Tenemos que hablar

461 33 6
                                    


Cuando pierdes a alguien que amas, no se porqué te quieres ahogar en un río de sufrimiento y soledad. Simplemente es un deseo de estar de luto, de auto-lastimarse recordando momentos que quieres que vuelvan. El ser humano es un cosa bastante extraña, ya que nos encanta hacernos daño, somos seres masoquistas. Aquí estaba, recordando cuando conocí a George, nuestro primer beso, cuando el entró a la banda, sus celos por Paul, el viaje a Alemania...

Para ese entonces, todos nuestros problemas me parecían grandes, cosas sin solución, sin embargo en el fondo siempre creí que el y yo éramos el uno para el otro, que nada ni nadie nos separaría. Fantaseaba con que un día nos casaríamos, iríamos a vivir a Francia, yo sería una talentosa pintora mientras el se desempeñaba como músico, tal vez de jazz tocando en un Restaurante de lujo, tendríamos dos hermosos bebes y viviríamos juntos y felices para siempre. Tal vez todo esto se cumpliría, pero definitivamente no era conmigo. Mi ilusión se estaba borrando poco a poco, la foto familiar que tenía en mi mente se descoloraba, pero era solo en donde estaba yo, dejando ver a Pattie...

Al separarte definitivamente de alguien a quien atesoras tanto, te sientes perdido, esa persona representa básicamente tu norte, tu mapa, tu misión en la vida, tu futuro...

"Es tan corto el amor, y tan largo el olvido"

Una vez escuche a alguien decir esto, y para ese momento no lo entendía del todo. Ahora sí que tenía razón la mente que escribió palabras tan hermosas y verdaderas. Si esto era lo que sentía en este momento, no quería saber cómo me iba a sentir en un año o dos, si olvidar a un amor era tan difícil, no quería vivir. 

Bajé las escaleras de la mansión. Y para mi sorpresa estaba vacío el vestíbulo

-¿Chicos?- exclamé. Nada. A unos cuantos metros de donde me encontraba, encima de una mesita se encontraba una nota, la tomé y la leí.

"Salimos a ensayar, volveremos tarde- Paul"

Arrugué la nota y la boté en la cesta de la basura que estaba allí. Escuché un ruido proveniente de la cocina.

Alarmada, tomé el paraguas que estaba en el sofá, y fui de manera muy discreta sin hacer ruido a la cocina. De puntillas me encontraba frente a la puerta, estaba a punto de entrar cuando oí la voz de Pattie.

-Tranquilo, ya se fué- Parece que estaba hablando con alguien por teléfono- No, no hay nadie. Bueno si, pero está dormida. Ajá. No cariño

Seguro estaba hablando con Harrison

-George no lo ha notado todavía, se lo diré hoy

Vaya, si no es con él ¿con quién será? ¿y qué le dirá hoy? Mis ansias por enterarme de un chisme eran tantas que me estaba arriesgando a que Pattie me descubriera escuchando su conversación

-No creo que se ponga triste cariño- ¿Pattie estaba engañando a George?- Se nota que ya no siente lo mismo por mí, creo que no le causo el mismo encanto que antes, está trastornado por la estúpida esa de Penny- Ridícula, la estúpida aquí eres tu-Pero no importa, mejor así. Ya hablé con mi abogado, si él me engaña durante el matrimonio, cosa que seguro hará, tengo derecho sobre el 50% de su dinero, que es bastante. Nos divorciaremos, y tu y yo nos casaremos y seremos el doble de ricos.

¡Bruja!

Se lo diría a George, el tenía el derecho de saberlo.

Pero ¿como se lo diría? ¿como se iba a sentir? ¿y si no me cree?

Mientras pensaba esto, la puerta de la cocina se abría poco a poco. Pegue un salto detrás de uno de los muebles, y ágil mente me tiré al suelo. Para mi fortuna Pattie no se dió cuenta y subió las escaleras con el móvil en su mano, escuché cómo recorría el pasillo, entraba a su habitación y cerraba la puerta

Aliviada, suspiré, casi me descubría. Tendría que hablar con George cuanto antes.

Subí a mi cuarto, me puse unos pantalones (primera vez que los iba a utilizar :3) y una camisa amarilla, unos zapatos deportivos y recogí mi cabello en un moño. Salí corriendo a la calle

El sol estaba más fuerte que nunca, quemaba mi pálida piel, pero no me importó, corrí hasta la avenida. Como siempre, las calles estaban repletas de personas y amontonadas de carros, tapé mi frente con la mano para que el sol me dejara ver, agudicé mis ojos para notar a los taxis. Les silbé a unos cuantos, para nada, ya que estaban ya ocupados. Desesperada miré a mi alrededor, esperando una respuesta, algo. Se me ocurrió subir mi pulgar y dejarlo hacía la calle, vi que en las películas era una manera de pedir la cola a alguien. Y funcionó, un carro negro se estacionó frente a mi. 

Sonreí. Bajaron el vidrio. Mi sonrisa desapareció al ver al conductor. Era un hombre de unos 40 años, blanco, con acné en el rostro. Tenía una camiseta blanca la cual dejaba ver su vello debajo de las axilas, y tenía en el mentón una mancha de ¿Ketchup?¿salsa BBQ? ni idea, y tampoco quería saberlo

-Dime lindura, ¿adónde vas?

-Olvidelo...

Me fuí caminando, era mejor andar sola. Caminé y caminé hasta que porfín encontré el edificio donde estaban los chicos.

Entré caminado rápido, con objetivo hacia el ascensor, me subí con otros pasajeros.

-Disculpen, ¿cuál es el piso donde están los Beatles? es que, soy amiga de George.

Una señora me miró extrañada y me dijo

-4to piso

-Gracias- y presioné el botón. Al llegar allí, pregunté a la chica del escritorio por George, le expliqué que era una amiga.

-Mmmm, claro, espere un segundo- Se levantó y se fue. Mientras esperaba impaciente, miré el largo pasillo que se encontraba frente a mi, pude divisar detrás de una de las puertas el cabello de Ringo.

Cuando oí a la chica venir, giré a verla y me encontré con dos guardias de seguridad

-Acompáñeme a afuera señorita- dijo uno

-No, no entiende, sí soy amiga de George

-Claro- dijo el otro- y esperará que crea que también es hermana de Ringo y que su madre la mandó a usted a visitar a su hermano. Dios mio, inventate otra historia, ya hemos oído esas. Cliché.

-Es enserio

Pero me tomaron de los brazos y empezaron a forcejear conmigo

-GEORGE, GEORGE AYÚDAME.-Grité lo más fuerte que pude- Suélteme, no me ponga las manos encima. Basta. ¡GEORGE!

-Déjenla- exclamó Harrison

-Pero señor...

-Dije que la dejaran, ella es mi amiga.

Y me soltaron.

-George...- pero no sabía como empezar- Hola

-Hola- y sonrió tímidamente- ¿qué pasa?

-Es que los guardias...

-No, no me refería a eso- dijo- es que, tanto tiempo sin hablar que me resulta un poco extraño. ¿Qué pasó? ¿Qué nos pasó? ¿Qué es lo que quieres decirme? Ven, hablemos en mi oficina

-¿Tienes una oficina?

-Algo así, es donde ensayo 

Y lo seguí. Me sentía tal cual George, extraña. Era como si dos completos extraños se volviera a ver, no sabes si las cosas van a ser igual que antes. 

Llegamos al cuarto que George me había comentado y cerró las puertas detrás de si.

-George- dije- tenemos que hablar...



Forever Together-George HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora