⭕Otro día igual⭕

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Ya era otro día, un nuevo amanecer,  y como cualquier mañana, siempre se encontraba limpiando el joven sirviente de cabellos azules, esperando que la su ama Gleeful no se vaya, pero era lo que estaba destinado a suceder, de su día a día el amo Gleeful haría lo que fuera para jugar con él.

— ¡Dipper!~ Me aburro~
— No me interesa.
— Que aburrido eres~ ¡Entonces saldré! ¡Nos vemos!

La ama Gleeful se fue.Y sabia muy bien lo que seguía, las marcas del día anterior todavía no se iban y las cortaduras, los moretones. Pero esta vez sucedió un milagro, alguien tocó a la puerta.

— I-Ire a ver quién es.

El amo Gleeful cerro la puerta antes de que pudiera salir de su oficina.

— No será necesario.

Se levanto de su silla, y se dirigió hacia el sirviente, que se sentía arrinconado.

— No es necesario...

Dijo acariciando el rostro del joven, quién solo desviaba la mirada.

— Duele.

Rozó con la punta de sus dedos, una fina cortada que se encontraba en el rostro de su sirviente, haciendo un poco de presión sobre está.

— ¿Duele?
— ...
— Contéstame ¿Te duele?
— ...
— Si no fueras tan desobediente no pasarías por estas cosas.
— ¿P-Porque?
— ¿Qué?
— ¿P-Porque me haces esto?
— Will ¿No deberías saber hasta este punto la razón de todo esto?

Volvió a sonar el timbre, en repetidas ocasiones, la persona afuera estaba siendo muy insistente.

— T-Tengo que abrir.

El amo puso una de sus manos sobre la puerta, a la vez que aprovechaba la cercanía para dar un beso al sirviente, esté se rehúsa a que entrará, pero no pudo evitarlo, y sintió como su boca era profanada por la lengua del otro, provocando una corta danza entre ambas, se separo por la falta de aire, dejando un delgado hilo de saliva entre jadeos.

— ¡Dipper!

Se escuchó una voz proveniente de afuera, parece ser quien tocaba el timbre era una rubia, que el sirviente conocía, esta habia estado preocupada por el sirviente, debido a que no se han comunicado en días.

— Molestias.

Dijo el Gleeful.

— Paci-
— Guarda silencio.

La voz del sirviente fue silenciada, impidiendo el que pudiera responder, después de un momento de espera, todo fue silencio y el amo retiro su mano.

— No me gusto lo que ibas a hacer.
— Yo solo iba a...
— Te lo dije ¿no? Si no fueras tan desobediente no pasarías por esto.

El Gleeful tomó del brazo al sirviente, arrojándolo sobre el escritorio, se posicionó encima de este, y procedió a morder el cuello del de cabello azul, lo lamió, succionó, presionó hasta que la sangre hizo su aparición, el otro lloraba al sentir aquellas fuertes mordeduras.

El sirviente fue hundido en pasión y dolor, pero...

CASTIGO Y PREMIO [DIPWILL] 🔷TERMINADA🔷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora