionada de mi misma.
-¡No no no claro que no mi retoño! – Intervino con ternura tomando mi cabeza y dándole un beso- ¡Escúchame Lily! Tú no tienes la culpa de nada. ¿Entendido?.
-Conozco muy bien a tu papá, no es una persona mala. Es todo lo contrario; Solo que John se equivoco de camino, pensando que abriendo otro capítulo de su vida podría restaurar el cariño de tu madre, viéndolo en Yoko. Los años pasan rápido se lo difícil que es para ti la etapa que ahora pasas, hija tienes que seguir siendo una mujer fuerte, se que puedes. ¡Por favor no te rindas!. – suplico viéndome fijamente.
