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Capítulo editado.


Luego de muchas horas de vuelo. No sé exactamente porque me dormí todo el viaje.

Me levante dando un gran bostezo, me estiré y me preparé para bajar mi bolso de mano del portamantas*, pero como soy Zara Voalker y nada me puede salir bien, mi bolso se enredó con los demás ocasionando que todos se salieran sobre mí.

-Torpe- dije en un murmuro para mí- eso es lo que he sido toda mi vida- dije con tono decepcionado y a la vez enojado.

-Tranquila, dame, yo te ayudo- dijo un dios griego dándome la mano para levantarme, yo la tome y me levanté- ¿te golpeaste?- dijo preocupado.

-N...o- dije tartamudeando y soltando su mano- gra...cias.- ¿Lo ven? torpe.

-Me alegro- dijo sonriendo, oh Dios, esa sonrisa- Listo- oh oh por concentrarme en su sonrisa no me di cuenta en que momento subió todos los bolsos de nuevo.

Y así ,sin mas, se fue..., tal vez era mi media naranja, pero nunca lo podré averiguar, lo más seguro es que no lo volveré a ver.

-Vamos Godis nos espera Yulia afuera.- dijo mi madre.

-Ok- dije saliendo de mi transe y suspirando.

Al salir del avión tomé mi maleta, y nos dirigimos a buscar a la tal Yulia.

"Señora Voalker e hija" tenía escrito un cartel y lo levantaba una mujer de unos 30 años, muy linda por cierto, con una gran sonrisa en su rostro. Esta vestida muy formal; tiene una enagua color negra un poco más abajo de las rodillas, una blusa blanca con las faldas por dentro y un saco del mismo color que la enagua y no nos olvidemos de los hermosos tacones negros que hacen ver sus piernas más largas.

-Esa debe ser Yulia- dijo mi madre moviendo su mano y sonriendo en modo de saludo a Yulia, yo solo le sonreí.

-Hola yo soy Adeline- dijo mi madre dándole la mano a Yulia.

-Mucho gusto señora, soy Yulia- dijo sonriéndole y estrechándole la mano a mi madre.

-Hola, yo soy Zara- dije sonriéndole y estrechándole la mano, tal como lo hizo mi madre.

-Hay un auto esperándonos afuera, para llevarlas a su nueva casa- dijo mientras caminábamos a la salida.

Tengo que aceptar que Yulia hablaba muy gracioso ingles.

-Yulia no te preocupes, puedes hablar en italiano con nosotras- dije hablando en dicho idioma- tomamos clases antes de venir.-le sonreí.

-No saben cuanto me alegra oír eso- dijo riendo, mi madre y yo no tardamos en reír con ella.

Al salir había un auto negro, grande esperándonos. Un señor salió y nos abrió la puerta. Mi madre y yo estábamos en la parte de atrás, mientras que Yulia en el asiento del copiloto.

El viaje a la nueva casa fue silencioso, yo estaba viendo la ciudad, las personas, los locales de comida, los dioses griegos, etc.

La ciudad es hermosa, nunca había tenido la oportunidad de visitarla ya que en los viajes que hicimos mi madre y yo, nunca pensamos en Italia.

Entramos a un vecindario de casas hermosas, muy propias del país. Habían niños jugando y riendo en la calle, parece la típica escena de una película 

-Ma- alargue la "a" para llamar a mi madre tocándole el hombro.

-mmm- dijo apartando los ojos de una de las revistas de moda que le gusta leer siempre, para mirarme a mí.

-¿Vamos a vivir en una de estas casas?

-Así es mi amor- dijo sonriéndome, yo le devolví lo sonrisa y  mi mirada vuelve a la el viaje.

El carro se estacionó al frente de una casa con sus paredes de ladrillos color rojizo, larga y un poco angosta, tengo que admitir que es muy diferente a mi antigua casa, pero sin duda hermosa. Parecía que todos los dueños de las casas de este vecindario se habían puesto de acuerdo, por que todas tenían un estilo muy parecido, algo que hace aún más hermoso este lugar.

-Vamos- dijo mi madre bajándose del carro.

Me bajé y deje caer mi peso a un costado del carro para poder ver la casa con más calma.

-¿Te gusta?- dijo al lado mío.

-¿Qué crees?- le dije y mi madre me rodeo los hombros con su brazo.

-¿Porqué no vas a dar una vuelta al vecindario? mientras yo entro a ver como van con los muebles nuevos, porque la casa adentro esta hecho un desastre- dijo sonriendo.

-No suena nada mal.

-Pero lleva tu celular, no quiero perderte en las primeras horas que llevamos en Italia.

-¿Entonces si me pierdo con días en Italia no te va a importar?- dije bromeando.

-Lo dijiste vos no yo- dijo riendo. Y yo di inicio a mi caminata por los alrededores de la casa.

Y así era mi relación con mi madre, de amigas, la verdad amaba tener una relación con tanta confianza.  Ella es mi persona favorita en todo el mundo.

Por que eso era bromeando, o ¿no?.

-¡Hey!- una voz masculina me sacó de mis pensamientos. Volví mi mirada en busca de la persona que me llamaba.

-Eres nueva ¿verdad?- volvió a decir, pero no pude ver a la persona dueña de esa voz.- aquí arriba.- dirigí mi mirada hacía el segundo piso de la casa vecina.

Era un chico como de mi edad, moreno, que me hablaba desde la ventana de su habitación, o eso creo.

-Hola, soy Jaden- dijo sacando un poco más la cabeza- ¡Bienvenida!

-Gracias...- dije extrañada por este chico, comencé a caminar dispuesta a seguir para conocer más.

-No me has dicho tu nombre- volvió a decir este chico, Jaden.

-Soy Zara.

Y sin mas reanudé mi recorrido.

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*Compartimientos que se encuentran sobre la cabeza de los pasajeros.

¡Hola hola!

Esperamos que lo hayan disfrutado. 💕

Casa de Zara en multimedia.😌

Pura Vida✌.

Mi Romeo PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora