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POV Jullio.

Son las tres de la mañana y ya siento como si dentro de mis ojos tuviera pequeñas piedritas.

-Cariño, deberías ir a tu casa- me dijo Adeline tocándome el hombro- Mañana... digo... Hoy tienes clases.

-Yo de ninguna manera voy a irme de aquí.

-Eso ni lo pienses- dijo negando- Hagamos un trato. Vas a clases y te prometo que cada hora te pondré un mensaje y contestaré tus llamadas. ¿Trato?- dijo extendiendo una mano para así poder cerrar nuestro acuerdo.

-De acuerdo- dije estrechándola.

Me despedí y me fui, pero no sin antes intercambiar los números telefónicos.

POV Adeline.

Jullio se fue y me dormí.

(...)

Siento que alguien está tocando mi hombro. Abro lentamente los ojos para acostumbrarme a la luz.

-Señora, su hija esta despierta y quiere verla.

Yo asiento y me dirijo hacia la habitación 102. Abro lentamente la puerta  encontrándome a Zara acostada en la cama del hospital.

-Mami- dice y se le sale una lágrima de su ojo izquierdo.

Me dirijo rápidamente hacia ella y la abrazo, no hace falta decir nada más.

-Tengo miedo- me dice susurrando.- que regrese como cuando tenía ocho años.- me dice e inmediatamente la callo y le tocó su cabello.

-Si pasa, vamos a estar juntas como hace nueve años.

Nos quedamos abrazadas un poco más. Luego de unos minutos de hablar un poco con mi hija, siento como mi estomago ruge pidiendo comida.

-Voy a la cafetería, ya regreso.

Salgo de la habitación y me voy directo a mi destino. Mi teléfono vibra y seguidamente suena la notificación de un nuevo mensaje.

Conversación.

¿Todo está bien?
Jullio (9:08 am)

Si, acaba de
despertar.
Yo (9:08 am)


Me deja en visto, claramente porque debe estar en clases.

Pido un café y una deliciosa dona rellena de dulce de leche. Hoy voy a romper la dieta.

Llego a la habitación encontrándome con el doctor revisando si todo esta bien.

-Señora Adeline, justamente la iba a buscar.

-Si, dígame.

-Vamos a mi oficina.- me dice saliendo de la habitación.

De camino me estoy comiendo la dona, ya que si no me alimento me puedo desmayar.

Entramos a su oficina y me indica que tome asiento, lo que le hago caso.

-Muy bien- Toma aire y continúa- ayer le hicimos unos exámenes a su hija- yo asiento- los resultados ya los tenemos.

Siento que mi corazón se va a salir de mi cuerpo.

-Antes de decirle, quiero que sepa que hay tratamientos, muchas personas han salido de esto y

Mi Romeo PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora