⭕Dipper⭕

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Era una bella tarde de verano, un joven se disponía a dejar su libro de lado, su sirviente le había traído una taza de té.
Las flores estaban en su mayor esplendor en ese momento, el jardín contenía mucha vida, era una vista realmente hermosa.
El olor de las flores, la ligera brisa, la calma y la tranquilidad  eran satisfactorias, era el paraíso.

- Will.
- Si, Mr. Gleeful.
- ¿Te sentarias a mi lado?

Una propuesta rara viniendo del joven, pero el sirviente no se negó.

- Entonces, con su permiso.

Ambos admiraban el bello paisaje, y disfrutaban del silencio.

- Will.
- Si, Mr. Gleeful.

El se quedó en silencio.

- ¿Mr. Gleeful?
- ¿Me traerías otra taza de té?
- Si.

El sirviente tomo la taza vacía, y se alejo.
Para el joven, su sirviente era como algo lejano, inalcanzable, a pesar de su gran poder.
No sólo eso, tenía miedo, de ser traicionado, otra vez.
Su sirviente regreso, dejando la taza de té, volvían a admirar el paisaje.

A pesar de todo lo que pasaban juntos, el joven tenía miedo de que lo traicionara, a pesar de haberse desecho de esos sentimientos, el sirviente fue el culpable de que volvieran.

- Will.
- Si, Mr. Gleeful.
- Vamos adentro.

El joven camino hacia la gran mansión, seguido de su sirviente, al entrar parecía un cuento de hadas, una mansion con una decoración hecha por un diseñador famoso.

- Terminaré mis deberes, entonces si me disculpa.

Dijo el sirviente para luego retirarse. El joven se dirigió a sus aposentos, su cuarto, todo estaba bien ordenado, y tan silencioso, el joven retiro su ropa para ir al baño y entrar en la bañera.

Una rosa azul, estaba en un florero, el odiaba las rosas, ¿entonces porqué?, ¿porque había mandado a colocar rosas azules?, sabía la razón pero no quería admitirlo.

Admiraba desde lejos la flor, su color, su olor, su textura, su belleza.
A la vez la odiaba, la rechazaba, todo.
Fue sacado de sus pensamientos por alguien que tocaba la puerta, era el sirviente.

- Mr. Gleeful, Mrs. Elizabeth se encuentra en la sala de espera.
- Dile que regrese a casa, no quiero ver a nadie hoy.
- Pero, Mr. Gleeful-
- Will, es una orden.
- Si, como lo desee.

Oía como se retiraba, sus pasos, y la puerta cerrándose, salió de la bañera y tomó la toalla, salió del baño, su ropa había sido cambiada por una limpia, mientras se vestía tocaron a la puerta, era el sirviente.

- Pasa.
- Mrs. Elizabeth fue a casa.

El joven se acaba de poner la camisa debía abotobarlo, para luego ponerse la corbata y el saco, el sirviente estaba sonrojado al ver a su amo, cosa que el joven noto.

- Will.
- Si, Mr. Gleeful.
- Aborchame la camisa.

El sirviente no se sorprendió, lo hizo, se acerco tímidamente, y comenzó a hacerlo, de cerca podía ver el sonrojo del sirviente, que este intentaba ocultar.
Hace días que le pedía que le abrochara los botones y que le amarrara la corbata, la primera vez que se lo pidio, el sirviente no sabía como abrochar pues era un demonio y no lo necesitaba o lo hacía con sus poderes.

- Parece que mejoraste un poco.

Pero el joven le enseñó, aunque aún batalla un poco con la corbata.

- No.

El joven tomó las manos del sirviente, mientras le decía como, y finalmente lo logró.

CASTIGO Y PREMIO [DIPWILL] 🔷TERMINADA🔷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora