Corría el año 1999, ella nació un 8 de enero a las tres y media de la mañana. Su madre siempre dijo que ella era una nena muy risueña y amable con todo el mundo, que siempre estaba llena de luz.
Camila solo tiene más de seis meses cuando sus padres se enteran de que están esperando otra criatura. Su hermanita mayor, Florencia, solo tiene 7 años. Ella siempre fue una nena muy malcriada y mimada por su madre, Mónica. Desde que su padre la abandono la única persona que siempre estuvo con ella fue su mama, pasaron millones de dificultades juntas.
Cuando Mónica solo tiene dos meses de embarazo decide irse de la casa en la que vivía con el padre de Camila, Damián. El hace todo lo posible para que ella no lo deje, pero desgraciadamente la decisión ya está tomada. Una madre embarazada, con una nena que casi no entendía la situación y con una bebe, el cual ese momento va a marcar toda su historia. Decide irse y dejar a su marido sin nada. ¿La razón? Lastimosamente todavía no la encuentro, durante estos años la historia siempre va cambiando.
Meses después:
El 3 de abril del 2000, nace un niño, el cual bautizan como Sebastián, el hermano menor de Camila.
Su padre no pudo ir a verlo nacer al hospital, la madre lo amenazo si se acercaba a ellos.
Damián pudo conocer a su primer hijo varón en el juzgado, cuando el ya tenía un año de edad.
El siguió luchando para poder ver a sus hijos, año tras año, meses tras meses. Hasta que por fin lo logro, pudo tenerlos dos veces por semana.
Camila y Sebastián, crecieron. Como pudieron, tratando de entender un poco su historia y lo que había pasado con sus padres en el pasado. Ellos imaginaban siempre como sería una familia unida. Porque eso era lo único que podían hacer, imaginar.
Llegaron a primaria, los dos iban a una escuela cerca de su casa, los llevaba siempre su hermana mayor. Ella los cuidaba cuando su madre no estaba. Fue más madre de ellos que su propia madre, los bañaba, los cambiaba, les deba de comer, los ayudaba con su tarea. Florencia sacrifico su infancia y gran parte de su adolescencia por cuidar a sus hermanos, algo a la que no estaba obligada a hacer, pero el amor por su madre era más grande, solo quería ayudarla y pensó que esa era una manera de hacerlo. Ella dejaba de hacer sus cosas para atender a sus hermanos y tal vez fue una de las razones por las que no termino la secundaria.
Camila siempre tuvo buenas notas, no estaba encima del promedio pero jamás disgusto a sus padres respecto al colegio. En cambio Sebastián, no siempre fue así, digamos que el colegio no era su fuerte.
A pesar de eso, a su madre no le importaba. Para ella él era perfecto, en cambio su hija, era su deber sacar buenas notas, jamás la felicito por todo su esfuerzo diario.
La niña termina primaria, empieza una nueva etapa y con eso nuevos problemas e inquietudes.
Ella siempre compartió curso con su prima, Pamela. Pero siempre tenían problemas. Ella nunca fue muy popular entre sus pares y mucho menos entre sus docentes. Camila era como un fantasma en ese colegio, su existencia no tenía mucho sentido, era demasiado común. Siempre que pelaban con su prima, la niña pasaba sus recreos sola, siempre sola.
Lo bueno es que era muy sociable, aunque ella no lo reconozca, pero a decir verdad siempre tuvo buena relación con todos. Se hizo amiga de personas mayores que ella, de años más avanzados y hasta de años menores. Digamos que se conocía a la mayor parte de los alumnos de su colegio.
Pero las cosas en su curso eran diferentes, no se llevaba bien con sus compañeros varones. Los odiaba y ellos a ella. Siempre discutían por algo diferente con el pasar de los días.
Las cosas no estaban bien, pero ella ya estaba acostumbrada a eso. O talvez todavía no le afectaba como le afectaría en unos años.
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Solo uno más
Non-FictionHay gente que piensa que cuando una se autolesiona es única y simplemente para llamar la atención. Ellos no saben todo lo que una sufre tanto psicológica como físicamente hasta llegar a la decisión de cortarse. Reconozco que los que hacemos o hicim...