Maldicion y Bendicion

1.2K 110 7
                                    

Cuando el espectro y James llegaron al punto donde se encontraba el campamento solo vieron una vieja fogata y las jaulas arrinconadas y bacías en la oscuridad. James se sentó en el suelo de golpe y dejo escapar un largo respiro. -¿donde están los otros? -, pregunto desde el suelo, toco sus rodillas y las heridas sanaban lentamente.

- Que extraño, yo siento la presencia de ellos cerca-, el espectro se acerco a James y se sentó a su lado, -parece que los wendigos se aburrieron y se fueron de vuelta a las montañas.

-¿ cómo sabes eso?- pregunto James mirando al espectro sonriente
-porque un pajarito me lo dijo-, señalo la rama de un árbol donde un petirrojo descansaba

- ¿en serio puedes hablar con los animales? pensé que solo era una estupidez, además gracias por salvarme, mi abuela dijo que solo salvabas a los de tu especie.

El espectro dejo escapar una sonara risotada y miro al chico a su lado. -Yo ayudo aquel que lo necesite- aun que sabía que mentía, siempre mentía a los que lo rodeaban.

***

-¡Corre hermano!- decía el mayor corriendo por el sendero del bosque; durante los años siguientes a lo sucedido con aquel árbol, aquella zona se había llenado de personas y una pequeña comunidad empezaba a crecer, ambos hermanos estaban enamorados del bosque así que decidieron una vez fueron mayores ir a ese lugar a vivir.  En aquel lugar en mas de una ocasión se  encontraron con osos, lobos, ciervos y otras criaturas, casi todo el tiempo era en momentos de caza de animales ha animales y de humanos a animales; cuando estaban en aquellas circunstancias se metían en medio salvando alguna de esas criaturas, en aquel momento corrían sendero abajo con un pequeño cervatillo en brazos el cual tenia una herida en la pata delantera, varios cazadores habían destrozado a la madre y ahora estaban por la cría pero los hermanos no lo permitirían. El menor apartaba todo obstáculo que se les atravesará mientras el mayor cargaba a la criatura; no muy lejos se escuchaba el sonido de las escopetas y los perros ladrando por recuperar la presa que les fue robada.

El menor señalo el lado rocoso del sendero -¡por aquí!- el mayor no se quejo y lo siguió. Cuando llegaron al fin del bosque se escondieron y esperaron a que los cazadores ya estuvieran lejos, después de unas horas al parecer los perros se habían cansado y los cazadores e fueron, los hermanos salieron de su escondite y volvieron por otro camino para regresar al centro del bosque donde debería estar el rebaño, aun que estos lo mas seguro se están escondiendo por los disparos y todo el ruido que habían hecho los humanos

-Aun no entiendo ¿cómo le permiten a esos hijos de puta entrar a cazar?-, decía el mayor llevando al cervatillo, el menor no contestaba, solo estaba atento a cualquier ruido que proviniera de las cercanías -¡ELLOS SON UNAS BESTIAS! ¡Y SE DIGNAN A DISPARARNOS!

-Nosotros les golpeamos con piedras cuando los vimos-, dijo el menor entre risas. No tardaron mucho en llegar a lo que fue a un claro del bosque donde había un pequeño lago y hierva fresca a su alrededor.  Dejaron a la cría en el suelo, esta salió disparada ha los arbustos, esperaron un rato por si escuchaban de nuevo los disparos de los cazadores, un Venado apareció con unas grandes asta y detrás de el había un cervatillo. -Al parecer ya se fueron.

-Que bien, necesito descansar y comer un poco-, el mayor empezó a caminar de regreso, el menor se quedó viendo un momento a los venados y ciervos que salían del bosque para beber un poco de agua. -¡Vámonos!- le grito el mayor, este se disculpó y lo siguió.

Unas horas después ya habían llegado a su casa; el mayor dormía profundamente en su recámara mientras el menor solo estaba sentado sobre las sábanas jugando con hilos haciendo formas, resoplaba cada vez que algo le salía mal. -Bueno-, miró por la ventana, la calle estaba desierta a esas altas horas de la noche. -No ha vuelto a pasar, pero aun así yo se que algo no anda muy bien.
Se decía ha si mismo mientras miraba por la ventana, después de unos minutos de silencio absoluto se disponía a volver a la cama pero algo llamó su atención, varias personas caminaban por la calle, deberían ser un grupo no mayor de diez, pero llevaban a una chica que gritaba, aun que él no podía distinguir del todo los gritos. Miraba como esta se revolcaba entre los brazos de un hombre encapuchado. -¿Qué? - la muchacha gritaba y lloraba. Aquellas personas llegaron a una de las casas mas antiguas de la calle y todo ruido paro en aquel momento. -Hermano-, sus piernas temblaban,  aquella mujer iba ser lastimada o algo peor; asesinada, lo sabía. Corrió a buscar a su hermano, lo tiró de la cama con tal fuerza que este hizo un estruendo al caer al suelo y se quejo con el menor por despertarlo de aquella forma. Pero antes de que este pudiera regañarlo fue informado de  lo que estaba pasando fuera de la casa, ambos no tardaron en salir he ir directamente a ese lugar. El mayor miraba de un lado a otro, aunque no veía señal de aquello que su hermano le advirtió, así que se fueron de cara a aquella casa.
- Intenta no hacer ruido- le señalo el mayor cuando entraron al jardín, que estaba secó y amarillento por la falta de cuidados, la casa literalmente se caía a pedazos, la puerta estaba medio destrozada así que no les fue difícil entrar.  Se escurrieron entre las paredes y las sombras, aun que el suelo no les ayudaba mucho, pues la madera era tan vieja que rechinaba incluso antes de tocarla. - No hay nada aquí- dijo el mayor algo irritado.
- Te lo vuelvo a decir, ellos entraron aquí-, el mayor estaba por gritarle que era una tontería pero en eso un largo grito atravesó la casa. Era la mujer que el menor  vio. Ambos corrieron al socorro de aquella persona sin importar el ruido que hacían.

Herederos [Teen Wolf] #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora